Algo que se tenía muy en claro, era que las almas reencarnaban y de se había corroborado científicamente algunos años atrás, cuando una científica había hecho un estudio con cientos de almas gemelas que narraban acontecimientos históricos y de su propia vida personal de otras épocas.
El problema radicaba en esto, al ser solo las almas gemelas las que recordaban sus vidas pasadas y solo el 20% de la población se encontraban, para la mayoría que no encontraban a su alma gemela era algo ridículo de prestar atención y aunque había sido un descubrimiento increíble en su momento, con el paso del tiempo este se dejó de lado.
Pero algo que pasó por alto la científica en ese momento era algo que las almas gemelas que se encontraban una y otra vez entendían a la perfección. Si encontrabas a tu alma gemela tres veces, en un tiempo limitado de 1000 años, era cada vez más probable que la encontraras en tu siguiente vida.
Eso era lo que había pasado con Hideo y Tomoki, Hideo era un zorro común que se enamoró del hijo conejo del dios de la luna y su esposa la misma luna, era el menor de sus hijos, el más cuidado y querido tanto por sus padres como por sus hermanos y a pesar de que todo estaba en su contra la luna lo había aceptado y lo había dejado amar a su hijo.
Se habían amado tanto que cuando el tiempo de Tomoki en la tierra llegó a su fin, Hideo murió de tristeza y su padre los bendijo para que reencarnaran, en los cuerpos de dos humanos que habían sido asesinados y al igual que ellos se amaban, pero estos humanos se negaron a abandonar la oportunidad de volverse a la vida, tener otra oportunidad de amarse, Izuku y Katsuki, así que sus almas se habían unido a los dos animales, cada quien conservando su propia conciencia.
A partir de ese momento comenzaron a reencarnar, Hideo y Tomoki siempre se mantenían con sus recuerdos, pero las almas humanas que los acompañaban lo olvidaban todo y cada que se encontraban lo recordaban todo. Era complicado pero cada que se marcaban todo valía la pena.
Pasaron 500 años y cuatro vidas en la tierra antes de que se volvieran a encontrar y esa primera vida juntos había sido perfecta, habían tenido muchos hijos y habían muerto juntos en la cama.
Otros 200 años después y se volvieron a encontrar, esta vez habían nacido en dos tribus en guerra y su amor había sido condenado por sus familias, ambos se casaron y habían escapado, pero no fue suficientemente lejos, los encontraron y los mataron a ambos por traición.
200 años más y se encontraron una tercera vez, esta era la que más les gustaba a ambos, claro después de la primera, porque fue después de esta que comenzaron a encontrarse cada vez más rápido y en cada una de sus vidas.
A lo largo de los siglos se encontraron con parejas que al igual que ellos habían reencarnado muchas veces y habían formado un lazo de amistad que era casi igual de fuerte que con el de sus parejas.
Izuku estaba confundido de saber que tenía una relación tan cercana y de siglos con todos los que se encontraban en la oficina en la que esperaban al director y sin embargo sabía que, si bien sus nombre y circunstancias cambiaban, estaba seguro de que sin pensarlo pelearía por Denki, Shoto, Eijiro, Aizawa y claro por Katsuki. Aunque eso no quitara la incertidumbre de lo que pasaría ahora, su última vida juntos no había sido la mejor y que sus almas se conocieran de siglos no quería decir que él conociera al hombre que le tomaba la mano.
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El brillo de tu pecho
FanfictionEstaba en el punto más alto de su vida y tenía que ser puesta patas arriba por un mocoso de diecisiete años, bueno ahora dieciocho, pecoso, con forma y color del brócoli y unos hermosos ojos que eran las esmeraldas más brillantes que había visto. Y...