Ocho

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Ae bajó las escaleras y tomó el teléfono de la casa y respondió perdiendo todo su autocontrol.

—¡Mira, será mejor qué sea importante porque de lo contrario-¡

—Oh, oh, oh —gritaron del otro lado—. ¡Cálmate!

—¿Qué mierda quieres Tin?

—¿Perdón? Tú me dijiste que te llamara ¿Recuerdas? ¿Qué sucede? ¿Ya empezaste a pelear con Tor? ¿Tan tarde llamé?

Ae guardó silencio, recordando que Tin llevaba la razón. Él le había comentado que no iba a saber guardar la compostura frente a sus padres si Tor empezaba con sus actitudes, algo que en ese momento estaba bastante seguro de que pasaría, pero nada estaba saliendo exactamente como lo había imaginado. Se revolvió el cabello antes de responder.

—No —admitió—, al contrario, acabas de interrumpir mi primer momento de intimidad en meses —gruñó—. Pero tienes razón, mi culpa. Me olvidé totalmente lo que te pedí.

—Vaya eso quiere decir que seré el iniciador de tus peleas.

Ae movió su pie nervioso.

—¿Qué quieres decir?

—Trump está organizando, por orden de tu adorado esposo Tutor, una reunión mañana domingo.

—¿Qué?

—Ve preparando las maletas porque tienes que salir ya si quieren llegar a tiempo.

***

Ae empezó a subir las escaleras de regreso a la habitación con el corazón palpitando de furia. Con cada escalón que subía la imagen de Tutor feliz y tranquilo contrarrestó con las palabras de Tin. Una parte le gritó que tal vez fuera solo cosa de Trump. Cuando abrió la puerta de la habitación, vio que Tutor ya estaba sentado en la cama, con el pijama bien colocado. La idea de que solo fuera cosa de Trump creció porque de ser Tutor detrás de todo tendría que estar haciendo las maletas para llegar a tiempo.

—¿Ae? ¿Qué sucede? ¿Por qué tienes esa cara? ¿Pasó algo? —Tutor parecía sinceramente preocupado y ya estaba destapándose para levantarse y acercarse a él.

Ae sacudió la cabeza.

—Tin me llamó para decirme que diste la orden en la empresa para organizar una reunión mañana. Trump está convocando a todos en este momento —se preparó para ver la respuesta de Tutor. Lo vio abrir los ojos con sinceridad.

—¿Qué? —negó todo—. Yo no he hecho eso. De hecho moví toda la agenda para que todo regrese a su cauce durante la semana a partir del martes... yo... —Tutor calló y entonces lo miró con una mirada que hizo sentir a Ae culpable—. Le crees.

—No sería la primera vez que haces algo así —Dios, lo estaba arruinando todo. Él estaba viendo que Tor no mentía, pero una parte de él no podía creerle en su totalidad

Vio a su esposo ponerse de pie y empezar a buscar algo ¿Se terminaría el teatro?

—¿Qué buscas?

—Mi teléfono. Aquí está —Tutor suspiró—. Me han estado llamando.

Esa información sorprendió a Ae ¿Por qué no lo había escuchado?

—¿Lo tenías en silencio? —interrogó.

—Por supuesto que sí ¿Tu no? —lo vio marcar—. Soda, perdón por molestarte a esta hora, pero me enteré que están convocando una reunión en un día no hábil y cuando estoy en descanso. Quiero que mandes a todos un aviso de que no hice tal llamado. A la primer persona que debes enviárselo es a Trump. Órdenes directas mías, por favor. Gracias, Soda —cuando cortó, un Ae sin palabras lo vio mirarlo con intensidad—. Espero que alguien pueda dársele un aumento a Soda por tener que trabajar a estas horas por culpa de Trump, como también espero que el parentesco con la familia de Tin no mueble una buena charla de los altos ejecutivos con él. Ahora, la verdad es que estoy muy cansando, me gustaría dormir ¿Puedes apagar la luz, Ae?

Ae esa noche cerró los ojos sabiendo que le debía una disculpa a su esposo. Tenía que darle crédito: estaba cambiando, y si bien había pensando que era tarde, su corazón enamorado no pensaba lo mismo. 



***

Pete despertó para encontrar a Ae abrazado su espalda. Le parecería un gesto tierno, ya que usualmente era al revés, pero la acusación de la noche anterior estropeaba el momento. Suspirando, se deslizó fuera de la cama. Revisó su teléfono. Estaba plagado de llamadas perdidas. Todas eran de Trump. Estaba claro que el hombre sentía algo por Tutor. Era cansador, lo acosaba cada vez que podía en la empresa y la obstinación no había hecho más que crecer con los nuevos, al parecer, rechazos de Tutor, bueno, Pete.

Buscó mensajes de su hermano. Nada. De hecho, sus mensajes seguían sin ser leídos. Estaba muy preocupado. Era el tiempo límite, se suponía que para este entonces Tutor ya no debería de estar tan estresado ¿Verdad?

Pete necesitaba irse. Necesitaba que Tutor regresara, anoche había sido prueba de que él estaba enamorándose perdidamente de Ae, de hecho el dolor de saber que no confiaba en él era muy fuerte. No deseaba una confrontación con Ae por lo que se levantó y bajó a desayunar. Existía la posibilidad de que no volviera a ver estas personas y tenía que dejar todo en buenos términos para su hermano.

—Tor, querido, buen día —lo saludó la madre de Ae. Pete le sonrió.

—Buenos días, mama. —la miró con aprecio—. Déjeme ayudarla con ese desayuno.

Ae bajó 20 minutos después, parecía temeroso, expresión que desapareció cuando lo vio y corrió a él y lo abrazó fuerte contra su pecho.

—Tor.

Pete sintió una oleada de electricidad entre ellos y añadió con rapidez:

—Ae.

Antes de que pudieran hablar, sonó el teléfono del salón. La señora se retiró a contestar y Pete se apartó ágilmente.

—¿Qué ha pasado contigo? ¿Por qué pareces tan asustado? ¿Pensabas que me había ido? —Pete estaba enojado por esa acusación y no pudo evitar demostrarlo en sus palabras. Ae pareció avergonzado.

—Lo siento. Lo siento de verdad.

Pete suspiró, estaba perdiendo los nervios.

—Mira, solo olvidémoslo y pasemos este día en paz con tus padres. No sé cuándo podré hacer otro hueco en la agenda.

Tal vez, la próxima vez sí sea tutor, evitó decir.

—Tienes razón.


Saldrían a la tarde, así que después de jugar a las cartas varias veces Pete se disculpó para irse a dar un baño. Como conjunto eligió una remera y una camisa que los suegros de Tutor le habían regalado. Era su etilo y quería poder usarlos. Luego vio a Ae entrar a la habitación, subía por un baño, pero se quedó de piedra al verlo. Sabía que la ropa no era nada que Tor usaria, pero se preguntó si ameritaba esa reacción. El calor en sus mejillas no tardó en aparecer. Ae estaba contemplándolo con ojos fascinados.

—Te han sentado muy bien las vacaciones. Estás radiante.

—A todo el mundo le sienta bien un cambio de escenario de vez en cuando.

Fue como si todos los últimos vestigios de la fortaleza de Ae se terminaran de caer. Suspiró y se acercó, tomando su mano.

—Te he echado mucho de menos.

Pete se preguntó si Tutor podría mantener esto. Él le había dicho que lo hacía porque lo amaba.

—Tal vez no me creas —dijo, sintiendo algo pesado en su garganta—, pero yo también. Ve a darte un baño. Llevaré las maletas abajo y te esperaré con tus padres

Ae se acercó y empezó a besarlo, fue lento, muy despacio, casi de forma totalmente romántica. Pete estaba perdiéndose en este beso y le costó mucho alejarse.

—Por favor, se nos hará tarde —y lo dejó solo.

Abajo se encontró con varias cajas herméticas que la madre de Ae preparó para su viaje.

—Son muchas horas, querido Tor. El blanco tiene pechuga. El verde lleva ensaladas. El rojo son salsas. El azul verduras. Nada condimentado.

Pete sonrió. Esta señora era un sol.

—Muchas gracias, mamá —exclamó.

La partida resultó dolorosa pero Pete estaba decidido. Solo enfrentaría a Trump, correría su agenda por un día más, y si Tor respondía o daba señales de que volvía, sería él que se iría para retomar su vida. Consideraba que ya estaba enamorado de Ae, pero si se iba ahora existían más posibilidades de poder olvidarlo.


Nota: A veces siento que tengo una forma lenta de escribir, perdón si la historia se hace aburrida, no puedo evitarlo si es el caso.

Los muchachos siguen siendo interrumpidos xD, pobres. 

Las intrigas con Tor siguen. 

Ae ya ha caído por este más amable Tor. 

Gracias totales por apoyar este fanfic. Besos y corazones. 

Intercambio [AePete/ AeTor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora