IX: Festival de las Tres Lunas

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Sheffield, Inglaterra.

El empleado entra a la habitación.

—Señorita Sutherland, ha recibido una carta del palacio.

La mujer termina de ajustar su corsé con ayuda de una doncella y se endereza.

—Botenla, no estoy interesada en leerla.

La doncella se sorprende —Pero señorita Amabella, es una carta del príncipe.

La soprano recoge su cabello en una coleta despeinada —¿No viste el periódico? Yo tengo algo de dignidad, esa carta debe estar llena de excusas que hacen a mi estómago revolverse— Pausa —No deseo estar indispuesta en mi presentación por Harry.

—¿Y no desea guardarla?

Amabella niega —Sus cartas siempre dicen las mismas cosas, tratan de dos temas, pedir perdón y decir que me extraña, son tan monótonas, es innecesario leer lo mismo diario— Suspira cansada —Anda, ahora ayudame a cerrar el vestido.

La doncella asiente y no alega más, viendo como el hombre bota la carta y se retira de la habitación.

Es confuso, Harry y Amabella se han distanciado. Ella es una mujer cambiante y Harry es un hombre rutinario.

Mientras ella espera que Harry pruebe nuevas cosas con ella y se aventure, el príncipe está perfectamente cómodo con una relación querida y preciada.

Amabella siempre ha sido un alma libre y Harry es un hombre demasiado hogareño, lo cual son cosas que en algún momento llegan a chocar.

Además de que ella se aburre fácilmente y dos años de rutina, además de tener que soportar el compromiso de este, agregando que la familia de Harry la trata como si fuera basura, no la tiene para nada cómoda.

Hay momentos donde desearía soltar todo, dejar de tener la familia real sobre ella, dejar de ser pisoteada y humillada, escondida como si fuera un crimen y tan sólo continuar con su vida en el reflector, donde no es avergonzada si no aclamada.

Esa fue una de las razones por la que decidió hacer su gira de conciertos y abandonar Londres, tendría que haber soportado a Harry con su relación con el duque, ambos exhibiéndose y estando orgullosos del otro mientras ella tiene que vivir en las sombras.

Eso es algo que ella nunca permitirá, porque tiene ambición y sueños aún más grandes que su amor. 

Ella no deja que un amor la ate.

Por eso se fue, para dar el tiempo prudente hasta que el furror por el matrimonio real pase y ella no tenga oír en cada esquina sobre ello.

Aunque aquella noticia se escucha por toda Inglaterra, no es el mismo impacto que en las faldas del palacio, así ella puede olvidarlo por momentos y continuar con su vida sin que tener que en algún momento sentirse furiosa o celosa.

Sólo se alejará de los periódicos y de las cartas, así será más sano.

. . .

Londres, Inglaterra.

El festival está completamente lleno de gente, todos a la luz de la grandiosa luna que se asoma, es completamente hermoso y especial, es una de las celebraciones favoritas de Louis.

El pueblo está eufórico, deseoso y alegre, todo bajo la influencia de la luna, es magnifico.

Sin embargo, Louis trata de mantenerse en sus cabales luego de la previa reacción de su cuerpo. Fue extraño como su miembro se levantó, él no sabía que podía hacer eso además de soltar orina, lo asustó, no va a mentir.

Sonata de invierno (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora