Narrador omnisciente:
Mina observó con fascinación la vista que tenía en aquél momento, las olas chocaban con tranquilidad mientras sus pies se hundían en la arena. Y eso no era todo, la casa de playa era de Nayeon y justo salía junto a Sana en vestido de baño con unas botella de soju en sus manos.
—¿Este es mi regalo?—Cuestionó Mina con una sonrisa.
—Disfrútalo, a mi no me traían a la playa por ganar el semestre—Habló Sana con gracia arrebatando una de las botellas de soju de los brazos de Nayeon.
Mina rio al ver como la pelirrosa tomaba un buen sorbo de soju, hacía una mueca y después corría hacia el mar dando vueltas.
—Es muy típico de ella—Dijo Nayeon acercándose a ella y pasándole su botella de soju—. Si la hubieras conocido en la secundaria sabrías que es más calmada en su adultez.
Mina levantó ambas cejas y después rio, abrió la botella de soju a la vez que lo hacía Nayeon quien extendió la suya con una sonrisa.
—Felicidades...Espero que lo próximo que celebremos sea tu graduación, Minari.
Mina sonrió ante el apodo y después chocó su botella contra la de Nayeon dando un gran sorbo un instante más tarde. No se dejaron de ver a los ojos en ningún momento, pero tuvieron que apartarse cuando una Sana mojada llegó a arrastrar a su amiga al mar con varias negaciones de esta, al final terminaron chapoteando y haciendo poses extrañas bajo la mirada divertida de la pelinegra. La vida de Mina estaba cambiando radicalmente por Nayeon, lo que le gustaba, pero en parte también le asustaba. No quería que nadie comenzara a relacionarla con la empresaria y que esta pudiera tener problemas por eso, la puso triste el pensamiento de que sus padres probablemente se negarían ante cualquier tipo de relación con alguien de clase media como lo era ella.
—¡Vamos, mocosa! ¡Entra o iremos nosotras mismas a desnudarte!—Le gritó Sana seguido de un guiño que le causó gracia a la universitaria.
Nayeon le dio un golpe que hizo reír a carcajadas a la japonesa de cabello rosa mientras la pelinegra se deshacía de sus prendas.
—Ya veo por qué llegaste tan feliz de ese fin de semana—Le dijo Sana a su mejor amiga con una mirada pícara, Mina había quedado en paños menores y juntaba su ropa en una tumbona.
—Cállate—Espetó con Nayeon sonrojada al ver que Mina se adentraba con rapidez al agua.
—Mina, ¿sabes nadar?—Preguntó Sana.
La japonesa se encogió de hombros como respuesta.
—Si me atrapas te doy sesenta mil wones—Apostó Sana que comenzó a nadar con rapidez.
—¡Eso es trampa!—Gritó Mina comenzando a seguirla.
Nayeon quedó de pie en la orilla pensando que aquellas dos eran unas niñas pequeñas. Sonrió mirando como ambas se divertian, recordando las palabras de Sana el día que fueron de compras.
¡Has algo arriesgado! Llama la atención de esa alfa, algo que la haga sentir que no está con una simple amargada. Te aseguro que comenzará a quererte más allá de lo sexual.
Y al ver la gran sonrisa en la cara de Mina supo que había dado en el clavo, eso sin contar que todavía no daba su verdadero regalo.
—¡Espérenme!—Gritó comenzando a nadar hacia ellas.
[...]
La noche llegó más pronto de lo que Nayeon pensó, o bueno, realmente la pasaron tan bien nadando que apenas notaron como el sol se escondía. Sana cantaba borracha a todo pulmón su canción favorita de Ukiss mientras Nayeon dirigía a Mina a la habitación principal, ellas estaban más "sobrias" que Sana, pero no del todo. Lo primero que la japonesa vio fue una gran foto familiar en la pared, los Im posaban con ropa de gala dándole una mirada seria a la cámara desbordando sus genes bien vistos.
—Así que esta es la habitación de tus padres—Intuyó Mina después de escuchar como la puerta se cerraba detrás suyo.
—Sí, aunque no vienen mucho por estas fechas. Son más de venir en Septiembre u Octubre—Contestó Nayeon parándose a su lado.
Mina bajó su mirada hasta la omega, ahora tenía unos shorts de mezcilla y una camiseta ancha, pero seguía viendose extremadamente bien.
—¿Para qué me trajiste aquí?—Preguntó Mina sentándose en el borde de la cama.
Nayeon dejó de mirar la foto familiar y se volvió hacia Mina.
—Te daré tu verdadero regalo—Replicó.
La pelinegra sonrió con nerviosismo al verla dirigirse al armario. Sacó algo de allí y después lo escondió detrás suyo mientras caminaba hacia ella.
—Cierra los ojos y junta tus manos abiertas—Pidió con una sonrisa.
La japonesa hizo lo que se le pidió, pasaron unos segundos y después sintió una caja en su mano. Frunció el ceño, abrió los ojos y allí vio la caja abierta con un collar dentro.
—No quería ser cliché, en serio, pero Sana insistió que te podría gustar y yo le dije que no sabía si te agradaba que una omega te diera algo que normalmente dan los alfas a los omegas, pero era muy lindo porque tenía un dige de alfa aunque también era significativo y...
Nayeon se calló al sentir los brazos cálidos de la japonesa rodeándola. Parpadeó varias veces antes de corresponder el abrazo.
—Es lo mejor que me han dado. Gracias...
Se quedaron así lo que pudieron ser horas, meses, días u horas, pero simplemente fueron unos minutos. Mina rompió el abrazo y mirando a Nayeon le preguntó.
—¿Puedes ayudar a ponermelo?
Nayeon no sabía qué hacer con sus sentimientos en aquél punto, ella sentía que se estaba comenzando a involucrar demasiado con Mina.
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I want you.
FanfictionNayeon es una omega autoritaria que después de mucho esfuerzo y de forjar su carácter pudo heredar la empresa de su padre. Sabe que no quiere pareja pero sus celos le piden con desesperación un alfa que pueda calmarlos, parece que ni sus pastillas l...