El brillo de tu pecho

¿Qué demonios pasó?

Estaban en una pequeña oficina de conferencias, una mesa ovalada en el centro con cuatro sillas de cada lado, del lado pegado a la ventana estaba la pareja sentada en las dos sillas centrales, con Eijiro a lado de Katsuki y Todoroki de lado de Izuku.

Todos estaban perdidos en sus pensamientos.

Estaba sentado junto a Izuku que hasta hace nada no era nada más que un chico que le llamaba la atención, estaba tomando su mano que no había soltado desde que se dieran su primer beso.

Recordaba todo, después de transformarse su parte animal había tomado el control, pero él estaba presente y podía escuchar todo lo que Tomoki estaba pensado, lo feliz que estaba de encontrar a su pareja destinada se había aunado a la felicidad del zorro por haberse encontrado de nuevo con su pareja desde hace más de diez mil años, vio sus vidas pasadas, las cosas buenas y malas que estas habían pasado, era como ver una película en cámara rápida. Todas esas personas eran él y no lo eran a la vez.

Miró la mano llena de cicatrices de su pareja y un impulso que surgía de lo más profundo de su alma lo llevó a besarla, llevó la mano a sus labios besando cada cicatriz que se le cruzaba, su piel era suave y tersa, olía como el cielo, como un manzano en plena cosecha, el olor de las manzanas dulces, pero con el olor a madera mojada por la lluvia.

Izuku por su parte no podía ni quería detenerlo, la felicidad del encuentro de su pareja destinada y la felicidad de Hideo se mezclaban, opacando las dudas de su mente y lo mantenían en una nube, había visto todas las vidas que había vivido con el hombre que ahora le besaba la mano, podía oler un fuego cálido y caramelo fundiéndose viniendo de Katsuki, era tan embriagador que cerró los ojos, solo disfrutando de la sensación.

Un carraspeo los regresó al aquí y ahora, Katsuki con evidente molestia alejó la mano de su boca, pero la mantuvo en su regazo rodeada por sus dos manos. Izuku estaba rojo de nuevo, no podía creer lo fácil que se olvidaba del mundo.

- Puedo preguntar ¿Qué demonios pasó? - era raro que Shoto hablara así, era un poco la mala influencia de Katsuki.

- Bakubro encontró a su alma gemela – Eiji estaba más relajado al respecto, tal vez un poco celoso.

- Si eso lo sé, pero ¿Por qué no pasó cuando se conocieron la primera vez? - Katsuki miró a Shoto y después a su pareja.

"Su pareja", apenas y se conocían, pero sentía que lo conocía de toda la vida.

- Acabo de cumplir dieciocho, el día de hoy, mamá dijo que nací a las once en punto de la noche – Katsuki recordó el momento en que vio su reloj, el momento exacto en que el numero cambió había empezado a brillar.

- Se dice que el pecho no brilla hasta que tienes dieciocho, pero nunca creí que fuera tan exacto – Shoto miró al pequeño omega tan intensamente que lo hizo sonrojar – Fue interesante verlo en persona – Katsuki miró a su amigo y pudo ver un brillo que supo identificar, dolor y miedo a partes iguales, para nada perceptible en quien no lo conociera.

Izuku también lo notó y sabía el porque su preocupación era tan palpable, aunque su pareja aún no tuviera la edad suficiente para que ambos despertaran, podía sentir que estaba por ahí, se preguntaba si Red Riot se sentía igual. 

- Si, jamás pensé que se transformaban cuando se conocían - la puerta de la oficina se abrió.

- Pasa cuando el alma es muy poderos o cuando es un alma que ha rencarnado muchas veces – Aizawa miraba a los dos jóvenes con tanta emoción que de no ser porque estaba a punto de reventar la burbuja estaría sonriendo.

- Un acontecimiento espectacular de los que solo se tiene conocimiento general de cinco en todo el mundo – el profesor Nezu se sentó en la silla de en medio dejando a los dos profesores a cada lado suyo – Claro excluyendo los que no fueron vistos por personas, pero aun así no creo que superen los quince, a demás para proteger a estas personas nunca se habla de ello ni se pone en los registros -.

El silencio invadió el cuarto, un silencio incómodo para todos excepto la pareja.

- Jóvenes tenemos que decirles la verdad – la seriedad de Toshinori alertó a los cuatro chicos.

- ¿Tiene que ver con los profesores que fueron atacados? - Izuku tomó con más fuerza la mano de Katsuki.

- Si es precisamente eso – no estaba sorprendido de que su sucesor hubiera deducido la razón por la que habían mandado llamar a los jóvenes héroes.

- He estado trabajando en ese caso por un año entero, si saben algo ¿Por qué no lo compartieron con la agencia de Best Jeanist? – estaba enojado.

- Es un caso delicado joven Bakugo, de hecho, estábamos por contarles otra mentira para protegerlos – el director Nezu estaba sentado mirando directamente a la pareja – Los sucesos que llevaron a los profesores que ahora remplazan están relacionados con las Almas Gemelas – la nueva pareja se tensó.

- Quiere decir que los ataques simultáneos entre civiles y héroes... la causa, es ¿Qué son almas gemelas? - Izuku puso su mano sobre las dos grandes manos que envolvían la suya.

- No me sorprende que lo sepas, eres uno de los alumnos más inteligentes que he tenido – Aizawa quería evitar responder, pero se los debía - Si, no sabemos cómo, pero creemos que la lista nacional de almas gemelas fue hackeada y alguien tiene una copia de ella – Shoto ahogó un gemido de sorpresa.

- Pero se supone que esa información no debería de poder ser interceptada o copiada, se supone que está fragmentada y separada en diferentes lugares para evitar esto mismo – el joven heterocromático apretaba sus puños con desesperación.

- Hasta ahora la intensa búsqueda de una vulneración al banco de datos de almas gemelas han resultado en negativos, según los expertos nadie ha entrado y visto siquiera una parte de la lista, pero nunca podemos estar seguros – Izuku se levantó se su silla sin soltarse del agarre de Katsuki.

- No nos pondrán en la lista - no era una pregunta era una orden y viniendo de Izuku eso era aterrador – Si ellos pueden ver la lista de alguna forma que no saben, no nos pondrán en esa lista – las orejas del conejo estaban al aire rectas y atentas a cualquier contestación.

- Izuku – Katsuki se paró para tomar a su pareja de los hombros, dejó a su lado animal asomarse dejando salir sus orejas y colas – Tranquilo todo está bien – lo abrazó y acercó a su cuerpo para que su cabeza descansara en su pecho. El chico tiene los pantalones bien puestos.

- Eso es precisamente lo que no vamos a hacer – dijo el director parándose en la mesa.