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Hyejoo, por su parte, había pasado toda la mañana entusiasmada porque anunciaron que estaban buscando miembros de 7 a 12 años para el club de fútbol de la escuela ¡Ella entraba en esa categoría!

Toda la clase se la pasó esperando impacientemente, haciendo garabatos en sus cuadernos. Cuando llegó el recreo, fue a ver dónde debía inscribirse. Al llegar al patio, encontró una fila de gente que esperaba su turno en un pequeño puesto para anotarse. Esperó tódo el trayecto y, una vez ahí, le sorprendió lo que le dijo aquel profesor.

─No se admiten niñas. No pueden jugar como los niños. ─Hyejoo sintió su sangre hervir ¿Había esperado durante toda la mañana, hizo la maldita fila sólo para que le dijeran eso? Para nada, Ella no iba a dejar las cosas así.

─Seguro puedo jugar mejor que cualquier sucio niño. ─Se defendió firmemente, echándole una mirada retadora al hombre mayor que estaba frente a ella. Este la miró sorprendido, ya que no se esperaba encontrar a una niña con ese caracter. 

─¿Ah sí? Entonces ¿Qué te parece que te pongamos a prueba en el siguiente recreo? Veremos si eres tan buena como dices ser. ─Se cruzó de brazos y a Hyejoo se le iluminaron los ojos. Esa sería su oportunidad. Asintió y extendió su mano para cerrar el trato con aquel señor, quien estrechó su mano con una sonrisa.

Hyejoo estaba muy emocionada, así que durante el resto de la clase no pudo concentrarse en absoluto. Se la pasaba haciendo pequeños dibujos de como se imaginaba que sería anotar un gol y que todos vean lo genial que es.

Le gustaría poder tener amigos con quién hablar, pero las niñas de su salón no querían jugar con ella porque decían que era muy poco femenina, y los niños decían que no jugarían con una niña. Quizás algun miembro del equipo quiera volverse su amigo.

El segundo recreo ya había llegado, era momento de demostrarles lo que podía hacer. Corrió a toda velocidad hasta el patio, donde solía jugar el equipo, lista para ser puesta a prueba. Todos los niños que formaban el equipo, detuvieron lo que estaban haciendo para mirarla. Les parecía extraño ver a una niña imteresada en el juego. Hyejoo caminó con la frente en alto entre todos los niños y se acercó al profesor.

─Creí que te daría miedo y no vendrías. ─Se burló el hombre, mientras que Hyejoo se acomodaba los nudos de sus zapatillas.─ Para entrar en el equipo tendrás que jugar tú contra cinco de mis chicos. Claro, uno por uno. El primero en hacer tres goles, gana. ─Hyejoo aceptó, pues no le parecía complicado para nada. Ella sentía que podría vencerlos hasta con los ojos vendados.─ Suerte, niña.

Antes de comenzar, estiró sus músculos ya que no le gustaría lastimarse. Se acomodó el cabello en una cola de caballo y, una vez lista, fue hacia la cancha y comenzó la prueba.

Primero tuvo que jugar contra un chico algo bajito, pero que era bastante veloz. No fue problema, le ganó con un puntaje de 3 a 0. El siguiente era un chico alto y con buena puntería. Él le dió más pelea, pero aún así ganó 3 a 2.

El tercer muchacho era alguien que conocía muy bien. Era Seungmin, su primo. Este partido no fue un desafío, ya que Hyejoo conocía su forma de jugar. Siempre solían jugar cuando iban a visitar a tía Nay y tía Jeong. No era necesario aclarar que ella siempre ganaba y, esta vez, no fue la excepción.

El cuarto chico era un niño algo gordito. Era algo intimidante, pero Hyejoo siguió jugando. Iban 2 a 2, así que sólo necesitaba hacer un gol más.

Mientras corría con la pelota, su competidor comenzó a correr a su lado con un plan para evitar perder.

─Lo siento, pero no aceptamos niñas. ─Le dijo con una sonrisa maliciosa para luego pisarle el pie con fuerza, provocando que Hyejoo su tobillo se doble, causandole un dolor que no le permitía seguir corriendo y que la hizo caer al suelo. El niño aprovechó esto para notar el último gol y ganarle.

Hyejoo se quedó sentada, con las manos sujetando su tobillo y dejando que algúnas lágrimas caigan por su rostro. El profesor se le acercó y la miró.

─Bueno, lo siento pero no entraste. 

─¡Pero ese niño hizo trampa! ─El profesor negó con la cabeza, riendo.

─Sé que es dificil perder, pero está mal culpar a los demás. Te tropezaste por tu cuen-...

─Señor, usted está ciego.─ Interrumpió otra niña, acercándose a Hyejoo y ayudándola a levantarse.─ Shindong le torció el tobillo y usted no quiere aceptarlo. 

─Deja de mentir para encubrir a tu amiguita. Todas las niñas son iguales, por eso no trabajo con ellas. ─Las miró con desprecio y se dirigió a donde estaba su equipo, dejando a Hyejoo sola con esa niña.

─¿Estás bien? ─Preguntó preocupada. Hyejoo negó con la cabeza.

─Me duele... Auch. ─Intentó apoyar el pie en el suelo pero eso le provocó mucho dolor.

─Vamos, te acompañaré a la enfermería.─ Tomó el brazo de Hyejoo y lo pasó por encima de sus hombros, evitando que apoye mucho peso en su pie herido. Ambas emprendieron paso hacia dicho lugar.─ Juegas increíble, pero ese profesor es un bastardo. 

─Gracias, y sí, lo noté. Supongo que el universo no quiere que juegue al fútbol. ─Rió algo triste, cosa que la otra niña notó.

─Oye, pero aún hay muchas cosas que puedes intentar.─ Intentó animarla, regalándole una sonrisa.─ Por ejemplo, no lo sé ¿Videojuegos?

─¡Oh, es verdad! Soy muy buena ya que siempre juego con mi mamá.

─¿Ah sí? Deberíamos jugar juntas, entonces. ─Dijo con una sonrisa, deteniéndose frente a la puerta de la enfermería.─ Por cierto, soy Chaewon, pero todos me dicen Gowon.

─Me llamo Hyejoo. Gracias por ayudarme allá. ─Dijo Hyejoo, refiriéndose al problema con el profesor de hace unos minutos.

─No hay de qué. No podía soportar ver que te trate así. ─Gowon abrió la puerta y entró junto a su nueva amiga, ayudándola a subir a la camilla para que la enfermera la revisase.

La enfermera determinó que Hyejoo había sufrido un esguince en el tobillo de grado dos, pero no tardaría demasiado en curarse. Quizás unas cuatro o cinco semanas.

Gowon se quedó con Hyejoo en la enfermería para hacerle compañía, ya que tendría que reposar. No llamarían a sus mamás para que la retire, porque faltaba poco para el horario de salida, así que, para matar el tiempo, Hyejoo y Gowon hablaron de sus familias.

─... Y mi hermana mayor es autista, así que mis madres siempre están pendientes de ella.─ Hyejoo explicó mientras Gowon dibujaba flores en el vendaje que le puso la enfermera en el tobillo.─ Así que no siempre están atentas a lo que hago.

─Vaya, ha de ser divertido. Como no tengo hermanos, mi papá siempre está pendiente de lo que hago.─ Dejó el marcador de lado y se acostó junto a Hyejoo.─ Es como si no pudiera hacer nada.

─Bueno, pero a veces la atención es linda. ─Rió levemente.─ Parece que cualquier cosa al extremo es mala.─ Ambas rieron y luego se quedaron en silencio por unos minutos. Era agradable tener compañía. Hyejoo sentía un cálido sentimiento en su pecho que la hacía sentir bien.─ Nunca antes me sentí así como ahora... 

─¿Así cómo? ¿Con dolor en el tobillo? ─Bromeó y ambas rieron.

─No, boba. ─Negó entre risas y luego la miró con una sonrisa.─ Nunca me sentí acompañada.

─Mientras tú y yo seamos amigas, nunca vas a sentirte sola de nuevo.

Hyejoo no entró al equipo de fútbol y se esguinzó el tobillo pero, a pesar de eso, hizo una amiga. Ese día quizás no fue el mejor, pero ¿Qué importaba? Ahora Gowon era su amiga y, como prometió, ahora nunca estaría sola.

ᴍᴀʀʀɪᴇᴅ ʟɪꜰᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora