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Ya pasaron varios días desde que Heejin fue a ver a un nuevo psicólogo o, más bien, psicóloga. La doctora Jeonghwa, especialista en autismo, finalmente pudo darle un diagnóstico a la pequeña. Como sospechaban, Heejin era autista y eso ya no era sorpresa para sus madres. 

Si bien es verdad que las niñas autistas suelen pasar buena parte de su vida sin obtener un diagnóstico, a Jeonghwa le sorprendía que Heejin no lo hubiese recibido antes, pues mostraba varios rasgos notorios del espectro autista.

Hoy, Heejin tuvo una sesión de terapia y, luego de eso, premaneció media hora encerrada en su habitación, cubriéndose con las mantas en un intento de evitar tener una crisis, ya que todavía no se acostumbraba del todo a la nueva rutina que debía seguir.

El timbre de la casa sonó y Mina fue a atender, mientras Chaeyoung jugaba con Renjun en el patio trasero. Le pareció extraño tener visitas, pues no esperaba a nadie.

─Hola... ─Saludó Mina, haciendo un gesto de confusión al ver a una mujer desconocida que venía junto a una niña.

─¡Oh! Buenas tardes. Usted debe ser la mamá de... ─La mujer hizo una pausa intentando recordar algo.

─Heejin. ─Susurró la niña que venía con ella.

─Eso, Heejin. ─Mina asintió.─ Me llamo Kim Yubin y esta es mi hija, Hyunjin. ─Habló sujetando el hombro de la niña.─ Disculpe por haber venido así de la nada, pero Jinni insistió demasiado en venir a visitar a su amiga.

─Oh claro, pasen. ─Mina se hizo a un lado con una sonrisa.

─¡Vaya! ¡Qué bonita casa tienen! ─Halagó Yubin mientras entraba a la casa con su pequeña siguiéndola.

─Muchas gracias, pero tengo una pregunta... ¿Cómo obtuvieron nuestra dirección? ─Preguntó la japonesa con algo de intriga mientras guiaba a sus invitadas hasta la sala de estar, donde Yubin y su hija se sentaron en los sillones de cuero sintético.

─Heejin me la anotó en mi cuaderno. Yo se lo pedí para visitarla. ─Explicó Hyunjin con una sonrisa.

─Oh, entonces está bien. Muchas gracias por ser la amiguita de mi hija. ─Le devolvió la sonrisa.─ Señora Kim ¿Gusta algo para tomar?

─Ay, querida, no me digas señora. Llámame Yubin, no hay problema. ─Yubin rió. ─ Y sí, una taza de té, si no es molestia. ─Mina asintió y se fue a la cocina, pero volvió al instante al recordar una cosa.

─Hyunjin, si quieres puedes pasar a la habitación de Heejin.─ Al escuchar esto, prácticamente saltó de su asiento y sonrió con un brillo especial en sus ojos.─ Es arriba, la segunda puerta a la derecha. Tiene unos dibujos de animales, la reconocerás.

Una vez escuchó eso, Hyunjin se dirigió a paso rápido a dicho lugar. Estaba emocionada por ver a su amiga. Su madre negó con la cabeza riendo.

─Esta niña es todo un caso. 

─Es muy dulce, me alegra que sea amiga de mi niña. ─La japonesa puso a calentar agua para el té y volvió al lugar a platicar con la señora Kim.

─Según lo que me cuenta Jinnie, tu hija es un ángel y es muy lista. Tú y tu esposo deben estar orgullosos...

─Oh, no, no tengo esposo. ─Mina movió sus manos frente a ella a modo de negación.─ Tengo una esposa.

─¡Oh! ¡Qué maravilloso! ─Exclamó entusiasmada.─ Siempre he dicho que las mujeres son mejores que los hombres, con respecto a críar niños. Con razón Heejin es tan buena.─ Mina sonrió. No era usual que desconocidos aceptaran tan bien a su familia, ya que Corea no era un lugar muy abierto de mente. Mucha gente aún las miraba con desagrado.─ Mi ex esposo decidió que sería una gran idea dejar a su hija y a su esposa para ir detrás de una mujer más jóven. Los hombres son de lo peor...

Vaya, esta mujer habla mucho. Pensó Mina.

Mientras tanto, Hyunjin golpeó la puerta de la habitación de Heejin. Esta tardó un poco en atender pero, al fin y al cabo, tendría que hacerlo ¿No?

Una Heejin algo despeinada y en pijama abrió la puerta, mirando sorprendida a su amiga, quien estaba frente a ella.

─¿Qué haces aquí? ─Preguntó confundida Heejin, mientras Hyunjin la miraba con una sonrisa.

─Vine a visitarte. ─Habló mientras se adentraba en la habitación de su amiga. Esta era muy ordenada. Tenía libros ordenados alfabéticamente, en la pared tenía dibujos de animales muy detallados, tenía también un escritorio con muchos materiales de dibujo. No los iba a tocar, pues sabía lo mucho que le disgustaba a Heejin que toquen sus cosas.─ Wow, eres muy ordenada. Mi cuarto es un desastre comparado al tuyo. Bueno ¿Qué estabas haciendo antes de que yo venga? 

─Estaba acostada debajo de las sábanas.─ Explicó mientras se sentaba en la cama y Hyunjin hacía lo mismo.─ Tenía que autoregularme para no tener una crisis.

─Oh ¿Pasó algo? ─Preguntó la menor, preocupada.

─Hace poco empecé terapia y no me gusta ir porque no es parte de mi rutina.─ Heejin comenzó a chasquear suavemente sus dedos y Hyunjin apoyó su cabeza en su hombro.

─Ya se volverá parte de tu rutina, ya verás. Sólo dale tiempo. ─La miró sonriendo.─ ¿Te puedo abrazar? Quizás te haga sentir mejor.

La mayor asintió y eso fue suficiente para que Hyunjin la envolviera con sus brazos, haciendola caer de espaldas en la cama. 

─Eres mi mejor amiga. ─Dijo la menor de las dos, mientras seguía abrazándola con fuerza.

─Soy tu única amiga, eso no tiene sentido. 

─Bueno, pero aunque tuviese más amigos, seguirías siendo la mejor. ─Finalmente Hyunjin la soltó y permaneció recostada en la cama, mirando a su amiga quien, a su vez, miraba el techo de su habitación.

─Entonces supongo que tu también eres la mía. ─Hyunjin, al escuchar esto, sonrió ampliamente. Sabía que Heejin no solía decir esa clase de cosas, por lo que esto significaba mucho para ella.─ ¿Quieres acompañarme a buscar insectos en el patio?

─Con mucho gusto, mejor amiga. ─Respondió sonriendo mientras se levantaba de la cama.

─No tienes que decirme "mejor amiga" todo el tiempo. Ese no es mi nombre y lo sabes.─ Heejin también se levantó y fue hacia la puerta con su amiga.

─Lo sé, pero me gusta hacerlo.

Así, ambas niñas salieron al patio a buscar insectos. Cada vez que encontraban alguno, Heejin le explicaba todo acerca del espécimen que encontraban y le decía algún que otro dato curioso. A Hyunjin le parecía totalmente interesante. Descubrió que Heejin también habla tanto como ella, pero solamente cuando se trata de temas que ella disfruta.

Por su parte, Mina y Yubin siguieron charlando y tomando té. Yubin la puso al tanto de toda su historia con su ex esposo y Mina le contó acerca de su familia. Fue entretenido para ambas, sobre todo cuando Hyejoo se acercó a ellas para contar algunos chistes malos que le enseñó mami Chaeng.

─Ya, Olivia, ya mejor dejemos a la señora Kim descansar ¿Sí? ─Mina intentaba detener a Hyejoo, ya que ella ya había contado cuatro chistes y eran uno peor que el otro.

─Uno más, mamá. Podfavod. ─Hizo un puchero que hizo que el corazón de Mina se derritiera y cediera.

─Está bien, pero sólo uno.

─¿Cual es la difedencia entle una boda y un divodcio? ─Repitió un chiste que Chaeyoung le había contado minutos atrás. ─ Que en la boda todo es arroz y en el divodcio todo es pa'ella.

─¡Hyejoo! ─Regañó Mina.─ Ese chiste es muy malo ¿Siquiera sabes de qué va?

─Nop. ─Negó mientras soltaba una risita y se fue corriendo al patio a jugar con sus hermanos y con mami Chaeng.

Eso hizo que Yubin estallara de la risa. El chiste ya le había parecido chistoso pero el hecho de que Hyejoo no lo entendiera la hizo llegar a su límite. No podía parar de reír. Sin duda alguna, la familia Son era lo mejor. 

ᴍᴀʀʀɪᴇᴅ ʟɪꜰᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora