Narrador omnisciente:
Mina dio un último suspiro antes de salir del interior de Nayeon, no llevaba la cuenta de las veces que lo habían hecho esos tres días, pero realmente la empresaria era insaciable. La japonesa nunca había pasado un celo junto a una omega, casi siempre con betas que contrataba su padre en sus celos que después de satisfacerla se iban, pero realmente nunca lo había hecho con una omega, ni siquiera sus novias que habían sido dos betas.
La luna iluminaba la habitación cuando por fin la coreana comenzaba a rendirse por el cansancio, ese fin de semana había sido solo esa habitación para ellas, la universitaria pensaba que necesitaba una buena limpieza y no solo las sabanas. Si había sido una mera aficionada al sexo que se sabía unas cuántas poses, ya no era el caso porque había hecho de todo con la empresaria, en el sillón con ella sentada sobre Mina, contra el vidrio del balcón, Nayeon sentada en el gabinete que había allí con Mina parada satisfaciendola, en la bañera...Muchas partes. Aquella caja extra grande de condones estaba más abajo de la mitad y ella se preguntaba cómo es que su miembro podía seguir funcionando, el líbido de los alfas era alto, pero en su celo, cuando estaba fuera de este no eran muy activos si no había un vínculo con una omega. Tal vez la atracción de Mina por la empresaria era lo que no dejaba que se cansara, el tacto suave y suplicante de la omega, su delicado rostro frunciéndose del placer mientras ella la satisfacía...Se sentía demasiado bien poder hacerlo con alguien como ella. Mina la miró por encima de su hombro, estaba boca abajo tapada hasta la espalda baja con su cabello castaño enmarañado en la almohada blanca y su rostro lleno de tranquilidad. Dio un leve suspiro buscando su ropa interior y al ponersela decidió salir con cuidado al balcón donde se divisaba una vista genial de la zona boscosa de las residencias. Tendría clase en la mañana, no debía demorarse demasiado para no hacer esperar a la empresaria y así poder pasar los últimos días de su celo con ella.
Nunca en su vida se imaginó pasando el celo con alguien a cambio de dinero, menos con la CEO de una de las empresas de inversiones más grandes del país. Eso sería algo con lo que su mejor amiga, Tzuyu, se quedaría sorprendida y que la novia de esta no creería.
Las omegas no sirven para nada más que para tener hijos, recuérdalo, Mina; la desagradable voz de su padre se hizo presente en su pensamiento sacándole una mueca de desagrado. No sabía por qué lo recordaba en aquél momento, tal vez le reconfortaba saber que no era como él. Si aquél hombre se enterara de que su hija menor estaba pasando celo con una omega que rompía los estereotipos jerárquicos, probablemente se podría furioso, pero si hablaban de que le pagaba estaría aún más ofendido.
—Idiota—Murmuró frunciendo el ceño.
El viento frío la golpeó y con eso tuvo una razón para volver a la habitación. Se quedó en silencio mirando a la coreana, en esos días habían dormido aparte como se había acordado por lo que Mina estaba lista para irse de allí, pero al tomar el pomo de la puerta escuchó un leve gruñido.
—Mina...No te vayas. Quédate—Murmuró Nayeon con voz adormilada.
La japonesa se quedó unos segundos en la puerta sin hacer nada. Su corazón se aceleró tanto que escuchaba sus latidos en sus oídos.
—¿Qué esperas? ¡Ven! Tengo frío—Gruñó Nayeon desde la cama.
La pelinegra terminó por dar la vuelta y caminar hasta la cama donde se metió en la calidez de las sabanas, no pasaron más de cinco segundos cuando los brazos de la castaña aprisionaron su torso y su cabeza se posó en su pecho por inercia. Mina posó con lentitud su mano en el cabello castaño de la coreana que ronroneó por el placer que le daba aquello, la calidez de su cuerpo invadió el de ella y pronto ambas terminaron dormidas.
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I want you.
FanfictionNayeon es una omega autoritaria que después de mucho esfuerzo y de forjar su carácter pudo heredar la empresa de su padre. Sabe que no quiere pareja pero sus celos le piden con desesperación un alfa que pueda calmarlos, parece que ni sus pastillas l...