Dieciocho

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Advertencia: Se mencionan temas fuerte como pensamientos negativos y el suicidio. Si eres sensible a estos temas puedes tomar la decisión de no leerlo. 

***

En cuanto Fighter y Sean se marcharon y los gemelos quedaron solos, Pete pudo reaccionar de algún modo.

—¿Estás bien? ¿Debería de llevarte a un hospital? ¿Llamar a una ambulancia? —Toda determinación a reclamar a su hermano de repente había desaparecido. Tutor negó dando un suspiro largo y tendido.

—No, nada de eso. Estoy bien... bueno, algo así.

—¿Algo así? —Preguntó Pete incrédulo. Su hermano lo miró directo a los ojos.

—Estoy... —empezó para detenerse y cerrar los ojos, levantado una de sus manos—. Déjame buscar las palabras correctas de decirlo —sus ojos volvieron a abrirse y lo intentó una vez más—. Digamos que mi cuerpo no está funcionando bien.

¿Por qué a su hermano le gustaba ser un maldito enigma?

—¿Por qué sucede eso?

—...

—Estás abusando de mi paciencia, Tutor. Lo has hecho desde que empecé a ser tú. Estoy más que al límite así que te lo suplico, háblame. Regresé con la intención de gritarte, reclamarte, por hacerme pasar por ti cuando tú te has estado haciendo pasar por mi sin que ese fuera el trato, vine decidido a eso, pero en cambio... al verte así... ¿Qué está sucediendo? Merezco una maldita explicación.

—Ven aquí —Tutor le hizo señas que se sentara con él, más cerca—. Ven, voy a... contarte todo lo que pueda —Todo lo que pueda sin duda no era todo. Su hermano leyó su expresión—. De acuerdo, todo.

Sólo entonces Pete se sentó muy cerca, listo para escuchar finalmente la verdad. Tutor empezó su relato desde antes que cayera frente a la puerta de su casa para pedirle que hiciera pasar por él.

—Sabes que siempre he sido un adicto al trabajo. Siempre he tenido jaquecas por el esfuerzo que pongo en todo lo que hago.

—En realidad, porque te concentras tanto que te olvidas de dormir y de comer, hasta de tomar agua —le recordó Pete. Tutor esbozó una sonrisa un poco débil pero honesta.

—De acuerdo, tienes razón, todo eso que dices. Cuando conocí a Ae, yo estaba tomándome una especia de vacaciones, las primeras para ser exacto y honesto. Luego, me casé. Me consistió en todo, me sentía feliz puedo decir, pero después entré a la empresa. Al principio pude manejarlo pero después las responsabilidades fueron mayores —Tutor marcó un silencio. Pete decidió no decir nada—. Bueno, yo las sentí mayores.

Pete asintió. Podía entender ese hilo conductor. Su hermano siguió:

—No me di cuenta cuándo sucedió, pero poco a poco fui distanciándome más y más de Ae y volcar mi vida en esa empresa. Todo se hizo peor cuando no le caí bien a sus amistades. No puedo decir que me sorprendiera, sé que a muchos no les caigo bien desde el inicio.

Pete también asintió a eso. Era cierto, pero tenía que ver exactamente con lo dicho anteriormente. La verdad era que Tutor no solía ser sociable, durante la escuela, especialmente después de que su padre los dejara, se preocupó por solventar sus estudios, tener las mejores notas, llevar dinero a la casa, y dejó de juntarse con sus amistades hasta prácticamente dejar de tener conversaciones de ocio con ellos. Sólo podía ser sociable con los clientes porque de ello dependía su trabajo. Su hermano continuó:

—Sentí que todo lo que se prestaba era un reto, un reto que estaba obligado a ganar. Las jaquecas volvieron, al igual que mi mala alimentación. Ae empezó a reclamarme. Una parte de mí sabía que tenía razón y lo intenté, de verdad intenté ser más un esposo que un extraño. Pero entonces no podía dejar de pensar que todo el esfuerzo que puse en la empresa seria en vano y nadie paraba de provocarme —Pete lo vio tragar y siguió observando el semblante de su hermano—. Un día tenía una reunión, no había dormido, no había comido, y como dijiste, tampoco había tomado ni siquiera un poco de agua. Me dolía terriblemente la cabeza, pero decidí que la reunión era más importante y sólo tomé un par de pastillas. Sin embargo, todos quisieron beber alcohol y... también bebí. Empezó a dolerme demasiado el estómago y terminé en urgencias después de aquella reunión. Me hicieron estudios. No fui por ellos, apenas podía con el trabajo, las peleas con Ae aumentaban. El médico me llamó varias veces pero seguí auto medicándome. Poco a poco la oficina terminó siendo como mi departamento y mi propia farmacia.

Intercambio [AePete/ AeTor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora