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De nuevo dejo una advertencia de este siguiente capítulo, ya que es fuerte y no se recomienda leer si eres una persona sensible.
Esta es la última advertencia que pongo sobre un capítulo ya que próximos que vienen no se recomiendan ser leídos si eres sensible.
Gracias por leer nwn
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Un gran grito deje salir de mi boca mientras todo mi cuerpo se retorcía, temblaban como si tuviera al demonio adentro.

Estaba amarrada en una silla mientras mis piernas estaban abiertas dejando mi vagina expuesta, todo mi cuerpo estaba amarrado. Tenía una venda en mis ojos, en mi boca también sostenida un pañuelo. En mis pezones colgaban unas pinzas que apretaban fuerte, mientras en mi cuello tenía una correa con la cadena colgando.

Antes de estar en aquella silla, Bernat me había azotado con un látigo en mi trasero. Todo mientras fue grabado.

Al principio le tome unas fotos mientras el posaba en traje y se desvestia, con aquel látigo que sostenía. Debo admitir que se veía jodidamente sexy, que incluso ya no aguantaba con que me azotara o hiciera lo que sea con mi cuerpo.

Y así fue como terminé en una silla amarrada.

Bernat introdujo juguetes sexuales anales y usaba de todo tipo. Sentía que cada vez más que lo hacía iba a destrozarme.

Empezó a pasar por mi vagina un consolador mientras lo mantenía vibrando sobre mi clitoris, empezaba lento, pero luego iba aumentando y cada vez, era mas fuerte.

—Huh.... ah.... —empecé a mover mi cuerpo pero me era imposible porque estaba amarrada. No podia ni si quiera gemir o decir una palabra por lo que tenia amarrado en mi boca.

Bernat dejó el consolador vibrando en mi clitoris y no lo movió de ahí. Sentía mi cuerpo alocarse, tampoco podía aguantarlo por tanto tiempo que necesitaba que lo retirara pero este no lo hacía. Me iba a volver loca, no dejaba mi vagina en paz ni para tener un respiro.

Los gemidos salían de mi boca de manera sorprendente. No había gemido tanto como ahora. Introdujo el consolador en mi vagina y lo dejo ahí sin sacarlo llevándome al limite.

—¿Cuanto creen que aguantara nuestra perrita? —Preguntó Bernat a la cámara. —Hmm, si que le encanta que jueguen con su vagina sucia, esta tan chorreada y no deja de palpitar. Veamos cuanto tiempo tardas en venirte.

No podía pronunciar ni una sola palabra, quería cerrar mis piernas, pero mantenerlas así, me hacía gritar como una loca.

—Esta perrita nuestra se ha portado muy mal y tendrá que aguantar las ordenes de su amo—Bernat soltó una pequeña risa—¿Qué dices, perra?

Me mantuve en silencio mientras Bernat se acercaba y aproximaba su voz a uno de mis oidos.

—No te oigo ladrar, perra—Susurro lentamente.

—Wof... —imite el sonido de un perro.

Bernat agarro mi mentón y lo apretó con mucha fuerza.

—Saca la lengua y ladra—Me susurro en el oído de manera fría.

—¡Wof! —Obedeci y saqué mi lengua. Bernat Introdujo sus dedos lentamente dentro de mi boca rozando con mi lengua.

Chupe sus dedos dejandome llevar pero al hacer aquello me soltó una fuerte abofetada.

—No te dije que los chuparas.

—Lo siento amo, no lo volveré hacer.

—¡Muy bien!, veamos si la perra le queda claro qué no tiene que hacer algo sin antes que su amo se lo diga.

CorrompidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora