Explicaciones

962 146 10
                                    

Narrador omnisciente:

Nayeon arrastró a Mina fuera de cualquier mirada curiosa y se encerró con ella en una sala de juntas cerrando las persianas para más privacidad. La pelinegra la miraba desde el otro extremo con su ojo morado y su nariz hinchada, Nayeon quería abrazarla con solo ver como la habían golpeado. Ese malnacido no se cansa; se quejó en sus pensamientos mientras buscaba una manera de comenzar la conversación. Era realmente incómodo que su primer reencuentro con Mina después de su celo fuera de esa forma, con la alfa golpeada y enojada con ella sin saber cómo explicarle por qué Taeil sabía de su existencia.

—Hmm...¿Quieres hielo para tu ojo? No se ve bien...—Ofreció, Mina se negó al instante, su mirada estaba fija en ella poniéndola de nervios. Nayeon relamió sus labios y comenzó a tamborilear sus dedos contra el vidrio de la mesa—. ¿Cómo pasó...eso?—Cuestionó dejando que los nervios dejaran de lado su actitud segura. Se sentía vulnerable ante Mina en aquél momento, su jerarquía esta vez se estaba marcando por la intensidad de la mirada que le brindaba aquella alfa a una omega que sentía podía reclamar. Nayeon mordisqueó sus labios al ver como Mina se levantó de la silla para caminar hacia ella.

—Un desconocido me golpeó sin razón, después me insinuó que era una poca cosa y te mencionó—Contestó con una voz seria que puso a temblar a la empresaria. Nayeon retrocedió un poco cuando la pelinegra estuvo lo suficientemente cerca—. Me llamo Moon Taeil, pero pronto me conocerás como el alfa que te quitó a tu omega—Repitió las palabras del contador con resentimiento.

El odio a Taeil creció en el interior de la omega. Parecía que aquél alfa no había tenido suficiente con lo que le había hecho. Estaba fastidiada de solo escuchar lo que le dijo a Mina.

—Te juro que no es nada mío—Se apresuró a aclarar por alguna razón, tal vez para que Mina no tuviera una idea errónea—. Él solo es un idiota que no soporta que yo lo haya rechazado—Dijo con irritación por la situación.

—Lo supuse—Replicó Mina recostándose contra el vidrio de la mesa—. Hablaba con tanto odio y rencor...—Suspiró cambiando su mirada a otra dirección dejando relucir su perfilada quijada ante la coreana—. Lo que no me explico es por qué sabe que tú y yo pasamos tu celo juntas.

Nayeon cerró los ojos con fuerza, había omitido por completo contarle a Mina sobre las fotos para que no se preocupara, pero justo en ese momento no tenía muchas mentiras que no pudieran ser descubiertas con facilidad. Los ojos de Mina buscaron los suyos, ya no parecía tan enojada, se veía abrumada y Nayeon lo entendía, la habían golpeado sin una razón elocuente.

—Él le pidió a una fotografa seguirnos hasta mi casa residencial, nos tomó unas fotos mientras estabamos en la piscina cuando...—Nayeon se detuvo al pensar en los flashbacks de ese día con el sonrojo apareciendo en sus mejillas. Parecía una jodida adolescente que no podía recordar una experiencia sexual sin ponerse colorada—. Amenazó con publicarla, pero pude detenerlo.

Mina frunció el ceño y después pellizcó el puente de su nariz con visible enojo.

—Debí golpearlo más—Gruñó cruzándose de brazos—. ¿Por qué apenas me cuentas esto, Nayeon? ¿No sabes que mi privacidad también se invadió con esas jodidas fotos?

—Lo siento, yo...

—¿Lo sientes? ¿En serio?—Mina la interrumpió mientras se acercaba con enojo—. ¿Por qué no solo aceptas que fuiste egoísta? Claro, ahora me cuadra lo que me dijo ese malnacido. Yo solo soy una universitaria corriente que no tiene nada que perder, pero tú perderías tu imágen de omega fría e independiente, ¿no?—Rió sin ganas y chasqueó la lengua—. Además te criticarían por salir con una alfa que no sea tan bien vista, que no tiene dinero y que recibe subsidios para estudiar. ¡Qué idiota! De verdad pensé que eras diferente—Espetó con enojo cada palabra. Parecían salir del alma y eran como dagas que estaban hiriendo a la castaña.

I want you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora