Primer día de celo

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Narrador omnisciente:

Nayeon despertó con ese característico dolor en sus partes bajas, el sudor, el calor y ese deseo incesante de tener un alfa a su lado. Había citado a Mina en su casa de Gangnam, en un vecindario privado de casas al estilo americano, la piscina se veía desde su cuarto y el jardín bien cuidado en el frente desde la habitación contigua donde se supone se quedará Mina por las noches. Por suerte era viernes, tendría a Mina con ella todo el fin de semana hasta el lunes donde tendría que ir a clases, pero igual volvería, los celos de los omegas duran una semana lo que es una putada si se compara con los de los alfas que son tres días, o los betas que son apenas cuatro.

Sus manos apretaban las cortinas, miraba expectante por la ventana ya que había mandado a recoger a Mina a su casa y esperaba que viniera con los condones que le pidió que comprara. Lo que era muy importante, sin condones podrían llegar a unirse accidentalmente lo que significaba que Mina sería la única que podría calmar su celo después de eso.

La camioneta negra se estacionó en frente de la casa y Nayeon intentó no emocionarse, mantener su postura e ir en su bata de seda a recibir a la japonesa.

Cuando abrió la puerta la pudo ver con el mismo par de vaqueros desgastados con los que la entrevistó, esta vez con una camiseta blanca y con unos nike desgastados. Su cabello negro cayendo desordenadamente por su rostro la hizo ver más atractiva de repente y para Nayeon estaba siendo muy difícil contenerse para no lanzarse a ella para que la tomara justo ahí en la entrada de su casa. Miró como Mina apretó mandíbula después de olerla, su olor era similar al de la vainilla pero más fuerte, sobre todo para una alfa como ella, joven y hormonal.

—Bu-enos días señorita Im—Hizo una leve reverencia pasando de largo sin mirar a Nayeon quien cerraba la puerta tras ella. Mina traía una mochila con ella y su computadora en una de sus manos—. Es una casa bonita—Halagó al cruzar la sala llena de artículos importados desde Inglaterra.

El olor del alfa de Mina estaba volviendo loca a la coreana, esta se sostuvo con fuerza al barandal de las escaleras mientras subían al segundo piso, decidió esperar a la japonesa en su habitación, esta dejaba sus cosas en la habitación del lado como ella misma le pidió. Su omega estaba muy ansiosa, la orillaba a sus instintos más vanales y en aquél momento en que por fin tenía cerca un alfa de verdad se ponía de una forma casi sofocante para la mujer.

Nayeon cruzó sus piernas al ver a la japonesa entrar esta vez solo con la caja de condones en la mano evitando su mirada. La habitación en la que estaban tenía una cama adoselada, un balcón que daba al patio trasero, unos muebles de cuero negro y un baño espacioso con bañera. Los ojos de la omega recorrieron a la alfa quien se veía nerviosa, eso se notaba al verla secar el sudor de sus manos en sus vaqueros.

—Mina, ven.

La pelinegra relamió sus labios y la miró con ojos ansiosos. Se sentó a su lado haciendole llegar el calor de su cuerpo, su aura joven y ese olor a alfa que la estaba volviendo loca. Ahora la veía el triple de atractiva y eso que aún no se desnudaba, pero no tuvo que pedirselo porque comenzó a quitarse la ropa comenzando por la camiseta. La respiración de la coreana se hizo cada vez más pesada al ver el torso desnudo de Mina, la piel pálida y esos pechos que se escondían en ese sostén deportivo.

—Señorita Im...

Mina no tuvo que mencionarlo, la castaña desabrochó con manos temblorosas su pantalón y lo bajó junto con los bóxers negros dejando a la vista el miembro erecto de la alfa. La japonesa tragó saliva al sentir la mano calida de la omega que bajó y subió con lentitud por la longitud de su miembro, Nayeon sintió el deseo cegarla en aquél momento, sus manos fueron al instánte a su bata de seda para arrancarla con rapidez de su cuerpo desnudo dejando en resplandor su belleza joven y femenina. Se abalanzó para besar la japonesa mientras esta subía sus manos por su cuerpo con suavidad, las palpitaciones de Nayeon la hicieron gemir por el nivel de conexión que estaba sintiendo en ese momento, sin una sola penetración, sin un solo toque en una parte erógena...Se estaba enloqueciendo por aquella alfa.

Su omega se retorcia por tener ese anhelado momento con Mina quien la hizo caer en la cama suavemente toqueteándola con pasión. El lubricante dado por la omega comenzaba a bajar por sus muslos lo que le daba una señal al alfa para penetrar. Y así lo hizo, entró con tanta facilidad que se escuchó un simple choque de sus carnes.

Nayeon gimió extasiada sintiendo múltiples sensaciones en su cuerpo, unas que jamás había experimentado, era algo indescriptible. Mina comenzó a moverse con fuerza dejándose guiar por su alfa y Nayeon estaba completamente sumisa ante el dominio de su omega. La cama comenzó a sonar contra la pared, la japonesa tomó las caderas de la empresaria moviendo las suyas a un ritmo frenetico que la estaba haciendo ver el propio cielo.

Nadie te sabrá decir qué se siente estar con un alfa en tu celo hasta que lo experimentas; las palabras de Jihyo, la novia de su hermano, resonaron en su cabeza. Justo cuando estaba en su punto más alto, sintió como Mina comenzó a eyacular dando un gruñido fuerte que la hizo temblar. Pasaron unos cinco minutos hasta que Mina pudo salir de Nayeon sin problema desechando el condón que se puso antes de penetrarla.

Se recostó al lado de la castaña quien se veía satisfecha, tenía los ojos cerrados y tomaba bocanadas suaves. Mina suspiró, no estaba cansada, pero sabía que ese solo sería el principio de muchas horas de sexo.

—Saca otro condón...—Pidió la voz jadeante de Nayeon.

I want you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora