Diez

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Ae se encontraba sentado sobre una silla situada justo al lado de una camilla de hospital. Tenía la cabeza apoyada contra sus brazos. De sus manos sobresalían algunos cortes y golpes. Su saco ahora estaba tirado en un cesto porque llevaba sangre de alguien que rogaba estuviera muerto. Tutor descansaba a su lado, inconsciente. No había despertado y tal vez fuera mejor así. El médico después de algunos exámenes le comprobó que no habían llegado a hacerle nada más allá de las marcas en el cuello y en sus muñecas, pero no comprobaba que no le hubiera hecho nada antes.

La cabeza de Ae no paraba de darle vueltas a lo que había visto y en lo que podría haber pasado si no entraba en ese momento. Peor, no podía parar de pensar en las cosas que habían pasado ya sin que él lo supiera. ¿Y si Trump lo había tocado? ¿Si había alcanzado a hacerle algo antes?

No, se dijo. De ser así Tutor se lo hubiera dicho. Pero entonces pensaba en el cambio de Tor que inició con la incorporación de Trump a la empresa.

Pensar tanto en ello estaba causando estragos a sus nervios.

Un teléfono empezó a sonar. Ae levantó la cabeza. Era el móvil de Tutor. Lo tomó. Era número privado. Dudó un segundo pero luego respondió.

—¿Hola? —silencio. Sea quien sea no respondió por lo que volvió a internarlo—. ¿Hola? —Entonces quien quiera que haya llamado cortó.

El peor pensamiento pasó por la cabeza de Ae. ¿No sería que ese imbécil estaba libre, verdad?

Escuchó la puerta abrirse y alzó la barbilla. Eran dos personas. Miró a Tin en primer lugar y luego a Can con aire crítico. Tin levantó las manos.

—Tranquilo. Somos nosotros, nos pediste ropa ¿Recuerdas?

Ae asintió y se puso de pie. Tomó el cambio y fue al baño después de preguntar:

—Tin, dime que está preso y no libre. Si es así, dile que se esconda de mí.

Tin centró su mirada de Tutor y se quedó en silencio unos segundos antes de responder.

—Está en un hospital en realidad, pero esposado a la cama y custodiado.

Ae gruñó ya en el baño. No se merecía tanta misericordia. Cuando regresó, Can lo miró.

—¿Ae? —interrumpió mirando a Tutor. Ae entendió su pregunta.

—No alcanzó a violarlo, pero estoy seguro que es lo que pretendía. Estaba tocándolo, le había bajado el pantalón y lo tenía inmovilizado contra el suelo.

Tin cerró los ojos. Ae vio sus manos temblar mientras él se derrumbó sobre la silla y sacudió la cabeza.

—Él incluso parecía perdido con su propio nombre —susurró Tin.

Ae sólo estaba cada vez más seguro que algo había pasado con anterioridad. Peor, estaba seguro que tal vez Tutor había intentado decírselo, salvo que él no lo había escuchado.

—Creo que él intentó decírmelo —confesó—. ¿Por qué no pensamos que algo así era lo que realmente estaba pasando? —Se cubrió el rostro con las manos—. ¡Tin, llegué a pensar que eran amantes! Lo hablamos varias veces. ¿Y sí él intentó decírmelo? No puedo parar de pensar que al final el que no estaba haciendo nada por entenderlo y escucharlo era yo. Creo que él sabía que no iba a creerle sino lo veía ¡Oh, Dios!

Tin le dio una palmada en el hombro.

—Tutor nunca se vio como víctima —Ae lo mató con la mirada—. No, no me mires así. Ahora entiendo que tal vez solo quiso salir del paso a su manera. Todos sabíamos que Trump es un idiota, pero a Tutor...

Intercambio [AePete/ AeTor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora