Narrador omnisciente:
Tzuyu entró a casa mirando su reloj de su mano izquierda escuchando como el cuchillo sonaba contra la tabla de picar, extrañada caminó hasta allí donde se encontró a una pelinaranja de espaldas cortando zanahorias mientras escuchaba Cigarettes after sex en el pequeño parlante que había en la moderna cocina. La castaña alta sonrió caminando hacia la japonesa mientras aflojaba su corbata negra, el olor del estofado que hacía Sana se colaba por sus fosas nasales y sus brazos se colaron por la cintura de su novia escuchando un leve jadeo de sorpresa que se calmó al sentir ese olor característico de su alfa.
—Saliste temprano del trabajo hoy, ¿eh?—Murmuró la más alta en el oído de la beta quien gimió por lo bajo dejando de lado el cuchillo para voltear envolviendo sus brazos en su cuello moreno—. ¿Un beso de bienvenida?—Pidió mirando los ojos avellana de la mujer.
Sana soltó una risita mientras se alzaba un poco para alcanzar los labios sedosos de Tzuyu, fue un beso suave al principio que se convirtió en uno más profundo. La castaña bajó sus manos hasta los gluteos de su beta apretándolos y sacando un gemido sonoro de los labios de esta, después de casi un minuto y medio se separaron un poco dejando que el silencio las consumiera mientras compartían una mirada. Para Tzuyu nunca hubo una contemplación con una beta, ni siquiera cuando estaba en la universidad lo había pensado, solo había puesto sus ojos en Miyeon y los había dejado ahí creyendo que ella sería su alma gemela, pero estaba demasiado equivocada, Minatozaki Sana era comprensiva, alocada y nunca se ponía celosa de ninguna omega que se acercaba precisamente por ser una beta demasiado segura de sí misma que sabía que Tzuyu solo la miraba a ella entre tantas que había, incluso en la empresa donde ahora ella trabajaba.
—Quise hacerte algo de comer ya que llegué temprano, para que veas que sí te amo lo suficiente—Habló Sana rompiendo el silencio, los ojos de la taiwanesa fueron hasta la olla donde se veía más como un vomito burbujeante que con comida de verdad. Intentó disimular, pero pronto comenzó a reír ganándose un ceño fruncido de la japonesa quien terminó por salir de sus brazos.
—Es muy bello de tu parte, naranjita, pero eso es lo menos comible que he visto en mi vida—Le dijo haciendo que jadeara ofendida. Tzuyu se acercó más intentando volver a besarla, pero la japonesa estaba lo suficientemente ofendida—. Te compraré comida china, ¿quieres?
Sana apartó la mirada apretando los labios intentando que no saliera su sonrisa a la luz ya que quería quedar como que estaba molesta porque su novia insultó su comida, pero hasta ella sabía que se le había olvidado echarle sal y solo había puesto verduras al azar en la olla.
—Está bien, pero prometeme que me enseñarás a cocinar—La señaló, la morena asintió al instante con una sonrisa a lo que ella terminó por sonreír también.
Ambas salieron de la cocina de la mano, Tzuyu escuchaba atentamente como Sana le contaba su día atareado siendo la CEO de K.I Inversiones después de que su mejor amiga decidió irse a Estados Unidos junto con Mina. De vez en cuando se veían, la próxima vez sería cuando su hijo naciera que sería muy pronto así que calculaba que era en unas dos semanas o menos.
—Mina me llamó hoy, dijo que consiguió el ascenso y que estaba muy feliz—Comentó Tzuyu tomando asiento en el sillón—. Pronto nacerá Sunjing lo que la está poniendo más nerviosa, pero yo le dije que todo estaría bien. Aunque la comprendo, yo también estaría así si estuviera a punto de tener mi primer cachorro.
Sana la miró en silencio a su lado, las caricias de los pulgares de Tzuyu en sus muslos la estaban poniendo nerviosa, o eso quería pensar para que el tema de los hijos no fuera la gran cosa. Pero lo era, sabía que su novia quería tener un hijo, pero ella como beta era como un cincuenta y cincuenta para poder quedar embarazada. Ese tema la hacía temblar por el hecho de que Tzuyu se lo propusiera y ella no pudiera tenerlo, el miedo a que la dejara por una omega era latente aunque no lo quería decir en voz alta.
—...¿Sana?
La japonesa levantó la mirada confundida mientras Tzuyu la miraba con preocupación.
—Estoy bien...¿Pedimos la comida?—Cambió de tema lo más rápido posible haciendo que su novia frunciera el ceño, pero aún así tomó su teléfono—. Pídeme un extra de pollo en salsa dulce, por favor.
Tzuyu asintió mientras ella escapaba al baño de su habitación donde dejó el agua correr mirándose en el espejo, el tema de los hijos la ponía demasiado ansiosa. Suspiró y se sentó en el retrete escuchando simplemente como el agua corría, volvió a salir pensando que sería muy sospechoso que se quedara tanto tiempo en el baño, pero al abrir la puerta la luz iluminó a la taiwanesa sentada en la cama con mirada seria. Se veía jodidamente bien con el traje que llevaba aún cuando no llevaba la corbata y tenía dos botones desabotonados. Se quedó en el umbral de la puerta sin saber qué decir realmente mientras los orbes de la morena la observaban con detenimiento.
—Sana...¿Pasa algo? Siempre que hablo del bebé de Mina te pones así, distante y me evitas—Tzuyu se levantó y comenzó a caminar hacia la japonesa quien se apegó contra el umbral con nerviosismo—. ¿Me dirás?
La pelinaranja rascó su cabeza, evitaba a toda costa mirar a su novia, si había un momento para ser sincera era ese y tenía que decir lo que la atormentaba o no podría más con eso.
—Tengo miedo de que me dejes por una omega. Sé que quieres un hijo al ver a Mina siendo madre, pero yo...yo no sé si pueda en estos momentos, además la empresa y tu trabajo. Yo no quiero decepcionarte y que me veas como alguien que no puede complacerte, realmente nunca había pensado en eso estando con algún alfa antes, pero justo ahora te tengo a ti y quiero estar contigo por mucho tiempo...
La japonesa calló cuando los brazos de Tzuyu la rodearon con fuerza mientras esta le daba un beso. Frunció el ceño confundida, la taiwanesa la miró en silencio con una sonrisa en su rostro después de separarse.
—Sana, yo te amaré así tengas mi cachorro o no. No me importa si quiero tener un hijo, justo ahora estás en tu mejor momento y yo no soy quién para decirte que te embaraces cuando no quieres. No quiero ser un alfa como los demás...Yo quiero tenerlo todo contigo, pero no hay que tomarlo tan a la ligera...—Su sonrisa se ensachó más demostrando el amor que le tenía a la beta.
Sana dejó su cabeza caer en el pecho de su alfa dejando que su corazón acelerado golpeara sus oídos.
—Yo...realmente te amo, Chou Tzuyu.
La taiwanesa acarició su cabello naranja con cariño mientras la sostenía. Su corazón se aceleró aún más al saber que la japonesa escuchaba sus latidos.
—Yo también te amo, Sana.
Aquél momento fue crucial para saber que ambas eran la una para la otra, se complementaban sin necesidad de tener un hijo o algo que las atara. Se querían con tanto fervor que su amor entendía qué era tener una vida de pareja.
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I want you.
FanfictionNayeon es una omega autoritaria que después de mucho esfuerzo y de forjar su carácter pudo heredar la empresa de su padre. Sabe que no quiere pareja pero sus celos le piden con desesperación un alfa que pueda calmarlos, parece que ni sus pastillas l...