Dieciséis

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Ae estaba impaciente. Si bien su humor había mejorado un poco todavía estaba tenso y susceptible a cualquier murmullo de los diferentes empleados. Cuando finalmente llegó la hora del almuerzo fue el momento en que su cuerpo se relajó. Vería a Tutor y ese solo hecho apaciguaba un poco su estado de ánimo. Estaba por ir por su esposo cuando Soda apareció agitada frente a su oficina.

—¿Soda?

—Señor —El rostro preocupado de ella le hizo pensar lo peor.

—¿Le pasó algo a Tutor?

Soda negó.

—No, bueno, no estoy segura.

—¿Cómo? No entiendo

—Verá, el señor Tutor dejó esta nota para usted —le extendió un papel. Ae entendía menos.

—¿Una nota? ¿Por qué?

—Dijo que tenía que salir a un viaje de negocios con urgencia, pero revisé y no hay ningún viaje, señor Intouch. Además, el señor To... Tutor estaba llorando cuando salió.

Ae tomó el papel y lo abrió.

Ae, lo siento. No puedo almorzar contigo hoy. Sé que te prometí que no volvería ser como antes pero no sé si pueda cumplir esa promesa. Te amo. Tor.

Su rostro se ensombreció al terminar de leer la nota. No podía creerlo. Tutor no podía hacerle esto.

—Soda, dices que estaba llorando ¿cierto? —preguntó para asegurarse.

—Sí, señor. Tenía los ojos rojos y lágrimas caían por su rostro. Nunca lo había visto así, tan triste.

Ae asintió.

—¿Hace cuánto se fue?

—Veinte minutos, señor.

Algo había pasado. Tomó su móvil y llamó a su casa.

—¿El señor Tutor ha llegado a casa? —preguntó en cuanto le respondieron.

—No, señor.

Ae giró para ver a Soda.

—¿Llevaba alguna maleta consigo?

Soda negó.

—Eso es algo más que me pareció extraño. Él no ha traído ropa desde hace semanas, desde que es atento y amable —ella se sonrojó un poco al describir perfectamente el cambio en Tutor, detalle que le hizo saber a Ae que definitivamente algo había pasado.

Además, dudaba que Tutor se fuera sin ropa aunque sea verdad la junta de negocios. No, especialmente si eso era verdad. Ae volvió su atención al móvil.

—Escucha, si el señor llega a casa me llaman de inmediato —miró a la secretaria frente suyo—. Soda, lo mismo para ti. Si sabes algo me llamas. Iré al aeropuerto.

No salía de la empresa cuando chocó con Tin.

—Ae ¿Qué sucede? ¿Qué es esa cara? ¿Acaso no estás por almorzar con Tor?

Ae no podía darse el lujo de detenerse por lo que tomó a su amigo y lo arrastró consigo mientras le explicaba lo que sucedía.

—Tutor jamás lloraría sino pasara algo grave, Tin.

—¿Crees que tiene que ver con el robo de información?

—Él dijo que apenas usaba la computadora pero ¿Estarán chantajeándolo? No sé qué pueda guardar ahí.

Ae estaba en su vehículo, Tin se puso el cinturón de seguridad y le ordenó:

—Sigue manejando, llamaré a Can... Ae ¿te molesta si revisamos su computadora para ver sus cosas personales?

—No, no si me dirá por qué se fue así. O a dónde.

—Bien, lo alcanzaremos. Ahora llamaré a Can.

Pero no lo alcanzaron. Ae y Tin revisaron todo el aeropuerto, preguntaron en cada ventanilla, pero ninguna tenia registrada el nombre de Tutor Intouch.

Tin intentaba darle ánimos cuando Can llamó.

—¿Averiguaste algo?

—¿Estoy en alta voz?

—Sí.

—...

—¿Can? —interrumpió Ae.

—Vuelvan. No puedo decir ni explicar nada por teléfono. Tienen que verlo. Es... delicado.

Los escenarios que pasaron por la mente de Ae eran todos trágicos. Las inseguridades volvieron. Se enojó consigo mismo en el camino por estar pensando mal ¿Acaso Tutor no le había demostrado cuánto lo amaba? ¿No había derribado cada duda de infedilidad? ¿Por qué a veces su mente pensaba así aun? Cuando estuvieron en la empresa Can los esperaba sentado frente al computador de Tutor con expresión seria y convaleciente. En ese instante, el corazón de Ae dio un vuelco.

—¿Can?

—Ae, estoy seguro que no sabes de esto, dudo que alguien lo sepa.

—Can, deja la intriga, ¿qué es?

Can dio vuelta el monitor. Se trataba de un archivo con nombres y direcciones. Ae no lo entendió en un principio.

—Los busqué. Algunos son psicólogos —explicó Can—. Otras direcciones de clínicas donde atienden a víctimas de abuso. Hay algunos estudios de Tutor pero no son respecto a eso, aunque también hay direcciones y recomendaciones de otros tipos de médicos. También hay fotos —Can hizo un par de clics más y respiró hondo. Fue abriéndolas, pasándolas despacio. Todas enfocan hematomas con una forma reconocida por cualquiera en una parte vital del cuerpo humano. Y no cualquier cuerpo, era del Tutor. Ae sintió su sangre ser drenada—. Además —continuó Can—, hace tres meses Tutor recibió fotos. Estas... —Can se dirigió a otra carpeta y abrió. Múltiples fotos de Tutor desnudo sobre una cama, en apariencia, profundamente dormido—. Las rastreé. Provienen de un email y lo encontré —cada clic que daba rompía algo de Ae—. Iban acompañas de este mensaje:

"¿Quieres repetir, Tutor Intouch?"

—No —dijo Ae sin saber cómo. Sacudió la cabeza—. No, no. Ese desgraciado... ese maldito de Trump....

Los ojos empezaron a picarle. En ninguna foto Tutor estaba consiente. Temió lo peor. No, es que aquí estaba la respuesta que Tutor se negaba a darle.

—No sé si la persona que las envió fue él, la verdad es que no hay señal de quien sea...

—¿Quién más podría ser? —Ae respiró hondo—. ¡He estado preguntándole por días si le había hecho algo! —lloró—. ¿Por qué no me lo diría ahora que está preso? ¿Por qué se iría así de repente? No. Oh Dios, tengo que encontrarlo. Él no puede creer que yo fuera a pensar otra cosa de él. Tiene que saberlo.

Tin sujetó su hombro y Can se dirigió a él.

—Noté algo raro —empezó—. Muchas de las locaciones de estos médicos, clínicas y demás... —empezó Can antes de dudar. Ae lo miró impaciente.

—Sigue.

—Coincide con los lugares donde solía viajar por las reuniones de la empresa. Aunque no fue a todas. Y como dije, no todas son de abuso, la búsqueda empezó hace cinco meses aproximadamente de clínicas generales, las de abuso un poco antes de las fotos.

—¿Dices que hay algo mal con su salud y el abuso lo empeoró? —interrumpió Tin

—No lo sé.

¿Por qué no se lo dijo? ¿Por qué dejó qué el matrimonio llegara al borde del divorcio? ¿Por qué ahora se había retirado llorando? ¿Era posible que siguiera pensando que él lo rechazaría? ¿Qué no le creería? ¿Estaba enfermo?

Ae empezó a temblar sacando conclusiones.

—¿Ae? —Era Tin.

—¿Dicen que Tutor en verdad creería que yo lo rechazaría? ¿Qué no lo escucharía? ¿Incluso ahora que sabemos lo que es Trump? ¿Se fue porque yo vería estas fotos y no le creería? ¿Qué no le creería ni siquiera que tuviera un problema de salud? ¿Tiene sentido?

—Ae, tranquilo. Tal vez el complice de Trump lo esté chantajeando. No lo sabemos.

—No puedo. Tengo que encontrarlo. No puede pasar por esto solo. No puede. No puede hacerme esto. No tiene por qué hacerme esto. Si ese tipo lo está chantajeando él tiene que saber que puede confiar en mí, sea lo que sea que le haya hecho. Si tiene algo también tengo que saberlo.

—Voy a llamar a estos lugares. Rastrearé hasta el último donde estuvo ¿Dé dónde llegó cuando cambió?

Entonces Ae tuvo una especie de revelación.

—Tal fue a casa de su hermano, aunque ellos no se hablan, pero puede ser ¿Verdad? ¿A dónde más iría sino confía en nadie más?

—¿Su hermano? —le preguntó Tin. Ae asintió.

—Tiene un hermano, un gemelo idéntico. Tal vez viva donde nacieron. Em.... la ciudad es...

—¿Un gemelo idéntico? —Tin hizo la pregunta en tono tan raro, pero Ae lo mal interpretó como sorpresa.

—Lo sé. Sorprendente ¿no? No me enteré hasta hace poco. Se llama Pete. No sé si es casado, pero si no es sí su apellido es Pitchaya. Podemos buscarlo.

Nota:

Tal vez este pecando de explotar las dudas alrededor de Tutor. Este capítulo lo edité como tres veces, lo reescribí en el cel, me lo mandé al email, me lo descargué en la compu, lo edité, no m gustó, volví al celular y así hasta hoy y pensé mucho en ello intentando mantener el hilo principal porque si no todo el resto de la historia deberá ser reescrita demasiado.

Creo que lo estoy que explotando más es esta cosa de cómo todos percibimos a alguien dependiendo como lo vemos y lo que vemos. A Ae le falta información sobre Tutor, la que tiene Pete. Pero a Pete también le falta información sobre Tutor, la que en este momento tienen Ae (y el mismo Tutor que no le dijo). Eso hace refuerza de forma indirecta el AePete. Lo pensé de forma muy complicada, lo sé.

Y sí, en el siguiente capítulo finalmente entra en escena Tutor, que se hace pasar por Pete, y muchas sorpresas más.

Gracias por leer esta historia. 


Intercambio [AePete/ AeTor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora