Narrador omnisciente:
Mina volvía a su departamento después de terminar sus clases en la universidad. Estaba demasiado ajena escuchando Deftones mientras leía el libro que le habían dejado en la clase de Francés, aprovechando esos veinte minutos que tenía en la caminata. Su teléfono vibraba en su bolsillo, pero ella no le prestaba atención porque sabía muy bien quién era pero no tenía intenciones de contestarle cuando no le había hablado desde que se habían despedido al terminar el celo que contando ese día era exactamente una semana y media, Nayeon simplemente era alguien que Mina no podía comprender y cuando recibió su pago la noche anterior le quedó claro que ella era la que sacaba el estrés de la empresaria en su celo, pero nada más, su vida de empresaria era más importante para ella por eso mejor no respondía para no discutir.
Comenzó a buscar en sus bolsillos sus llaves, antes de poderlas sacar de su bolsillo fue golpeada con fuerza contra la puerta sacando un jadeo sorpresa seguido de un gruñido de dolor. Sus auriculares volaron lejos mientras volteaba a mirar quién la había atacado encontrándose con un hombre de unos treinta con traje costoso y con mirada rencorosa.
—¿Qué carajos le pasa?—Cuestionó Mina mirándolo confundida.
El hombre se acercó a ella y la levantó tomándola por la camiseta, un puñetazo impactó en su mejilla con fuerza haciéndola gemir de dolor al sentir ese escozor comenzando en su fina piel. Mina no sabía qué ocurría, pero razonar con el hombre no estaba dando frutos, ella no sabía mucho sobre peleas por lo que intentaría ingeniárselas para inmovilizarlo, el desconocido intentó incrustar su puño cerrado en sus costillas siendo esquivado por la japonesa quien retrocedió levantando sus brazos poniéndose en posición defensiva.
Era un alfa, Mina podía verlo en sus orbes marrones y en su actitud dominante. Parecía demasiado enojado con ella, aunque ella realmente no lo podía reconocer, no era alguien que se viera mucho por esos lugares. Intentó de nuevo darle otro derechazo siendo esquivado de nuevo, patada lo lanzó contra el pavimento viendo la oportunidad de inmovilizarlo así que se subió encima de él y tomó sus brazos con fuerza mientras lo miraba con seriedad.
—¿Quién es usted y por qué me está golpeando?—Lo preguntó lo más educada posible. El olor a alcohol la golpeó, realmente había alguien que tomaba alcohol a las tres de la tarde en pleno miércoles.
El alfa le sostuvo la mirada por unos segundos entreabriendo los ojos, Mina creyó que iba a hablar por fin, pero se equivocó porque lo siguiente que sintió fue como le daba un golpe con la cabeza haciendo que quitara su agarre de sus brazos para tocar su cara donde comenzaba a salir sangre por su nariz debido al golpe. Me está colmando la paciencia; se quejó mentalmente mientras retrocedía escuchando la risa burlona del hombre.
—¿Cómo vas a cuidar a Nayeon cuando eres una nenita que ni sabe pelear?—Le espetó con desdén para después encestarle una patada en el costado de su abdomen haciendo que gimiera de nuevo del dolor—. ¡Ella necesita un alfa fuerte! Que la cuide cuando esté en peligro, que la folle con dureza y le de lo que necesita. Mírate, tú solo eres una universitaria que vive en una pocilga—Se oía rencoroso ante lo que para él era una derrota.
Cuando el nombre de la omega salió de los labios de aquél alfa, Mina pudo saber que se trataba de un resentido que fue rechazado por ella. Lo que le preocupaba era por qué sabía que ella se veía con la empresaria cuando habían sido tan precavidas.
—¿De quién habla? No conozco ninguna...
Otro puñetazo cayó directamente en el ojo de Mina, la chica gruñó con frustración levantándose harta de la situación. Lo tomó del saco de su lujoso traje y lo empujó contra el mercedes que le pertenecía, levantó su mano dispuesta a golpearlo, pero él solo sonreía con satisfacción por sacarla de quicio.
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I want you.
FanficNayeon es una omega autoritaria que después de mucho esfuerzo y de forjar su carácter pudo heredar la empresa de su padre. Sabe que no quiere pareja pero sus celos le piden con desesperación un alfa que pueda calmarlos, parece que ni sus pastillas l...