Final del celo

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Narrador omnisciente:

Mina se adentró en la casa residencial con una bolsa de comida en sus manos, no hizo falta que buscara a la coreana pues la música proveniente de la piscina le indicó que allí estaba, la japonesa salió para encontrarse a Nayeon boca abajo en la tumbona bronceandose. Se acercó letamente hasta ella y la sorprendió con un beso en su hombro.

—Llegaste temprano—Fue lo primero que dijo Nayeon volteando a mirarla con una sonrisa, no pudo ver sus ojos gracias a los lentes de sol que traía pero Mina sabía que se achicaron.

—Lo sé, cancelaron la clase de las tres—Explicó Mina y miró el cuerpo rojizo de la coreana—. ¿No has estado mucho tiempo bajo el sol?—Cuestionó curiosa tocando levemente la piel de la mujer.

Nayeon se levantó mientras se quitaba sus gafas de sol y le sonrió con coquetería.

—Tienes razón...—Sus manos se dirigieron al nudo de la parte posterior de su vestido de baño donde comenzó a desamarrarlo—. Necesito urgentemente un chapuzón, está haciendo demasiado calor aquí.

La prenda cayó al piso y los ojos de Mina miraron los pechos desnudos de la coreana, Nayeon se comenzó a meter a la piscina sin afanes, allí fomenzó a nadar boca arriba dejando como protagonistas sus pezones rosados. La japonesa relamió sus labios, sus pantalones comenzaban a abultarse y sus ojos no podían apartarse de la figura femenina que nadaba con tanta tranquilidad.

—¿No vas a meterte?—Preguntó Nayeon de forma provocativa.

Mina comenzó a quitarse la ropa con rapidez para después lanzarse a la piscima solo con su ropa interior. Con ojos fieros y brillantes se acercó a la coreana que la esperaba en una esquina de la piscina con esa sonrisa traviesa. Sus rostros quedaron a centímetros antes ee que Mina comenzara a besarla con desesperación y deseo, la mano de Nayeon bajó por el torso de Mina hasta llegar al miembro erecto que era protegido por una tela fina.

—¿Alguna vez has tenido sexo en una piscina?—Cuestionó Nayeon entre besos.

—No, nunca—Contestó Mina sin prestarle demasiada importancia, estaba ocupada bajando sus besos por el cuello de la castaña.

Nayeon se separó bajo la mirada atenta de Mina, bajo el agua se pudo ver como se quitó la parte faltante de su vestido de baño, cuando lo sacó fue una invitación bastante clara para que Mina comenzara a hacer su trabajo. La japonesa bajó sus boxers y se acercó para besar de nuevo a la coreana mientras que con una mano comenzaba a masturbarla, después la penetró con facilidad sacandole un gemido a la coreana que se mordió el labio presa de la excitación. Mina recostó contra las baldosas de la piscina a la empresaria y allí comenzó a darle embestidas fuertes que sacaban gemidos placenteros, la omega apegaba sus dedos a los omoplatos de la alfa que se concentraba en el placer que la consumía.

A pesar de que el agua era incómoda, no era un gran impedimento para que diera sus mejores estocadas sus uñas se enterraron en el piso, se presionaba para no morder a la castaña. Lo había controlado muy bien todos esos días, esperaba poder seguir haciéndolo hasta ese día que terminaba el celo de la mayor. La oleada de placer terminó con Mina dando un gruñido y con sus uñas enterradas en la palma de su mano sacando algo de sangre.

—Eso fue fantastico—Murmuró Nayeon recostando su cabeza en el hombro de Mina.

—Sí que lo fue—Respondió Mina en su oído con los ojos cerrados.

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