XXVI: El brillo de las estrellas

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Louis pasó su mejilla por la tela del pantalón de pijama del príncipe.

Ni siquiera sabía cuando se quedó dormido, sólo se despertó abrazando la cintura de Harry y con su rostro sobre el muslo del príncipe.

Aclaró su vista observando cómo Harry dormía sentado, debió haber sido cansado para él, sin embargo, tenía sus dedos en el cabello del castaño.

Louis tomó asiento en la cama antes de sostener la cabeza de Harry, los rizos del chico cayeron sobre su cara y Louis tuvo que apartarlos, era tan precioso.

Tenía su pecho un poco descubierto y podía ver sus clavículas, así que con cuidado, acomodó la camisa cubriendolo. Harry respiraba lento entre sus sueños.

Después Louis acercó el rostro del príncipe a su pecho, acariciandolo mientras este dormía.

Las personas podían pensar que Harry era egoísta, que sólo lo estaba lastimando y podían no entenderlo pero para Louis, él era la persona más indefensa que conocía.

Porque si, Harry podían haber hecho cosas mal que no tenían justificación y las hizo con conciencia pero él no era quien para juzgarlo, no era una mejor persona porque realmente no había nadie mejor que otro.

Louis estaba consciente de los errores de Harry y de los suyos también, y que es probable que haya desarrollado una dependencia a él pero eso no quita el hecho de que está enamorado de él y realmente, nunca se había arrepentido.

Harry era indefenso, trataba de cuidar a todos, siempre nervioso por sus actos, siempre autojuzgandose, a veces Louis deseaba que Harry se viera como él lo veía.

Y mientras estaban ahí, en esa habitación que olía a fortuna y antigüedad, Louis se sentía en su hogar, sólo porque tenía a Harry a su lado, en su pecho, cada día más cercano a él.

Harry comenzó a removerse y Louis se recostó en la cama, dándole espacio para que él se recostara también y él lo hizo.

Bajó su cuerpo y se recostó a su lado, con su mano buscaba el cuerpo de Louis y cuando obtuvo la mano del duque, sonrió y concilió su sueño.

Mientras Louis a su lado, sólo se dedicaba a mirarlo.

Escuchó como las sirvientas tocaban la puerta.

—Pase— respondió Louis.

Una mujer anciana entró a la habitación y con una sonrisa hizo una reverencia a él.

—Buenos días, duque.

—Buenos días— respondió Louis recibiendo el desayuno.

—¿Su Alteza sigue durmiendo?— preguntó ella.

Louis asintió mirando a Harry —Parece estar muy cansado.

—El rey me envió por él pero si gusta, puedo decirle que no lo encontré, así el príncipe puede dormir un poco más.

Louis asintió —Se lo agradecería, parece que él hace mucho que no descansa.

Ella asintió mirándolo —No lo hace, suele tener varias pesadillas y trabaja mucho, hay días en que se acuesta a la una de la mañana y se despierta a las cuatro, realmente los príncipes a veces tienen más responsabilidades que los mismos herederos al trono— aseguró ella.

Louis asintió tocando la mejilla de Harry —Es una pena escuchar eso, desearía que descansara más.

—Oh pero él pronto lo hará— aseguró —Una vez y esté casado no deberá responderle tantas obligaciones al rey, tendrá que cuidar de usted, cuando los príncipes se casan se liberan de mucha presión.

Sonata de invierno (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora