Ejiro podía ver sus vidas pasadas y había tres cosas que repetían en la mayoría de ellas, uno sus mejores amigos, dos las parejas destinadas estos y tres su hermosa alma gemela.
En cada una de ellas había tenido una vida llena de felicidad, sin importar que tan corta fuera o que tan malo fuera el destino que les había tocado, nunca se arrepintió de los momentos que pasó junto a su pareja.
Por otro lado, Denki, estaba algo desorientado, como podías de un momento para otro recordar cosas que viviste y experimentaste, pero sin ser tu realmente, era algo de locos, pero él y su puma estaban extasiados de la felicidad.
Se habían transformado a medias, sus orejas y colas estaban fuera, pero por lo demás estaban en su forma humana.
- Te volví a encontrar – Kano, el lobo de Eijiro estaba agitando su cola como si quisiera despegar del suelo.
- Lo hiciste – Rai estaba tan feliz que corrió al encuentro de su alma gemela.
Ambos se abrazaron perdiéndose en las caricias del otro, estaban de nuevo juntos, pero tenían que calmarse, siempre era más difícil para sus partes humanas, aunque sus almas eran las mismas las cosas vividas hasta el momento de su encuentro se mantenían sellados y ellos lo mantenían en secreto, no podían revelarles nada ya que experiencias anteriores al hacer esto habían tenido consecuencias devastadoras. Era un pacto entre las almas gemelas que ya se conocían de siglos.
- Soy Kaminari Denki, tengo 18 y me encanta el color rojo – era algo tonto de decir, pero quería decirle que le encantaba todo de él.
- Mi nombre es Kirishima Eijiro, tengo 22 y amo el color amarillo – la sonrisa de ambos era tan amplia que a ambos les empezaron a doler las mejillas, pero no podían parar.
Kirishima lo abrazó fuerte oliendo su cuello, debía admitir que desde que Katsuki había conocido a su alma gemela él había estado enojado y frustrado, Katsuki nunca había hablado de querer encontrar a su alma gemela, mientras él si bien no se obsesionaba oliendo por todas partes para encontrar a su pareja, siempre estaba esa inquietud muda de querer encontrar la, era algo que él creía que todos tenían, solo que algunos se obsesionaban más que otros.
Por otro lado, Denki no había comenzado a volverse loco por encontrar a su pareja, si, había escrito algunas veces en sus diarios lo mucho que le gustaría encontrar a su alma gemela y había compartido este sentimiento con Izuku, que al igual que él tenía la esperanza de por lo menos encontrarlo antes de morir. Pero encontrarlo a sus jóvenes 18 había sido increíble.
- ¿Qué carajo está pasando aquí? - Izuku le había avisado a Aizawa que tenían una situación y ahora estaba ahí parado con los ojos desorbitados por la sorpresa.
Presenciar no solo uno sino dos encuentros de almas gemelas en menos de una semana era demasiado para su corazón no tan joven.
- También encontré a mi pareja – su exalumno lo miraba con la expresión más feliz que le había visto jamás y su alumno más joven lo veía con una pequeña sonrisa apenada y sonrojado a más no poder.
- ¿Cómo es que esto está pasando? - Todoroki se veía alterado – Primero Katsuki con Izuku y ahora tu con este chico – lo miraron con algo de duda en su semblante, hace años que no se alteraba de esa forma.
Katsuki le puso su mano en un hombro y lo miró a los ojos por unos segundos.
- Lo lamento, me alegro por los dos – se sintió un idiota, como podía actuar así con uno de sus mejores amigos.
- Está bien, yo me sentí igual cuando pasó lo de Katsuki, creo que, si te hubiera pasado a ti y no a mí, actuaría igual – Ejiro miró a su amigo con cariño, sin culpa ni resentimiento, eso hizo sentir un poco mejor a Shoto.
- ¿Cómo que Katsuki e Izuku? – Denki miró a su amigo tomado de la mano del rubio a su lado, lo reconoció de sus vidas pasadas siempre a lado de Izuku y lo entendió - Por eso usabas el supresor – corrió a su amigo y lo abrazó.
- Si, te lo iba a decir – lo abrazó de regreso y comenzó a llorar – Iba a esperar a que ambos se encontraran – si bien sus recuerdos eran primordialmente de Katsuki, su amigo Denki y otros de sus amigos los recordaba de vidas pasadas y había reconocido a Eijiro y Shoto.
- Si, es increíble, es como si fuera yo, pero no a la vez –.
- Si, es raro –.
- No puedo creerlo – Aizawa se frotaba los ojos.
Cuatro de los presentes sabían a lo que se refería Aizawa. Por el contrario de lo que se podría creer él tenía un alma joven solo de unos 500 mil años, en comparación con las de sus alumnos que tenían un poco más de un millón de años y apenas había conocido a los cinco chicos enfrente de él hacía apenas unos 300 mil años.
- Lo lamento, sé que siempre reacciona... - Izuku tapó la boca de su amigo.
- El profesor no se sorprende de que reaccionaras así - Denki entendía porque lo habían callado, Shoto aún no recordaba nada y Mina le había contado lo que había pasado con Innasa.
Shota suspiró, no podían contarle nada a Shoto aún y por la reacción de Innasa sabía que lo que fuera a pasar entre esos dos podría no acabar tan bien.
- Esto se mantiene en secreto, solo se lo comunicaré al director y a All Migth, necesito que los cinco ballan por un supresor de olor ahora - miró a los cinco.
Las dos parejas asintieron y comenzaron a salir – Tu también Shoto – el joven se veía más serio de lo normal, le recordaba a su versión de 15 años lleno de odio y rencor.
Lo entendía, de seguro estaba sintiendo muchas cosas en este momento, lo mismo le había pasado cuando al entrar a la U.A. se encontró con su pareja, el chico lo desesperaba, pero de una forma extraña lo atraía, hasta que ambos cumplieron dieciocho entendió de donde venían esos sentimientos contradictorios.
- Bien - salió del aula con pasos pesados.
Esto va a ser divertido, su pantera estaba que se partía de risa – Va a ser una molestia – y entonces vio entrar al sexto de sus problemas.
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El brillo de tu pecho
FanfictionEstaba en el punto más alto de su vida y tenía que ser puesta patas arriba por un mocoso de diecisiete años, bueno ahora dieciocho, pecoso, con forma y color del brócoli y unos hermosos ojos que eran las esmeraldas más brillantes que había visto. Y...