Nueve

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El día en la empresa parecía convención debido a la cantidad de reuniones a las que tenían que trasladarse todos. Cuando Pete llegó, su propio auto, el martes por la mañana para sus tareas programadas, le avisó a Soda que se tomaría unos minutos. Enfrentaría a Trump.

En su camino a la oficina del socio problemático vio como otros empleados lo miraban de re ojo. Pete se detuvo en el umbral para echar un vistazo, la secretaria de su compañero lo anunció de inmediato y se le permitió pasar. Pete odiaba su oficina, las paredes y el mobiliario aparte de ser todos en tonos negros y dorados estaba lleno de ego. Ostentoso. La poca fuente de color provenía de los arreglos florales que de seguro eran propios de la empresa y no de Trump.

Mientras contemplaba la decoración con desprecio, Trump lo miraba furioso desde su escritorio.

—¿Dónde has estado estos días? —Preguntó demandante—. No te he visto por aquí. Y Encima te atreves de hacerme quedar en ridículo.

Pete se preguntó quién diablos se creía este tipo, intentó tener autocontrol cuando respondió:

—He estado de vacaciones junto a mi esposo. La agenda estaba clarísima.

Entonces Trump se puso de pie y se carcajeó

—¡Con tú esposo! ¿Me quieres tomar por idiota? Si hubieras estado con tu esposo hubieras tomado la primera oportunidad de irte de ahí ¿¡Dónde estabas!?

Pete demostró todo menos miedo. Simplemente se encogió de hombros y Trump se acercó lleno de enojo como si quisiera golpearlo. Pete esta vez tuvo que retroceder dos pasos.

—¿Qué demonios pasa contigo? ¿Quieres saber a qué hora fui al baño también?

Una cachetada violenta lo sorprendió. Jamás la vio venir. Le ardía la mejilla y un leve dolor el cuello le indicó la magnitud del golpe. Tardó unos segundos en ser capaz de mover el rostro para devolverle la mirada. Trump tenía los ojos desorbitados por la rabia y apretando los dientes lo amenazó:

—Qué sea la última vez que me hagas quedar en ridículo.

No. Pete no re rebajaría ante este hombre.

—¿Yo a ti? Fuiste tú quien usó mi nombre para hacer una reunión que jamás-

Otra cachetada que tampoco vio venir.

—El que tiene el poder de sacarte de esta empresa soy yo —Para ese momento Trump respiraba agitado.

Pete estaba realmente sin palabras. La cabeza le retumbaba, el cuello le dolía y la mejilla le ardió más. Apretó las manos en puños ¿Tutor había recibido alguna vez esta clase de trato de su parte? ¿Por eso le seguía corriente? ¿En verdad se dejaba? Pete no lo haría. Volvió a mirarlo y esta vez decidió que era su turno de avanzar y apuntar a Trump, tocando su pecho con la punta de su dedo.

—¿Disculpa? —Cada silaba fue un golpe sencillo con su dedo al pecho de Trump—. ¿No puedo salir a tener intimidad con mi esposo porque lo ordenas? —Fue el turno de Trump de retroceder. Pondría en su lugar a este tipo—. ¿Quién te crees que eres para mantener bajo control mi vida personal? —Entonces, sintió las manos de Trump en su cuello y cómo lo arrastró contra la pared contraria.

Trump le sonrió, una mano se apartó de su cuello pero la otra se deslizó hacia abajo, por la cintura, y más abajo. Pete se removió. Quiso gritar, pero su garganta estaba cerrada.

—¿Crees que puedes resistirte? —Se burló Trump.

—¡Argh!

Pete no se rindió. Arañó los brazos que lo tenían de la garganta y empezó a atacar con sus piernas hasta que logró dar con su rudilla en las piernas de Trump, desestabilizándolo. Apenas sintió el afloje, Pete corrió hacia la puerta, respirando y listo para buscar pedir ayuda. Sin embargo, Trump alcanzó sus pies y Pete calló de boca al suelo.

—¡Argh!

Esta vez Trump se sentó sobre su espalda. Con asco, Pete sintió que el maldito estaba excitado y se refregaba contra su espalda mientras aprisionaba sus manos con las suyas.

—Me he cansado de esperarte, de seguir elevándote en puestos y no tener nada a cambio más que un pobre coqueteo. Se acabó.

Ninguno de los dos había notado las pisadas que se acercaban al otro lado de la puerta. Pete buscaba aire y poder gritar. Trump se desabrochó sus pantalones y cuando se refregó se acercó a su oído.

—Recuerda, mi secretaria no está... no escuchará... y... no hay nadie alrededor. Reorganicé sus agendas-

Pete lagrimeó pero se rió

—¡Maldito! —Susurró sin voz en realidad, pero forcejó con todas sus fuerzas—. ¡Ayuda!

Pataleó, se arrastró. Trump no podía hacer su trabajo y le tiró la cabeza hacia arriba cuando la puerta se abrió de par en par dejando ver a Ae en conmoción y a Tin de piedra en su lugar.

Trump se puso de pie de inmediato, repitiendo incoherencias mientras Pete se arrastraba de alivio.

—¡Ae! Ayúdame.

Pero Ae no se agachó para ayudarlo, se tiró contra Trump.

Brazos extraños buscaron tocar ayudar Pete pero este se apartó, llamando a Ae.

—¡Tor, soy yo, Tin! ¡Tor, tranquilo! Tor...

Pete escuchaba las maldiciones de Ae, los golpes. No estaba bien. Él quería que viniera a ayudarlo a ponerse de pie.

—Ae, Ae, detente. Ae —Lloró.

—Tor, vamos a afuera, Tor.

—¡Basta! —Logró gritar finalmente Pete—. ¡No soy Tor! ¡Deja de llamarme así!

Los brazos de Tin se detuvieron

—¿Qué? —preguntó—. Ae, detente. Ven acá, Tor no está bien.

Los golpes se detuvieron y Pete finalmente sintió los brazos de Ae a su alrededor. Se aferró a ellos ignorando por completo a Tin.

—Estoy aquí.

—¡Ae!

—Tranquilo, Tor. Oh, Tor... —Pete dejó que Ae subiera sus pantalones. No le molestaba que él lo llamara Tor. Solo le importaba que estuviera allí—. Tin, llama a la policía. Llevaré a Tor al hospital. Procura que lo dejen preso o lejos de mí, porque voy a matarlo.

—respondió Ae sin cortesía.

—¡No! —Gritó Pete—. Al hospital no. A casa, Ae. Quiero ir a casa.

—Tor, no. Al hospital. No estaré tranquilo hasta que me digan que no te hizo daño. Tor..

Pete sacudió la cabeza. Tal vez Trump lo hubiese vuelto a golpear porque volvió a zumbarle la cabeza y la voz de Ae se hizo más lejana hasta que dejó de escucharla.


Nota: Un nuevo capítulo y nuevas intrigas. 

¿Tor habría sido victima de Trump? 

¿Tin empezará a sospechar que algo no va bien? 

Me alegra estos días haber podido actualizar más seguido esta historia. Se qué tengo algunas pendientes, ya podré en ello en cuanto pueda. 

Gracias por su apoyo :)

Intercambio [AePete/ AeTor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora