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Ese mismo día, Chaeyoung se encontraba en su trabajo. Todo iba bien, hasta que apareció un nuevo empleado que supuestamente ayudaría a Chaeng con sus cosas. Ya saben, para agilizar las cosas.

Ese empleado era, más bien, una empleada. Era nada más y nada menos que Hwang Yeji. quien se encargaría de la edición y retoques de las fotos que tome Chaeyoung.

─¡Chaeyoung! ¡Tanto tiempo! ─Dijo emocionada, abrazando a la más baja, quien correspondió algo incómoda. No la había vuelto a ver en persona desde ese encuentro en casa de Sana hace años.

─Ohh... Yeji, hola. ─Rió algo nerviosa y le dió unas palmadas en la espalda para luego separarse del abrazo.

─¿Cómo te trata la vida? Puedo ver que creciste un poquito desde la última vez que nos vimos... Pero sigues igual de bonita. ─Sonrió de lado, sentándose en la silla de Chaeyoung y mirando los papeles que tenía en el escritorio.

─Oh, todo bien. Me va muy bien... 

─¿Sigues con Nina? 

─Mina. ─La corrigió.─ Y sí, sigo con ella. De hecho, tenemos dos hijas y un hijo. ─Yeji la miró con sorpresa.

─Vaya, no creí que asentarías cabeza con Myoui... Wow. ─Se acercó y le dió unos golpecitos con su codo.─ E incluso no les bastó con uno, sino que tuvieron tres minis Chaeng.

─Ya, pero todos saben lo mucho que amo a Mina. ─Sonrió con un ligero rubor en sus mejillas.─ Además no se parecen tanto a mí, se parecen más a ella. ─Rió levemente.

─No te creo, al menos alguno tiene que tener tu caracter, aunque sea.─ Yeji se recostó en el respaldo de la silla y la giró, dándole la cara a Chaeyoung.

─En ese caso, supongo que Hyejoo se parece un poco a mí... Aunque es idéntica a Mina, físicamente. ─Rió.

─Vaya... Y ¿Es bonito tener una familia? ─Chaeyoung asintió y Yeji solo sonrió algo triste.─ Bueno, me alegro por ti... Creo que eso significa que ya no hay chance de-...

El telefono de Chaeyoung comenzó a sonar y ella contestó instantaneamente, haciendo que Yeji se callara de inmediato.

─Amor ¿Qué pasó?... Uh ¿Hyejoo?... Está bien... No te preocupes, yo voy por ellos, como siempre... ─Yeji vió como una sonrisa se formaba en los labios de Chaeyoung al hablar con su esposa. Se levantó y se acercó, arrebatándole el celular.─ ¡Oye! ¡Devuelve eso!

─¡Sólo quiero saludar! ─Dijo riendo y alejando el teléfono de Chaeyoung.─ Hola Mina ¿Me recuerdas?

¿Quién habla? ─Se escuchó del otro lado de la línea.

─Soy Yeji ¿Ya te olvidaste de mí? Vaya, creí que éramos amigas... ─Rió mientras escapaba de Chaeyoung, quien intentaba quitarle el teléfono.─ Bueno, de cualquier forma, espero que te vaya bien a ti y a tus chiquitos. ─Le devolvió el teléfono a Chaeyoung.─ Iré a comprar un café ¿Quieres uno? ─Como la más baja la ignoró, se encogió de hombros y salió del lugar.

─¿Hola? Minari ¿Estás ahí? ─Preguntó la más bajita con cautela. Conociendo a Mina, temía que esté enojada.

¡Qué descarada es al hablarme de esa forma! ¿Qué haces con ella? ¿No se supone que estés en el trabajo? ¿Dónde estás, Son Chaeyoung? ─Se escuchaba alterada. Chaeng había adivinado, hablar con Yeji no le había agradado para nada a la japonesa.

─Sí, lo estoy, amor. Ella acaba de empezar a trabajar aquí. Créeme que estoy tan sorprendida como tú. ─Explicó tranquilamente, tratando de no alterar más a su esposa.

ᴍᴀʀʀɪᴇᴅ ʟɪꜰᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora