Cuatro

463 64 10
                                    


Si anoche había sido extraño, la mañana lo fue aún más. Ae estaba de pie en la habitación, viendo a Tutor dormir profundamente. Su alarma sonaba una y otra vez pero en su esposo no había reacción. De hecho, Ae se había levantado hace ya más de media hora, se había aseado, y desayunado. Cuando notó que Tor no había bajado subió. No podía creer que el hombre siguiera durmiendo. Una parte de él estaba preocupado ¿Estaría mal debido a la alergia del día anterior? No era normal que se quedara dormido. Debido a que esto jamás había pasado estaba allí, observando casi en shock lo que alguna vez creyó imposible. Y ya iban a ser las ocho. Algo indeciso le tocó el hombro. Nada. Lo intentó una vez más, ahora llamándolo.

—Tutor —solo entonces su esposo murmuró algo sin abrir los ojos—. ¿Qué es lo que te pasa Tutor? Debemos estar en la empresa en quince minutos.

Su esposo abrió los ojos de par en par al escuchar la mención de la empresa.

—¿Qué hora es? —preguntó sin aliento. Los mechones oscuros de su cabello apuntaba a diferentes partes y sus ojos tenían ojeras. Había pasado demasiado tiempo desde que lo había visto así.

—¿Ya estás despierto? En serio ¿Por qué estás todavía en la cama a estas horas?

Tutor se movió, como despabilándose.

—Volví muy tarde. El idiota ese de Trump —Ae elevó sus cejas ¿Tutor estaba hablando mal de Trump?— retrasó la reunión y no fue capaz de avisarme —Ae no dijo nada. No era la primera vez que Trump hacia algo así, pero si primera vez que oía a Tutor quejarse de ello. Es más, sonaba molesto por haber estado una hora extra en el trabajo cuando amaba estar más allá que acá, en su casa—. Me vine en taxi, no quise despertarte. Me costó dormir conciliar el sueño. Pasé algo de miedo en el viaje, todo el tiempo temiendo que el taxista tomara otro camino...

Ae volvió a sorprenderse. Esa preocupación había sido suya una vez y por eso había comprado un auto para Tor, pero estaban tan distanciados el uno con el otro que no fue capaz de mantenerse despierto ni preocuparse por esa opción. No sabía cómo sentirse al respecto.

—Bueno, estás en casa —lo observó mientras intentaba levantarse. Parecía mareado—. ¿Quieres ir en mi auto otra vez? ¿O podrás manejar tu solo?

Tutor pareció desconcertado.

—Vamos juntos, por favor. —Respondió

—Entonces apúrate. Te espero con un café en el auto.

—De acuerdo.

Ae bajó a la cocina y pidió que le hicieran café y lo colocaran en un jarro térmico, luego se dirigió al auto y esperó. Fue entonces cuando se arrepintió de haberse ofrecido. Tutor tardaría horas en arreglarse. Estaba por un soltar un suspiro de frustración cuando la puerta de acompañante se abrió.

—Lo siento ¿Te hice esperar mucho? Me aseé lo más rápido que pude ¿Ese es mi café? Muchas gracias, lo necesito.

Ae se quedó atónico porque justamente estaba pensando que iba a tardar más, y luego se quedó embobado porque Tutor estaba hermoso. Ya tenía más color, el cabello mojado aun desprendía gotas de agua, y esta mañana sus labios gruesos y rojos se veían bien. La ropa nuevamente volvió a sorprenderlo. Estaba usando el mismo traje de anoche, salvo por el saco que no lo llevaba ¿Desde cuándo Tutor repetía ropa? Ae tragó y sacudió la cabeza, recordándose que debía ir a la empresa.

—Bien, vamos —Dijo.

—Gracias por despertarme y por el café. De verdad. Si no hubieses subido estaría durmiendo todavía.

Intercambio [AePete/ AeTor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora