Las fotos

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Narrador omnisciente:

El lunes por la mañana Nayeon caminaba radiante por el piso de presidencia, saludó como de costumbre a Sana tomando su café de su escritorio, pero su amiga se veía preocupada.

—¿Qué pasa?—Preguntó ojeando su agenda del día sin dejar de sonreír.

La japonesa abrió su boca para hablar aunque hizo falta que lo hiciera.

—Te he esperado casi toda la mañana, Nayeon—La voz del único alfa que le ponía los vellos de punta a Nayeon, era la de su padre.

Volteó a ver al hombre de cabello castaño con traje azul marino haciendo un ademán para que entrara a la oficina con una cara seria. La coreana sentía que algo malo ocurría, pero decidió ignorarlo mientras pasaba a su oficina seguida de su padre quien cerró la puerta tras él.

—¿A qué se debe tu visita? ¿Quieres ver los avances del evento o...?

—¡Qué avances ni qué nada!—Bramó su padre asustándola—. ¿Puedes explicarme, por qué estas fotos fueron enviadas ayer a mi casa?

Un fajo de fotografías cayó en el escritorio, Nayeon las tomó al instante pasándolas con rapidez mientras palidecía, era Mina con ella teniendo su gran momento en la jodida piscina de la casa donde pasaron su celo, las imágenes eran tan explícitas que decidió no seguir por la vergüenza que tenía con su padre.

—Padre, yo...

—¡Te dije que fueras discreta! ¿Sabes la imágen que puede dar esto si se filtran esas fotos? Los demás alfas asociados me caerán como cuervos además de que sería un desastre para el proyecto nuevo—Espetó furioso. Sus ojos de alfa hacían que Nayeon desviara los suyos.

—Lo arreglaré, lo prometo...Papá por favor...

—Pensé que eras más sensata que tu hermano el día que te nombré presidente después de que dijera semejante barbaridad...¡Y pasa esto sin haber cumplido siquiera cinco años en el puesto!—Su padre pellizcó el puente de su nariz cerrando los ojos con fuerza, tal vez haciendo un intento por disipar su enojo.

Aquellas palabras dolieron más que cualquier puñalada en el corazón, Nayeon frunció su ceño mientras intentaba no alterarse de más.

—No se dañará la reputación de K.I Inversiones, lo primeto—Contestó con seriedad.

—Más te vale, Im Nayeon—Advirtió el alfa caminando hasta la puerta, pero se volvió hacia su hija menor antes de salir—. Ah, y sobre Taeil, pensaba despedirlo como me dijiste, pero...Creo que tendrás que convivir con él un tiempo más.

Salió dando un portazo, Nayeon dejó salir su enojo en un grito ahogado y un puño que cayó en su escritorio intentando desahogarse un poco, pero la furia que sentía en aquél momento no se comparaba con nada. Llamó a Sana quien en un instante estuvo allí mirándola con preocupación.

—Sana, investiga quién me tomó esas fotos...Necesito encontrar a ese hijo de puta antes del evento del proyecto. Si es necesario busca a ya sabes quienes—Le dio una simple mirada después de entregarle las fotos y la pelirrosa solo asintió saliendo de allí.

Los problemas apenas comenzaban para ella.

[...]

Mina se levantó en la mañana del lunes con animos, había acabado los examenes y las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina. ¿Qué mejor que eso? Preparaba su desayuno con suma calma mientras tarareaba la pegadiza canción de un grupo cualquiera del momento.

—¿Qué hay de desayuno hoy, chef Myoui?—Preguntó una voz cerca a su oído.

Mina se apartó al instante mirando asustada a Shuhua quien rio por su reacción.

—Eres realmente asustadiza, lo he notado estos días—Siguió hablando la castaña mientras miraba los huevos estrellados y el kimchi que se hacían en la estufa—. Huele realmente bien—Sonrió y caminó hacia el sillón donde se dejó caer de nuevo como un saco de papas.

—Es bueno que despertaste por tu cuenta y no tuve que ir yo a hacerlo, probablemente te transformes por el susto—Contestó la japonesa volviendo su labor.

—No hubiera sido un problema si lo hacías tú, la verdad.

Mina relamió sus labios y sintió sus nervios aparecer. El comentario la distrajo unos segundos, por poco se quema, pero fue salvada por el delantal que traía.

—¿Qué piensas de la fiesta de Yugyeom el sábado? Dicen que estará muy buena y que será la despedida del semestre—Volvió a hablar la taiwanesa.

Mina se encogió de hombros mientras servía el desayuno y después caminó hasta la mesa llevando los platos.

—No soy de ir a fiestas, creo que puedo contar con los dedos de mis manos las veces que he ido a una en lo que llevo en esta universidad—Contestó con simpleza sentándose en frente de la omega.

Shuhua tomó sus palillos y comenzó a comer sin dejar de mirarla.

—Podríamos ir juntas, beber un poco y volver. Sería un buen plan—Sugirió después de tragar su primer bocado.

Mina levantó una de sus cejas mirándola con detenimiento.

—No lo sé...Universitarios borrachos, promiscuos y drogados...—Hizo una mueca de desagrado al imaginárselo—. Me sonaría más verme las mil películas de Saw.

Shuhua rodó los ojos ante el comentario.

—¡Vamos, Mina! Termina de disfrutar esta etapa, te vas en un año. Además no va a ser de quedarnos allí hasta el amanecer, será algo tranquilo...¡Lo prometo!—Intentó convencerla. Su mano palida y tersa se posó sobre la de la alfa quien miró fijamente aquél toque—. Lo siento...—Se disculpó la omega al ver lo que había hecho involuntariamente.

O bueno, involuntariamente a los ojos de la japonesa.

—Está bien, iré a la fiesta, pero a la primera que se me acerque un beta ofreciéndome drogas o sexo me iré de allí—Condicionó señalando a la taiwanesa con sus palillos.

Shuhua levantó sus brazos y asintió con una sonrisa.

—Comamos antes de que se enfríe—Dijo Shuhua y así siguieron su desayuno.

Hablaron de distintas cosas, muchas de esas eran ocurrencias de Shuhua que hacían reír con fuerza a Mina. La omega era muy carismática y divertida, Mina se preguntaba por qué no la conoció antes de todo eso, lo más lógico era que sus facultades eran lo más opuesto de la universidad. La alfa en el fondo creyó haber encontrado una buena amiga, pero Shuhua no pensaba lo mismo.

I want you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora