XXV: Lágrimas de destello

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Louis realmente odiaba su reflejo en el espejo, creía que especialmente esa noche lo hacía mientras terminaba de ponerse su atuendo de agitación.

Preferíria cualquier cosa que salir esa noche, quedarse en su habitación y no hacer nada. Su enojo aumentaba cuando recordaba que no vería a Harry, ni siquiera pudo despedirse de él, su vida aprestaba.

Peinó su cabello hacia atrás antes de tomar el casco y salir de la habitación.

Su madre, estaba viéndolo con alegría —Te ves muy bien, Louis— mencionó ella.

La mirada de Louis cayó en su hermana, quien no había hablado nada en toda la tarde, se limitaba a decir que estaba estudiando pero el duque sabía que ella mentía, ella odiaba estudiar.

—Pheebs— le llamó.

Ella levantó su mirada cansada a él —Te ves muy bien, Lou— aseguró ella triste.

Tomando asiento a su lado y para su madre no escuchara, le habló bajo —No quiero que estés triste, sabes que a mi él me interesa en lo más mínimo.

Ella asintió, recostando su mejilla en la mesa —Lo sé, no estoy molesta contigo, sólo estoy decepcionada de él, si es que tengo permitido eso, realmente creí que yo podría gustarle.

Louis le acarició el espalda —No te pongas triste porque alguien que no te merece.

—No puedo evitarlo, sentí que podría ser mi historia de amor, ¿Sabes? Que podría ser amor a primera vista pero no fue así, lo fue conmigo hacia él y con él hacia ti, es totalmente unilateral— susurró —¿Pero qué historia de amor comienza cuando uno no ama al otro? No es historia de amor entonces, es historia de tragedia— reflexionó ella.

Louis no pudo evitar que esas palabras le ardieran, porque se había identificado.

Fue como una daga justo en su corazón cuando recordó lo que hace días no pensaba porque no tenía la necesidad, fue abrirse una herida.

—Llegará un buen amor para ti, tan sólo mirate, eres preciosa, tienes el cabello más suave de Londres y los ojos más brillantes, verás que muy pronto no cabrán por la puerta todos tus pretendientes.

Phoebe sonrió triste —No soy tú, Louis, eres tan bello que conseguiste un príncipe a tu lado, a mi nunca me pasaría algo así.

—No es así, yo no conseguí a Harry, ni siquiera lo tengo ahora, sabes que es un compromiso, él no siente nada por mi— aseguró triste también.

Ella frunció el ceño y negó —¿Eres ciego acaso? ¿No has visto como te mira?

Louis la miró serio.

—Si él pudiera te toma y te mete en su corazón, te juro que cualquier persona en la calle puede ver como te ansía.

Negó —Es mentira, no me digas esto, de verdad harás que me ilusione.

—Créeme que si no fuera cierto no te lo diría, nunca diría algo para herirte, realmente se nota que Harry te quiere, sólo tienes que esperar a que él mismo se de cuenta, bueno, si tú quieres, claro.

Louis lo pensó unos segundos.

¿Realmente eso era así? Él lo había sentido pero se lo negaba a si mismo, se negaba la ilusión pero las palabras sinceras de su hermana hizo que se activara la ilusión.

Sin embargo, no debía pensar en eso ahora.

—Ya ya, no hablemos más de mi, ¿Estás segura que quieres que vaya allá con Christian?

Ella asintió —Ve, si no le gusto a él, si no me invitó a mi y no quiso ir conmigo entonces no hay nada que yo pueda hacer, tranquilo, dormiré temprano hoy.

Sonata de invierno (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora