Sonata de invierno (l.s)

XXXVI: Si llego a perderte...

—Hola Christian— devolvió la sonrisa preocupado.

—¿Qué hace a esta hora en la noche Alteza?

Louis negó —No me llame Alteza por favor, me hace sentir incómodo y vine a dejar unas cartas pero parece ser que hoy anocheció más temprano.

Christian asintió mirando la oscuridad de las calles.

—¿Y usted qué hace acá?— preguntó Louis.

Christian simplemente encogió sus hombros mientras suspiraba —Nada realmente, estaba despidiéndome de mi padre, me devolveré pronto a mi pueblo.

Louis levantó sus cejas sorprendido —¿Ah de verdad? ¿Y por qué?

Suspiró —No tengo ninguna razón para quedarme ahora.

Su mirada suave se puso en Louis y el duque podía jurar que sentía como lo traspasaba, con una mirada profunda, triste y seria.

Tuvo que bajar su mirada incómodo —Ya veo— dijo simplemente.

Christian asintió —¿Va de camino al palacio?

Iba a asentir porque recordaba las palabras de Harry y lo que acababa de descubrir, pero debía hacer algo antes, después de saber no podía simplemente dejarlo pasar y contárselo a Harry simplemente, debía hacer una cosa antes.

Negó —En realidad no.

—¿Hacia dónde se dirige?— preguntó interesado.

Louis miró el carruaje de Christian y se giró hacía atrás observando como el guardia real y quien manejaba el carruaje lo estaban esperando distraídos.

No podía ir con ellos, sabía que no lo llevarían, que irían corriendo donde Harry a contarle antes de que él pudiera hacerlo, sabía que debía dar un pequeño escape aunque Harry se enojara unas horas con él.

Y quien mejor para llevarlo que Christian.

—Yo... hmm, bueno, ¿Podrías llevarme a un lugar? Realmente no quiero que ellos me lleven.

Christian asintió y frunció el ceño —¿Pero el principe no se molestará si se escapa?

Louis movió su cabeza con indecisión.

—No sería escaparme, sería tomar un tiempo libre.

Christian asintió abriendo su carruaje con disimulo —¿Entonces al final si escapará conmigo?— bromeó.

Louis volteó los ojos entrando al carruaje —Guarde silencio y arranque antes de que se den cuenta que no estoy.

Christian negó con una sonrisa —Su esposo va a enloquecer, lo sabe, ¿Verdad?

Louis chasqueó la lengua —No es para tanto, ahora vamos.

Entonces Christian dio la orden de arrancar el carruaje hacia una dirección totalmente descabellada.

¿Qué demonios le sucedía a Louis?

Comenzaba a sospechar que algo no andaba muy bien.

. . .

Keanne tuvo que detener a Harry antes de que le rompiera la cara a puñetazos al guardia.

—¡Harry detente! ¡No seas impulsivo!— gritó.

—¿Qué no sea impulsivo? ¿Esta dándose cuenta usted que estos inútiles han perdido a mi esposo y a altas horas de la noche? ¿Sabe el peligro que hay afuera? ¿Que Louis anda sin protección? O peor aún, ¿Que alguna de todas las personas que quieren hacerle daño se lo llevaron?— sacudió su cabeza preocupado dando vueltas por el despacho.