XXXV: Podría ser que...

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Un quejido ronco despertó a Louis, asustado se puso de pie buscando a Harry en la habitación.

—¿Alteza?

Abrió la puerta del baño encontrándolo recostado con la mejilla en el lavabo y su cepillo de dientes en la boca mientras se quejaba.

—Príncipe Harry— dijo asombrado.

Él abrió sus ojos para mirar a Louis y sonrió —Louis, buenos días— dijo alargando la "u" de su nombre.

El duque frunció el ceño confundido —¿Qué hace acá Alteza?

—Lou, me duele mucho la cabeza, ayúdame— dijo mimado extendiendo sus brazos para acercarlo a él.

Louis sintió como Harry lo acercaba a él de la cintura y lo abrazaba.

—Aún no termina de cepillarse los dientes— aseguró Louis —¿Tanto así le duele la cabeza?

Harry asintió recostando su barbilla en el pecho de Louis mientras este le peinaba el cabello hacia atrás.

—Muchísimo— dijo con un puchero.

Louis no pudo evitar sonreír —Eso es lo que pasa cuando se bebe en exceso.

Harry frunció sus cejas haciendo una expresión mimada —No me trate como un alcoholico, ojos lindos.

—Termine de lavarse los dientes— pidió Louis tomando su cepillo para hacer lo mismo.

Harry volteó los ojos y continuó hasta que terminó y enjuagó su boca.

—Listo— dijo mostrando sus dientes blancos a Louis con una sonrisa, como un niño.

Louis lo miró de reojo antes de sonreír, escupir la pasta y enjuagar su boca con agua.

—Eres dulce— aseguró.

Harry le dio una sonrisa orgulloso y se puso de pie para abrazar a Louis por la espalda —Ahora ayudame con el dolor de cabeza, por favor.

—Iré a pedir una pildora y té, deme un segundo Alteza.

Louis corrió a la puerta y le hizo una seña al guarda para enviarlo en busca del medicamento, ya que, no había ninguna doncella cerca.

Al entrar de regreso, Harry estaba sentado en la cama esperándolo así que con confianza, Louis se acercó a él y tomó asiento sobre sus piernas.

—Listo, Alteza.

Harry le miró con desaprobación —¿Seguirá llamándome Alteza toda la vida?

Asintió —Eso eres.

Negó —No, soy su esposo, o comienzas a llamarme Harry o no te volveré a besar jamás.

Una risa tonta se escapó de Louis —¿Está usted acaso amenazandome?

Se encogió de hombros —Tomelo como quiera, señor duque de Carisbrooke.

De forma coqueta, Louis se acercó a él para tomar lugar sobre sus muslos y darle un abrazo por cuello que Harry correspondió.

—Me gusta decirle Alteza.

Harry le miró con duda —Pero sería más lindo que me llame por mi nombre— dijo tomándolo del cuello y mirándolo a sus ojos.

Al ver la mirada de Harry directa en sus ojos sólo pudo ruborizarse.

—Tus ojos son hermosos— dijo Harry —No sé cómo es posible pero están aún más celestes que ayer y me das esa mirada coqueta que sólo me hace querer besarte.

Louis sintió su corazón emocionarse —¿Están bonitos mis ojos?

Asintió —Los más lindos del reino y del mundo.

Sonata de invierno (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora