Estaba en shock mirando a la masa morada que volvía a cubrir el cuerpo de su amigo, era horrible.
- ¡Shota! – su pareja vino corriendo hacia él y por primera vez en todo ese día de mierda dejó que sus emociones salieran.
- Esto... no puede ser posible – tomó la camisa de Hizashi tratando de aferrarse a la realidad.
- Shota, ¿Estás seguro de que es Oboro? – el pelinegro lo miró con sus ojos anegados en lágrimas y con el ceño fruncido.
- JAMÁS ME EQUIVOCARÍA EN ALGO ASÍ – dijo tomando por el cuello de la camisa al rubio – ¿CREES QUE ME VOLVÍ LOCO? – lo preguntaba con seriedad e ira.
- Shota – tomó las manos de su pareja por más de catorce años – Te creo, pero también estoy asustado ¿Cómo es esto posible? -.
- No lo sé -.
Habían pasado 15 años desde la última ves que habían visto a Shirakumo, después de su muerte ninguno de los dos había podido mirar una foto sin llorar, cuando Shirakumo murió, algo dentro de los dos lo hizo con él, pero al ver a los ojos a su amigo esa parte había revivido.
- Hizashi... - Shota miró los hermosos ojos verdes de su pareja y juntó todo el coraje que tenía para decirle lo que le cambiaría la vida a ambos – Shirakumo también es mi pareja destinada -.
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El brillo de tu pecho
FanfictionEstaba en el punto más alto de su vida y tenía que ser puesta patas arriba por un mocoso de diecisiete años, bueno ahora dieciocho, pecoso, con forma y color del brócoli y unos hermosos ojos que eran las esmeraldas más brillantes que había visto. Y...
