ᴍᴀʀʀɪᴇᴅ ʟɪꜰᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ PAUSADA

♡ ４ ♡

24 semanas...

Mina estaba nerviosa. Durante todo este tiempo, aún no les había notificado a sus padres que serían abuelos. Recientemente se había enterado de que su padre estaba algo enfermo, por lo que quizás la noticia lo haría sentir mejor. Es por eso que decidieron hacer una cena para contarles.

Chaeyoung propuso hacer la cena en casa de su madre, ya que la casa de la señora Son era más espaciosa que la de ellas y, además, Mina ya era parte de la familia. A la japonesa le pareció una gran idea, por lo que avisaron a la madre de Chaeng y se pusieron manos a la obra.

Pues el momento había llegado. Mina, Chaeyoung, la señora Son y su pareja, Jinyoung estaban esperando la llegada de Sachiko y Akira para darles la tan esperada noticia.

¿Desde cuándo Jinyoung vive allí? Pues él y la mamá de Chaeyoung ya llevaban 2 años juntos, así que prácticamente era de la familia. Aunque a Chaeng le costó aceptarlo por un tiempo, al ver a su madre feliz después de tanto tiempo le hizo entender que, en realidad, no era un mal tipo. Además, sería bueno poder ver en él la figura paterna que nunca tuvo.

Bueno, volviendo al tema. Mina se encontraba muy nerviosa, por lo que salió al patio a tomar algo de aire. Chaeyoung fue tras ella y la abrazó por la espalda, acariciando su barriga con cariño.

─Minari, todo va a estar bien.─ Dijo mientras apoyaba su mentón en el hombro de su esposa.

─Lo sé, es sólo que... No lo sé. ─Suspiró y acarició las manos de Chaeyoung.─ ¿Y si se enojan por no decirles antes? ¿Y si...?

─No te preocupes, amor.─ Dijo interrumpiéndola. ─ Si pasa algo, encontraremos la forma de salir adelante, como siempre hacemos. ─Sonrió y le dió un beso en la mejilla a la japonesa, provocándole una sonrisita.

Se separaron al escuchar que la puerta principal era abierta, seguido del sonido de las voces inconfundibles de los Myoui.

─¡Tanto tiempo! ¿Dónde está mi bebé? ─Se podía escuchar a Sachiko hablar desde dentro de la casa. 

─¡Mina! ¡Chaeng! ¡Llegaron los Myoui! ─Gritó la señora Son desde adentro, esperando que ambas chicas entrasen a saludar. Mina, al escuchar esto, se tensó. Chaeyoung notó esto y tomó su mano. 

─Todo va a estar bien. ─Susurró con una sonrisa. Mina asintió y ambas entraron a recibir a los padres de la japonesa.

A Mina siempre le preocupó la opinión de sus padres, sobre todo de su papá, que solía ser bastante severo con ella cuando no le gustaba algo. Aún así, él parecia haber cambiado desde que pasó lo del accidente de hace años, pero Mina tenía sus dudas.

Por parte de su madre, sabría que podría enojarse por no haberle dicho antes, pero aún así se pondría feliz. A ella siempre le había gustado la idea de ser abuela.

Ambas chicas entraron a la casa, Chaeyoung prácticamente arrastrando a Mina. Chaeyoung fue la primera en saludar, mientras que Mina se quedaba parada frente a la puerta de la sala, escondida de la mirada de sus padres. Tomó el valor suficiente, respiró profundo y se dejó ver para saludar a sus progenitores.

Sachiko, al verla, sonrió ampliamente y se acercó a abrazarla pero, en el momento que notó la barriga de su hija, se detuvo en seco y se cubrió la boca con las manos.

─No puede ser... ─Una sonrisa se asomaba detrás de sus manos y sus ojos tomaron un brillo especial. Soltó un chillido de emoción y abrazó a su hija, con cuidado de no hacerle daño al bebé. ─Mina ¿Por qué no nos dijiste antes? 

─No lo sé, no encontraba el momento, quizás. ─Sonrió algo nerviosa, correspondiendo el abrazo.

─¡Mina! ¡Hija! ─ Su padre se acercó al abrazarla y, cuando Sachiko se apartó para darle lugar, pudo ver el embarazo de su hija. El hombre se detuvo unos segundos frente a Mina y luego miró a Chaeyoung, incrédulo. Ésta sólo se encogió de hombros y sonrió. 

─Sorpresa... ─Sonrió Mina, apoyando sus propias manos en su vientre.

─Voy a ser abuelo... ¡Voy a ser abuelo! ─ Abrazó a Mina con cariño. Se separó al cabo de unos segundos y la miró de pies a cabeza.─ Aún no lo puedo creer. ¿Es niña o niño?

─Aún no sabemos. ─Dijo Mina, mirando a Chaeyoung, quien se acercó.

─Lo que pasa es que en las ecografías no se deja ver. ─Agregó la coreana, riendo levemente. ─Le da vergüenza, al parecer.

─Es verdad, solo podíamos ver sus nalgas. ─Rió Mina.

Y así siguieron charlando hasta que llegó el momento de la cena. Todos estaban pasando muy bien. Era, increiblemente, la primera vez en la que la familia Son y la familia Myoui se sentaban todos juntos a pasar un momento así. A Mina le gustaba creer que su bebé uniría a las familias.