Veintiséis

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—Pete —lo llamaron—. ¡Pete! —volvieron a llamarlo.

Le había costado demasiado quedarse dormido y ahora alguien estaba llamando sin parar. Lo que era aún más extraño era que Pete quería responder a esa voz, pero no estaba llamándole a él, él no podía responder a ese nombre, si lo hacía descubriría la verdad. Para responder, esa voz debía llamarlo Tor o Tutor...

—Pete.

No. Él ya no estaba haciéndose pasar por su hermano. Entonces...

Debo responder.

Pete abrió los ojos de golpe. Ae estaba llamándolo, como Pete, y con desesperación.

—¿Qué pasa? —preguntó con rapidez, la respiración agitada y encandilado por la luz de la sala prendida—. Ae ¿estás bien? ¿Te pasa algo?

—Sí, yo estoy bien —él está bien. Pete dejó que su cuerpo se relajara cuando finalmente entendió las palabras de Ae—. Tor no. No sé qué pasó, se desmayó-

—¡Estoy bien! —gritó alguien detrás. Era su hermano.

—No, no lo estás —la voz de Ae no encubría en nada el enojo que tenía. Dirigiéndose a Pete agregó—: No quiere ir al hospital.

Escuchando eso, Pete se puso de pie, con sus ojos ahora acostumbrados a luz, y miró a Tutor. Tan pálido...

—No te ves bien, Tor —dijo, empezando a moverse. Tropezó con todo lo que sus pies encontraron, y lo que no, hasta que tomó su billetera—. Vamos, te llevaré —vio como Ae tomó la mano de Tutor pero también como Tutor se la sacudió con fuerza.

—¡No! ¡Les estoy diciendo que estoy bien! —Gritó—. Ae, necesitamos terminar de hablar.

—No, esa estúpida conversación puede esperar.

—No, no puede. Y no es estúpida.

Pete miró a ambos, estaban furiosos uno con el otro.

—Oigan —murmuró, colándose en el medio de la pareja que parecía que en cualquier momento en vez de ir al hospital por un desmayo irían a la estación policial por una pelea—, basta —miró a su hermano—. No luces bien, ¿quieres un vaso con agua y azúcar? —conocía a su hermano, si ya había dicho que no quería ir al médico, no iría, era mejor ver el grado de su malestar antes de hacer otro movimiento. Tutor pareció relajarse y la "V" en su frente se suavizó.

—Creo que eso estaría bien...

—Yo iré por él —Ae se apresuró en desaparecer tras la puerta de la cocina. Tor suspiró.

—¿Qué sucede? —le preguntó Pete en voz baja—. Ven, siéntate aquí, en el sofá.

El rostro de su hermano desapreció en sus propias manos cuando tomó asiento. Parecía cansado, demasiado agotado. Entonces, Pete notó como se le sacudían los hombros.

—¿Tor?

—Estaba queriendo hablar con él... estoy seguro que lo dije, que me escuchó, entonces... ¿Por qué...? —calló en cuanto escuchó a Ae acercarse y se limpió las lágrimas.

—Aquí tienes, agua y azúcar.

Tutor tomó el vaso y bebió despacio. El cambio de color en su piel fue instantáneo. Si bien seguía viéndose pálido, tenía, por así decirlo, algo más de color. Pete se puso de pie y le revolvió el cabello como había hecho ese día con Sean.

—Sí, creo que estás mejor.

—Se los dije

Pete tomó el vaso en sus manos y miró a Ae.

—Gracias por traerle esto, iré a dejarlo. Creo que en verdad está bien. —Agregó.

Se quedó en la cocina, lavando el vaso más tiempo del necesario, pero dándole vueltas a la corta explicación de su hermano. Estaba hablando con Ae ¿Sobre qué? Parecía querer seguir su conversación pero Ae parecía reacio a ello. No, Tutor estaba seguro que lo escuchó, salvo que Ae pretendía que no.

Ama a Tutor, pensó.

—Deja de darle vuelta —se dijo—. No te interesa... deja de lastimarte, Pete.

***

—Ae —empezó Tor. Ae sacudió la cabeza.

—Debes descansar, vamos a la cama.

Subieron las escaleras despacio. Ae realmente no pensó en nada, sólo quería llegar a la habitación y dormir. Tutor cayó sobre la cama, con claras intenciones de hablar, pero en cuando tocó la almohada se quedó dormido. Estaba muy cansando, más de lo que quería admitir. Ae suspiró, aliviado por eso, y se alejó hasta que su espalda tocó la puerta.

Lo había escuchado. Por supuesto que sí. Cerró los ojos. Quería firmar los papeles de divorcio. Tutor quería hacerlo. Ae volvió a mirar a su esposo. Sacudió la cabeza. No lo entendía, ¿por qué ahora? Tragó con dificultad. Su corazón latiendo desenfrenado. Si Tutor le hubiera planteado esto dos meses atrás le hubiera dado los papeles en el acto. Ahora...

Hizo sus manos puños. Ahora estaba enojado. Tutor se callaba y ahora le salía con esto, cuando él ya había vuelto a enamorarse... otra vez. Debió salir de la habitación para no despertar a Tutor y exigir una explicación porque eso le daría pie a que volviera a sacar el tema. Y en el enojo, estaba seguro que le diría que sí, que se los daría.

Ae decidió bajar una vez más las escaleras. Se dirigió a la cocina. Estaba tan enojado que no vio a Pete salir de allí y chocaron. El recuerdo de lo que hizo en el baño pensando en el hermano de Tutor lo asaltó y abrió el brazo, apartando a Pete con un codazo más fuerte de lo que realmente hubiera pretendido de haberlo hecho en forma intencional. Un golpe seco se oyó.

—¡Ay! —se quejó Pete. De verdad, Ae jamás lo hubiera golpeado, pero cuando habían chocado, el recuerdo, la culpa tal vez, lo había asustado. Y ahora... —¡Ay, diablos1 —Pete soltó otra queja. Era dolor. El miedo abordó a Ae, ¿lo había lastimado?

—¡Lo siento! —casi gritó—. ¿Estás bien? ¿Pete?

Ae se puso de pie de y corrió a ayudar a la persona que...

Diablos.

¿Cómo podía si quiera mirarlo a la cara? ¿Cómo podía enfadarse con Tutor cuando tal vez tuviera razones para querer pedirle los papeles?

Pero estaba tan preocupado.

—¿Pete? —repitió. Pete estaba en el suelo, se cubría la boca con una mano y con la otra sobaba una de sus rodillas. Tenía los ojos cerrados y su frente una "V" desfigurada—. Por favor, di algo, ¿estás bien?

—Mmm —dijo Pete, alejando un poco su mano del rostro, alejando amablemente la ayuda de Ae—. Estoy bien, gracias, puedo ponerme de pie solo...

Ae abrió los ojos a lo que veía. Pete se había lastimado el labio, tenía algo de sangre en ellos. Lo vio intentar ponerse de pie, pero no pudo. Sus pies se enredaron al intentarlo y cayó, esta vez, llevándose a Ae con él cuando buscó estabilidad, sin lograrlo.

—Lo siento... —dijo Pete, muy cerca del rostro de Ae, tan cerca que su aliento chocó en su rostro.

Demasiado rápido. Su corazón latió demasiado rápido.

Y algo más despertó.

¿Qué estoy haciendo? Se preguntó. ¿En qué estoy pensando? Es el hermano de quien amas. Basta. Basta. 



Nota: De forma inconsciente estoy dejando los capítulos como más cortos, perdón por ello. Usualmente lo separo al editar ya que no siempre lo separo en el borrador donde la tengo escrita, o al momento de editar cambio donde divido los capítulos por una razón u otra. 

En fin, Ae ua tiene todo frente suyo, sólo debe "abrir los ojos", o empezar a escuchar su corazón más que la razón.  ¿Lo hará? Y si lo hace ¿Cómo reaccionará? 

Intercambio [AePete/ AeTor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora