XXXVI: Palabras como navajas

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Louis suspiró esa mañana cuando sintió los dedos de Harry dando caricias por su abdomen medio desnudo por la camisa levantada.

—¿Despertó ya mi príncipe?— preguntó Harry separando el fleco de Louis sus ojos.

Louis asintió sonriendo —Pero no me llame príncipe, Alteza.

—¿Cómo debería llamarle entonces? Es lo que eres ahora.

Negó —El principe siempre será usted, es su título, yo prefiero mantenerme como duque.

Se inclinó al castaño y dejó un corto beso con una sonrisa —¿Quiere seguir siendo mi joven duque por siempre?

Negó —No siempre podré serlo porque no siempre seré joven, luego sere tu viejo duque.

El principe hizo un puchero antes de rodear la cintura de Louis con sus brazos —No digas esas cosas, aunque tengas noventa años nunca serás un viejo, porque para mi siempre serás mi bebé.

Louis casi pudo sentir como soltaba corazones al escuchar esto.

—¿Se siente bien hoy?— preguntó Harry con preocupación.

El castaño asintió con una sonrisa dulce —Lo estoy, no me lastimó.

Harry le devolvió la sonrisa aliviado antes de inclinarse a él y darle un beso de nuevo en los labios —Me alegra escucharlo.

Louis le tomó el labio con sus dientes antes de separarse —Deje de preocuparse demasiado por mi, Alteza.

—No puedo dejar de hacerlo, es mi esposo ahora, debo cuidarlo siempre.

Louis juntó sus frentes antes de sonreírle de nuevo —Se escucha tan lindo escuchar eso, "mi esposo", hace que mi corazón se agite.

Harry acarició sus mejillas —El mío también lo hace, se sienten como mariposas en mi estómago, Louis— confesó con emoción.

—Eso es porque me ama, ¿Verdad?— dijo de repente mirándolo a los ojos.

Tuvo que tragar saliva.

Los ojos de Louis eran tan celestes esta mañana que podía jurar que su mirada traspasaba su cuerpo y tocaba su alma, sentía como si Louis estuviera tocando su corazón directamente mientras únicamente tenía los ojos en él.

Besó a Louis antes de bajar a su pecho y morder un pectoral de este y susurrarle cerca del oído —Me conoce bien, joven duque.

Louis no pudo evitar jadear al escucharlo la respuesta antes de saltar sobre Harry y posicionarse sobre su regazo para liderar un nuevo beso.

Harry movio sus manos a la cadera de este y sonrió en sus labios —Comienzas a volverte una necesidad.

Sintió como Louis volvía a dejar caer sus prendas antes de besarle su cuello —Usted siempre ha sido una para mi.

Harry apretó su trasero entre sus manos para escucharlo gemir sobre él y preguntó —¿Quieres hacerlo de nuevo?

Louis sonrió grande —¿Estoy dejando alguna duda?

Negó —No, mi hermoso esposo.

—Entonces no tiene que preguntarmelo siempre— jadeó.

Mordió sus labios —Siempre debo preguntarlo, es mi obligación.

Con dulzura, Louis le acarició antes de hundirse en su pecho enamorado —Es por eso que lo amo.

Harry lo abrazo fuerte antes de volver a acomodarlo sobre él creando fricción —Entonces si usted lo quiere también, hagamoslo— dijo antes de darle la vuelta en la cama y llenarle todo el rostro y labios de besos amorosos.

Sonata de invierno (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora