La vida de Roxanne ha sido muy reservada. Sin amigos, un novio y pasando desapercibida en la universidad. Acostumbrada a la soledad, en el fondo, su único deseo es vivir lo que todos esos compañeros suyos tienen: vida social y sexual.
Su vida dejara...
La tentación por el dinero era enorme. Necesitaba ese dinero. Mi mente decía que lo tomara sin importar nada. He entregado mi cuerpo sin recibir nada a cambio pero al menos esta vez, valdría la pena.
Si asi fue...
El dinero termino por seducirme en lo absoluto.
Y fue así que terminé desnuda en la cama, con mi cuerpo expuesto a él.
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—Uh...¡Se siente tan bien! —gimió Hank—Hah, esta tan apretado...
Hacia gestos y jadeos, mientras él se dedicaba a penetrarme, empujando sus caderas hacia adelante mientras acelera sus movimientos y se esfuerza por mantener el ritmo dándome duro.
He vendido mi cuerpo, solo para salir de estos apuros mientras. Termine entregándome a otro hombre.
Mantuve cerrados mis ojos para no ver la cara de ese tipo, su respiración sonaba acelerada y su aliento chocaba con mi cuello. Fingía mis gemidos y cara de placer, porque a pesar de que mi cuerpo entraba en calor, este tipo no me gustaba nada, no despertaba deseo o excitación, yo solo puedo sentirlo con Bernat.
Me esforcé en mis gemidos hasta que Hank terminara por venirse afuera de mi, soltando largos jadeos placenteros, con su semen repartiéndolo sobre mi vagina.
Él se aparto satisfecho y relajo su espalda sobre la cama. Yo me volví a poner de pie para ir al baño y luego en un par de minutos me volví a poner mi ropa.
Salimos del motel y tuvo la amabilidad de llevarme a mi departamento. Nos despedimos sin más qué decir, claro, con el dinero ya entregado.
Apresure el paso para entrar a mi departamento, cuando lo hice, rápidamente me dirigí al baño teniendo náuseas. Caí de rodillas e incline mi cabeza al retrete dejando salir todo el vomito que había aguantado en el camino.
Tosí mientras vomitaba sobre el retrete, luego, me calme un poco y recargue mi espalda sobre la pared.
No me sentía nada bien, un cosquilleo desagradable recorría mi estómago, varios sentimientos tenía, no estaba cómoda con la decisión que había tomado. Vendía mi cuerpo para que fantasearan con tan solo contemplarlo, pero era distinto a entregarme a cambio de un par de billetes, pero ese par de billetes significaba mucho para mí y se que valdría la pena.
—Hago esto por mi madre, hago esto por mi madre—lo repetí tantas veces para no sentirme culpable o estúpida por lo que acababa de hacer.
Al final solo deje salir un suspiro frustrado y abrace mis piernas un rato.
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Penny
Roxanne no había entrado en detalles esa noche que salimos de la casa de la tía de Kenya y la inquietud no me dejaba dormir. La mañana siguiente fue igual, Roxanne casi no comento nada y tampoco queríamos insistirle, decidimos que ella se tomara el tiempo de decirnos, pero yo no estaba segura de mantener la paciencia si ella no decía una sola palabra. Creaba mucha tensión.
