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Mina abrió los ojos de golpe, pero los cerró al instante en el que fue cegada por unas luces blancas muy brillantes. Los volvió a abrir lentamente, tratando de adivinar dónde estaba. Miró al rededor y notó que estaba en el hospital. Se alarmó e intentó levantarse, pero sintió un dolor punzante en su vientre. Se llevó una mano a la zona y notó que tenía un vendaje y que su vientre no estaba tan abultado como solía estarlo, eso la aterrorizó.

─M-mi bebé...─ Sus ojos se llenaron de lágrimas. Estaba por levantarse de la camilla cuando vió que la puerta fue abierta. ─Ch-Chaeng...

Chaeyoung entró con los ojos algo enrojecidos por haber llorado y, al verla así, se acercó rápidamente.

─Mina, Mina, quédate acostada. ─La volvió a recostar, tomándola suavemente de los hombros y dándole un beso en la frente.─ Tengo que avisar que despertaste... 

─¿Dónde está el bebé, Chaeng? ─Las lágrimas caían por su rostro mientras la coreana se las limpiaba.

─Ella está bien... ─Susurró mientras le acariciaba el cabello.

─¿Ella? ¿O sea que es Heejin?─Sonrió levemente y Chaeyoung asintió, pero luego una nueva preocupación llegó a su mente.─ ¿Cómo está? Todavía no estaba en término, y-yo...

Fue interrumpida por un beso que duró unos segundos, pero eso la ayudó a tranquilizarse.

─Todavía no estoy segura, No pasó mucho tiempo. Ya vendrán con las noticias, pero, hasta donde sé, está bien.─ Saber eso dejó a Mina un poco más tranquila, pero aún así tenía miedo. 

Aún así, estaba feliz de saber, finalmente, que era madre de una niña. Habían comprado ropa unisex, así que no le preocupaba eso. Lo que Mina quería ahora era saber de Heejin, que le digan que todo iba a estar bien.

Al cabo de unos minutos, un doctor entró a la habitación donde estaban Mina y Chaeyoung.

─Me alegra verla despierta ¿Cómo se siente? ─Preguntó acercándose a la japonesa.

─Bien, sólo me duele el vientre... 

─Oh, por supuesto. Lo que pasa es que, según tengo entendido, usted tuvo una caída que le provocó varios golpes. ─Mina asintió, eso era lo que recordaba.─ Entre ellos, uno en la cabeza que, por lo visto, no le provocó daño cerebral. Eso es bueno. El otro fue en el vientre.

─¿D-Dónde está mi hija? ─Preguntó con algo de impaciencia, por lo que Chaeyoung tomó su mano para calmarla.

─A eso voy. Por lo que notará, tuvimos que hacerle una cesárea de emergencia. En primera instancia íbamos a dejar que la niña siga desarrollándose en su útero, lo que hubiese sido ideal, pero, por algún motivo, el ritmo cardíaco de la bebé estaba bajando, por lo que tuvimos que sacarla para estabilizarla.

─¿Y ahora cómo está? ─Esta vez habló Chaeyoung.

─Por suerte, ella está estable. Es una niña fuerte. Respira por sí sola y no está muy baja de peso, por lo que se quedará en la incubadora por unos cinco días y así podremos monitorear que gane peso de manera regular. Luego de eso, se la podrán llevar a casa.

─Que alivio... ─Susurró Mina, mirando a Chaeyoung con una sonrisa.

─¿Cuándo la podremos ver? 

─Crear un lazo con la madre es importante para su desarrollo así que, si la señorita ya no se siente bajo los efectos de la anestesia, ahora mismo. ─Mina, al escuchar eso, prácticamente saltó de la camilla, sorprendiendo a Chaeyoung y al doctor, quienes se miraron entre sí, algo preocupados.

─Me siento perfectamente, diez puntos, cero kilómetros ¿Dónde está Heejin? ─Sonrió emocionada. Chaeyoung la tomó de la mano.

─Tranquila, amor...

─Bien, vamos, entonces. ─El doctor le acercó una silla de ruedas para evitar que Mina se esfuerce más de lo necesario y, una vez sentada, los tres fueron a la unidad de cuidados intensivos neonatales.

El doctor las llevó hasta la incubadora de Heejin y, al verla, los ojos de Mina se llenaron de lágrimas. Estaba tan feliz de poder conocer a su bebé después de tanto tiempo.

─¿Quieren cargarla? ─Preguntó el doctor al ver cómo ambas madres miraban a la pequeña con tanto cariño.

─¿P-podemos? ─Preguntaron ambas al unísono, mientras una sonrisa se formaba en sus rostros

─Claro, con cuidado... ─Sacó a la pequeña de la incubadora y se la dio primero a Chaeyoung.

La coreana acercó su dedo índice a la pequeña manito de su hija y, al ver que ésta la tomó, sonrió.

─Chaeng, es mi turno. ─Dijo Mina haciendo un pequeño puchero y extendiendo los brazos lista para cargar a su bebé. Chaeng negó con la cabeza mientras reía y se la acercó.

En el momento que Mina sintió a Heejin contra su pecho, las lágrimas comenzaron a correr nuevamente. Se veía tan pequeña e indefensa y tenerla bajo su cuidado finalmente la hacía sentir tan tranquila.

─Puede intentar amamantarla. Eso va a acelerar su desarrollo. Si ella puede hacerlo, no va a necesitar ser alimentada mediante una sonda. ─Sonrió el doctor. Mina y Chaeyoung lo miraron por unos segundos, causándole algo de confusión hasta que finalmente entendió.─ Oh, claro. Les doy su espacio. ─Rió y salió del lugar, dejando a la pareja a solas con su hija.

─Bien, hazlo Mina. Alimenta a nuestra hija. ─Sonrió Chaeyoung, acariciando el hombro de su esposa como señal de apoyo.

Mina descubrió uno de sus pechos y acercó a Heejin a éste. Al ver la manera en la que la pequeña se acomodaba buscando el pezón, sonrió. Le aliviaba saber que se podría alimentar sin necesidad de un tubo. En el momento en el que la bebé lo encontró y empezó a mamar, la japonesa miró a su esposa con una sonrisa de oreja a oreja.

─Mira, lo está haciendo sóla. ─Habló emocionada.

─Sí, Minari. Ella es fuerte como tú. ─Se acercó y le dió un casto beso en los labios, para luego besar la cabecita de Heejin.

ᴍᴀʀʀɪᴇᴅ ʟɪꜰᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora