Red Riot

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Kirishima Eijiro era una persona muy paciente, sino habría dejado de ser amigo de Bakugo desde hace años, era tan paciente que había pasado sus 22 años de vida esperando por su alma gemela, así que podrían pensar que podría esperar unos días para poder acostarse con su pareja.

No, no podía.

El día en que habían intentado hacerlo una emergencia en su agencia los había interrumpido, habían llamado solo a Eijiro ya que era uno de los casos que manejaba solo, un robo que había salido mal y había terminado con un niño muerto, habían encontrado al responsable.

Estaba oculto en un departamento y tenía de reen a una familia, una beta y sus dos hijos, una chica de 19 omega y un niño de 13, alfa, el padre había llamado cuando su esposa no había respondido y ahora se encontraba a la espera de entrar a partirle la cara a ese imbécil.

- Red Riot – lo saludó en susurros su amiga Jirou en cuanto llegó, estaba escondida detrás de unos arbustos y se encontraba a unos diez metros de la ventana del diminuto departamento en la planta baja, tenía una de sus entradas clavada en la pared debajo de una ventana.

- Earphone Jack, dime cual es la situación - contestó igual de silencioso, una de sus antiguas compañeras de escuela, eran muy cercanos ya que eran de la misma agencia y se juntaban de vez en cuando para platicar y beber.

- Está complicado, el tipo no sabe que ya lo tenemos localizado, está amenazando al padre, quiere un rescate, el padre tuvo recientemente una perdida familiar y heredó todo, así que él lo quiere todo – eso no era del todo común.

- ¿Es un conocido de la familia? - la heroína asintió.

- Es su hermano, al parecer no hablan desde hace años - ahora entendía algo la situación.

- ¿Qué dicen? - la joven conectó su otra entrada a un pequeño audifono que tenía y se lo pasó a Eijiro.

- ...o quiero todo, ni un puto centavo menos o si no mataré a la zorra de tu esposa, tu puta hija y al bastardo de tu hijo – era él, recordaba claramente su voz.

- Lo tendrás todo, no me importa el dinero, solo déjalos ir – al parecer tenía la llamada en altavoz, de fondo escuchaba los sollozos de la familia.

- Los dejaré ir cuando vea el puto dinero, antes no – y colgó la llamada.

- El padre está a una calle de distancia, está con agentes de la policía y ya se estableció un perímetro con otros héroes de la agencia y otros de la agencia de Endevador - asintió.

- ¿Cuál es el plan? -.

- El plan es atraparlo cuando hagan el intercambio de dinero –.

- Es una mala idea, el tipo está loco, mató a un niño - por eso le deberían de haber llamado antes.

- Son conocidos, en estos casos es menos probable que lastime a los rehenes -.

- NO, DEJALA – el grito de una mujer los alertó, Jirou subió el volumen.

- Es la hija – sonaba joven, se había hecho muy buena identificando diferentes voces.

- Siempre he tenido ganas de cogerme a tu madre sabes? - el tipo soltó una risa loca.

- ¡Hay que entrar! – Jirou detuvo a su amigo.

- Espera, aún no sé dónde está cada quien, si entras rompiendo la puerta puedes causar más daño, dame unos segundos - Jirou se había vuelto tan buena que ahora podía saber dónde estaba cada persona en una habitación

- Si... - la tensión se podía cortar con un cuchillo - Creo que esta es mi oportunidad -.

- ¡Jirou! - precionó.

El brillo de tu pechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora