Mucho gusto

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Narrador omnisciente:

—Soy Im Nayeon, es un gusto—Se presentó la mujer con amabilidad.

—Yeh Shuhua, el gusto es mío—Le respondió la castaña.

No hubo apretón de manos, ni nada por el estilo, solo las dos mirándose. Mina quería hablar, pero las palabras parecían quedársele a mitad de camino, ¿cómo podía ser que eso estuviera ocurriendo?

—¿Gusta en pasar?—Preguntó Shuhua rompiendo el silencio que se formó.

Nayeon estaba a punto de responder cuando Mina por fin habló.

—¿Ella? No, no creo que quiera entrar. Es una persona muy ocupada—Replicó atareadamente por la empresaria.

Nayeon le dio una mala mirada y aclaró su garganta.

—Claro que me gustaría pasar, aquí afuera hace mucho frío—Le aceptó la invitación con una sonrisa.

Shuhua abrió un espacio en la puerta e hizo un ademán para que la coreana pasara. Nayeon se adentró en la casa, Shuhua la miró por unos segundos antes de seguirle el paso.

—Shuhua—Mina intentó llamar la atención de la taiwanesa quien solo la ignoró.

Carajo, esto es malo. La extrema amabilidad de ambas me pone los pelos de punta; pensó caminando a pasos grande hacia la sala de estar. Nayeon tomaba asiento al lado de Tzuyu quien la miraba como si fuera irreal, Miyeon por su parte miraba confundida a su amiga quien no le quitaba los ojos de encima a la empresaria.

—Se ve muy acogedor el departamento—Dijo Nayeon mirando las paredes y la cocina.

—Lo es, Mina y yo vivimos muy bien aquí—Shuhua acentuó el "Mina y yo" para que Nayeon pusiera más atención en eso.

¿Estaba buscando ponerla celosa? ¿Qué pensarán que tenían algo? Sin embargo, para empezar Shuhua no sabía cuál era su relación con la coreana, además, no tenia por qué estar celosa de esta. Nayeon asintió sin quitar su sonrisa de sus labios.

—Oh, lo creo, en la universidad siempre se viven cosas bonitas y pasajeras—Contraatacó sin darle ni una mala mirada. Ahí iba la respuesta de Nayeon, algo no le gustó a Shuhua por la última frase, la omega ni se molestó en ocultar su ceño fruncido. La japonesa no sabía muy bien qué hacer, compartió una mirada con Tzuyu quien parecía pedirle un contexto de la situación, pero ni ella lo sabía.

—No creo que usted sepa qué es vivir en un departamento así en la universidad, digo, siendo la hija de un empresario debió estar siempre en las casas más lujosas y en una de las más prestigiosas—Arremetió Shuhua quien parecía no quería perder la batalla.

Nayeon parecía no inmutarse. Mina la miró nerviosa pensando una excusa para llevársela y que aquella escena terminara en ese instante.

—No creo que eso sea algo para alardear, de hecho se me hace patético—Se enogió de hombros y miró a Mina—. ¿Por qué no te sientas? Shuhua y yo estamos hablando cómodamente mientras tú estás ahí parada.

Ambas omegas pusieron los ojos en ella haciendo que los nervios volvieran.

—Y-Yo olvidé que tenía que ir por-por unas cosas al supermercado. ¿Me puedes acompañar, Nayeon?—Le dijo con una sonrisa incómoda,

I want you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora