Seis

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—Tutor

—Tutor

—Tutor

—Tor

—Tutor

Pete debería de haberse acostumbrado a ese nombre. En parte era así. Pero en parte, Tutor no era su nombre, era el de su hermano, y eso sólo le recordaba que estaba interpretando un papel. Uno que no tenía futuro para él.

Bajo otras circunstancias Pete pensaba que podría haberse dado algo entre él y Ae después de todo Ae tenía un enorme encanto. No sólo era atractivo, también era una persona amable. Y además, sus padres también lo eran. En el breve intercambio con su hermano antes de venir a interpretar su papel Tutor no le habló de ellos.

Suspiró después de que su suegra le cediera un segundo plato.

Pete había intentado comunicarse con Tutor, después de todo, si no calculaba mal este era casi su última actuación, pero su hermano no respondía el teléfono. De hecho, hacía varias semanas que no lo había hecho. Siempre era la contestadora al otro lado, y estos últimos días sus mensajes online tampoco llegaban. Pete estaba empezando a ponerse nervioso.

Volvió al presente y sonrió a la madre de Ae y se inclinó en agradecimiento.

—En verdad, muchas gracias. Está muy rico.

—Por favor, hice de sobra. Y lo necesitas... —ella lo miró de arriba abajo, pero de forma genuina. Ella en verdad estaba preocupada por él. Sin embargo, Ae le llamó la atención.

—Mamá.

Su madre levantó las manos.

—Digo la verdad ¡Ay, Tor! ¡Estás más delgado que la última vez que te vi!

Pete sonrió, sabía que no era cierto, Tin se lo recordaba todos los días, pero también sabía que la suegra de Tor no lo veia hace meses. Muchísimos.

—Bueno —respondió—, ahora estaré más saludable gracias a su comida.

La señora Intouch se sintió alargadísima.

Pete comió un tercer plato por compromiso. Estaba rico pero él ya estaba que reventaba. La comida hizo que para las doce estuviera quedándose dormido sentado, escuchando las voces muy lejanas.

—Madre, padre, nos retiramos. Tor se está quedando dormido. Tor... —Pete gruñó—. Ven, vamos a dormir.

Fue muy difícil para Pete abrir los ojos. Además estaba molesta, otra vez. Quería gritar que su nombre era Pete, afortunadamente estaba consciente y se mordió la lengua volviendo a los cinco sentidos.

—Lo siento madre —Se disculpó Pete ante la señora Intouch con respeto.

Mientras subía las escaleras con Ae ayudándolo, éste le fue susurrando:

—Gracias por lo de hoy, mama está muy contenta... pero creo que comiste mucho.

—Yo también lo creo... pero su cocina es asombrosa. Yo no recuerdo la cocina de mamá... —y calló. Tutor no hablaba de su familia. Tragó, incómodo y cansado. Empezaba a pensar que era mejor dormirse ya antes que decir algo que dejara al descubierto su identidad.

***

Ae estaba en la puerta del baño, contemplando devolver a Tutor con gesto de desaprobación. Cuando por fin aminoró el ritmo le preguntó:

—¿Te sientes mejor?

—Mucho mejor —Tor se limpió los labios con el dedo pero aun tenía el rostro pálido—. Comí demasiado... —de repente, volvió a tener arcadas.

—Iré por un té de hierbas.

—Gracias.

Su preocupación por el bienestar de Tutor era real. La fachada de tranquilidad, completamente falsa. Bajó hasta la cocina y fue al fregadero, abriendo mientras buscaba algo en que calentar agua. Pronto escuchó que alguien bajaba por las escaleras. Creyó que podría tratarse de Tor pero resulto ser su madre.

—Escuché arcadas y vi la luz de la cocina prendida ¿Qué está pasando, Ae? ¿Te sientes mal?

—No, no soy yo. Es Tor. Comió demasiado. Está muy mal del estómago. Aún no termina de votar. No está acostumbrado a comer tanto, mamá.

—Déjame que te ayudo, sube a su lado. En un minuto te subo el té.

Ae le hizo caso y subió rápido las escaleras. Su expresión se suavizó al mirar a Tor sentado en la cama con una pizca de color y no tan pálido.

—Mamá ahora trae un té, recuéstate.

Ae se acercó y Tor se acostó sobre sus piernas, entonces le empezó acariciarle el cabello.

—No quiero que tu madre piense que su comida estaba mala.

—No lo hace, ya le expliqué que es porque no sueles comer tanto. Tor ¿En qué pensabas?

Tor se rió.

—En que estaba muy rico.

—Chicos, acá está el té —Era la señora Intouch.

Ae ayudó a su esposo a sentarse y a que bebiera su té. Su madre se fue a dormir. Tor vomitó tres veces más antes de que pudiera dormir. Ae no pegó ojo vigilando su sueño, y pensando en lo bien que se sentía tener a Tor sobre su regazo.

Un mes. Un mes y Tor parecía haber cambiado de verdad.

¿Y si llamaba al abogado y cancelaba la demando de divorcio?

No. Era muy pronto aun. No estaba seguro que eso fuera lo que quisiera. 

Intercambio [AePete/ AeTor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora