Igual de feliz que a ti 1/2

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Katsuki estaba muy nervioso, al llegar al apartamento, enfrente del de pelo mierda y el picachú, se había ido a bañar, jamás esperó que al salir Izuku estuviera en bata y le dijera con una sonrisa pícara que se iba a bañar.

En cuanto la puerta se cerró, corrió hasta el armario y se puso desodorante, se había lavado la boca pensando en unos besos, pero tomó una de las pastillas que siempre tenía en su mesa de noche y la masticó como si su vida dependiera de ello.

Dentro del baño las cosas no estaban mejor, el joven se restregó cada parte del cuerpo a conciencia, se talló tan fuerte la piel que cuando terminó su piel estaba algo rosácea, quería que esta fuera su primera vez con Katsuki.

Iba a necesitar ayuda, si bien entendía la teoría y había visto la práctica, sabía que era diferente a hacerlo de verdad, así que dejó que su parte animal le ayudara, sus orejas y colita salieron mientras se terminaba de secar.

Gracias

La otra razón para hacerlo era que Hideo había pasado una vida y la mitad de otra esperando por conectarse de nuevo con su pareja y sabía que quería más que nada hacerlo ahora.

Armándose de valor salió con su bata amarrada fuertemente.

Cuando la puerta se abrió Izuku vio a su pareja sentada en la cama mirando directamente la puerta, se sonrojó porque a diferencia de él, su pareja estaba en bóxer, por su parte Katsuki en cuanto vio a Izuku salir, inevitablemente sus colas y orejas salieron, sus aromas se mezclaron dejándolos un poco aturdidos.

Se quedaron por unos segundos simplemente observándose el uno al otro, hasta que Izuku decidió que era momento, se acercó con pasos decididos y se alegró al ver que Katsuki lo recibía con los brazos abiertos, aunque aún sorprendido.

- Katsuki-san – le dijo mientras ponía una de sus piernas en medio de las de él - Quiero hacer el amor contigo - colocó su mano izquierda en la nuca de Katsuki y cepilló los cabellos cortos, mientras la derecha la colocaba sobre su mejilla Izquierda.

Un estremecimiento y un suspiro después ya tenía a Izuku gimiendo en un beso demandante, que le dijera de una forma tan descarada que quería hacerlo, era sexi, muy sexi.

- Nerd descarado – le dijo finalmente cuando se separaron.

Lo iba a besar de nuevo pero el joven le puso una mano en su boca y se separó de la cama, para pararse frente a él, con los ojos fijos uno en el otro Izuku tomó el moño que se estaba deshaciendo y lo desató, abriendo la bata.

Si Katsuki ya estaba duro la visión que tenía delante hizo que su miembro saliera por un lado de su bóxer mal puesto.

Izuku llevaba un baby doll verde a dos partes y lo peor de todo era que ya había visto ese mismo modelo en una tienda.

- Kirishima-san me dijo que lo estabas viendo, mientras patrullabas con él - la vergüenza se apoderó de sus mejillas, pero no se iba a quedar de brazos cruzados.

- Así que - tomó un lazo verde que era lo único que mantenía atada la parte superior y cubría el pecho – Eres un nerd acosador y lujurioso – este comentario hizo que se sonrojara muy fuerte.

Miró sus ojos rojos y su sonrisa coqueta, así que quiso tomar la iniciativa y sorprenderlo más.

Tomó la otra punta del lazo y desato la parte de arriba del baby doll, mostrando que no era de dos piezas, sino de tres un bralet verde de gasa suave y transparente cubría los pectorales de Izuku y por lo tanto sus botones rosados, que podía ver perfectamente a través de la tela, pero que los mantuviera ocultos los hacía más apetecible.

No pudo más y lo tomó de la pequeña cintura, sintiendo lo firmes que eran sus músculos, a pesar de ser omega su pareja estaba entrenando para ser un héroe, los músculos que acariciaba con adoración y las cicatrices que adornaban sus brazos eran prueba de ello.

Izuku por su parte sintió la dureza de las manos de Katsuki, eran manos que podían hacer mucho daño, podía sentir lo rasposas que eran y sentía las ligeras callosidades que demostraban lo fuertes que eran y, aun así, lo tocaba delicadamente, no como si fuera a romperse, sino como alguien que aprecia algo de un valor incalculable. Lo hizo sentir amado y respetado.

Se besaron, desesperadamente, Katsuki paseaba sus manos por toda la piel descubierta de Izuku, su cintura, su espalda, su abdomen firme delineando la línea de piel donde iniciaba la lencería y jalándola sin quitarla.

Izuku tenía más libertad y acariciaba los firmes pectorales, los hombros fuertes y los duros abdominales de su pareja, encontrándose de vez en cuando con cicatrices y trozos te piel desprolija que lo hacían admirarlo más.

En su exploración mutua a ojos cerrados por los besos, se descubrieron.

Cuando se separaron por falta de aire Katsuki tenía un ligero rubor en su cara y un gran problema en sus boxers e Izuku tenía toda la cara roja desde las orejas y hombros, hasta su pecho.

Parecía una fresa madura y esto solo hacía resaltar sus pecas, que estaban esparcidas por toda su piel.

Quería probar su piel, así que fue dejando besos por su cuello, evitando la glándula donde iría su marca, llegando a sus hombros donde mordió ligeramente

- Ah! - estaba tan sensible, como si estuviera en celo.

- Sabes tan bien - continuó bajando hasta donde la tela cubría sus pezones.

Lamio sobre la tela las protuberancias rozadas.

Se sentía raro, pero muy placentero, Izuku no sabía del todo donde poner las manos así que se aferró a los brazos de Katsuki, sintiendo los duros músculos.

- AH... eso – Katsuki había mordido ligeramente su otro pezón, pero no le quitó el bralet.

Bakugo bajó su boca por el abdomen de Izuku, pasando su lengua por la línea que dividía sus abdominales hasta llegar a su ombligo, donde introdujo su lengua.

- Haaa – sin querer retrocedió un poco ante la repentina sensación, así que Bakugo pasó una de sus manos de la cintura de su pareja a la espalda baja – Ah! - sin querer había encontrado la esponjosa colita de Izuku.

- Hmm, se mueve muy rápido, ¿Te hace muy feliz estar así conmigo? - era en parte burla y en parte una pregunta sincera.

Izuku lo miró y vio como las siete colas de Katsuki se movían incontrolablemente, eso lo hizo sonreír y tomando una le dijo – Creo que igual de feliz que a ti – un estremecimiento viajó por todo su cuerpo.

Izuku dejó de sentir el suelo y de un rápido movimiento se encontraba sobre la cama con Katsuki besándolo ferozmente, mientras pasaba una mano sobre las pantis mojadas del peliverde.

El oji rubí solo se separó porque necesitaba aire – Entonces espero que estés preparado, porque te voy a llenar de felicidad toda la noche, I-zu-ku -.

No sobreviviría esta noche. 

El brillo de tu pechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora