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Esta última semana había sido algo complicada para la familia Son. Heejin había estado teniendo muchas crisis en la escuela, debido a los ruidos, olores y toques inesperados. La maestra había mandado a llamar a sus madres varias veces porque, según ella, el comportamiento de Heejin asustaba a sus compañeros. Varias de esas veces tuvieron que retirarla porque no había manera de calmarla, salvo hoy, viernes, día en el que Hyunjin se armó de valor para ayudar a su amiga, quien había estado golpeando su cabeza con las manos y estirándose el cabello.

Ella no sabía bien qué debía hacer, pero pensó en que podría preguntarle. Así lo hizo y, al ver que Heejin se encontraba en un estado en el que no podía responder, decidió darle opciones y que ella sólamente elija qué hacer.

─Heejin ¿Quieres ir a otro lado a que te calmes o quieres quedarte aquí? ─Preguntó poniendo dos lápices de colores frente a ella. El azul era para quedarse y el rojo, para irse. Heejin eligió el rojo, mientras se balanceaba de adelante hacia atrás.─ Está bien. Ven.

Hyunjin pidió permiso para acompañarla al baño y, la maestra, alterada y sin saber qué hacer con la "niña problema", las dejó ir. Así, ambas fueron hacia dicho lugar. Hyunjin se sorprendió cuando, en el camino, Heejin decidió tomar su mano con fuerza, pues ella nunca la dejaba tocarla, pero, si esta vez la ayudaba, no la iba a detener.

─Bien, Heejin ¿Quieres que me quede aquí contigo o que te dé espacio? ─Volvió a preguntar con los lápices que se había llevado con ella. Heejin no quería que se vaya, por lo que eligió que se quede con ella.─ Está bien. Aquí me quedo. 

Ambas se sentaron en el piso, aún tomadas de las manos. Lentamente, Heejin parecía calmarse y su respiración se regularizó.

─L-lo siento... ─Heejin bajó la cabeza, algo triste y frustrada. No le gustaba tener esa clase de crisis, ya que era consciente de que ese comportamiento incomodába a los demás.

─No te preocupes. Para eso están las amigas. ─Dijo Hyunjin con una sonrisa. ─¿Puedo abrazarte? Nunca me has permitido hacerlo. Pero si no quieres no hay problema, yo puedo esperar a que estés list-...

Fue interrumpida cuando los brazos de Heejin la envolvieron con fuerza. Hyunjin sonrió y le correspondió aquel abrazo con la misma fuerza que su amiga aplicaba en ella. Se separaron unos segundos después.

─Gracias. ─Habló Heejin con una pequeña sonrisa en su rostro.─ Deberíamos volver...

─Entonces vamos. ─Hyunjin se levantó del suelo y extendió su mano para ayudar a su amiga a pararse, quien la tomó aceptando la ayuda. Ambas fueron de camino al salón, aún tomadas de las manos, cuando Heejin vio a sus dos madres en el pasillo hablando con la maestra.

─Oh no... 

─¿Son tus madres? ─Preguntó señalando a las dos mujeres que estaban allí y Heejin asintió. Luego notó a la bebé que cargaba una de ellas.─ ¿Esa es tu hermana?

─Sí. Se llama Hyejoo. 

─Es muy tierna.─ Hyunjin sonrió y luego miró a Heejin.─ Se parece a ti.

─Oh, Heejin, cariño.─ Chaeyoung al verla, la llamó.─ Ven un minuto.

Hyunjin le dió una mirada que parecía decir "ve" mientras se adentraba al salón. Heejin se acercó a Chaeng y esta le sonrió, dejando a Mina hablando con la maestra.

─¿Es tu amiga de la que tanto hablas? ─Heejin asintió con una sonrisa.─ Tu maestra nos contó lo de la crisis... ¿Quieres ir a casa? ─La niña lo pensó unos segundos y luego negó con la cabeza. ─¿Segura? 

─Sí. Hyunjin me ayudó. ─Chaeyoung, al escuchar esto, sonrió. Le hacía feliz saber que su pequeña ya tenía una amiga, después de tantas dificultades para socializar o, más bien, la falta de interés en ello.

─Bien, cualquier cosa le avisas a la maestra y le dices que me llame ¿Sí? ─Heejin asintió y, luego, entró al salón. Chaeyoung volvió a donde estaba Mina, quien ya había acabado su plática con la maestra y comenzaron a caminar juntas por los pasillos.

─¡Qué señora ignorante! ─Bufó la japonesa, frustrada.─ Le comenté sobre lo de que Heejin puede ser autista y que tiene que tenerle paciencia y ¿Sabes qué me dijo? ─Habló exaltada, causando que su esposa la mire con sorpresa.

─¿Qué te dijo? ─Preguntó mientras cargaba a Hyejoo, quien estaba en brazos de Mina, así la japonesa podría descansar los brazos.

─Dijo "Ayñ es que como no tiene un diagnóstico oficial, usted podría estar mintiendo ñiñiñi" ─Fingió una voz chillona, imitando a la maestra de su hija, causando que Chaeyoung ahogara una risa.─ "Consiga uno y ahí le creeré". Vieja tonta.

─Entonces tendremos que buscar un especialista lo antes posible. ─Chaeyoung suspiró.─ Es mi culpa, debí haber aceptado llevarla a un psicólogo cuando era más pequeña.

─No, amor. No es tu culp-... ─Sus palabras fueron interrumpidas por otra maestra que conocían muy bien.

─¡Oh! ¡Señoritas Son y Myoui! Justo las iba a mandar a llamar. ─Era la maestra de Renjun, quien se veía algo alterada.

Mina y Chaeyoung se miraron la una a la otra ¿Habrá hecho algo su hijo? Lo dudaban, él es un ángel.

─¿Qué pasó? ¿Pasó algo con Renjun? ─La maestra ya estaba enterada de la identidad de género del pequeño y la respetaba, a pesar de que sus madres aún no hayan cambiado su nombre legalmente.

─Sus compañeros lo excluyeron y no querían jugar con él. Renjun insistió y los otros lo empujaron al suelo y lo insultaron, haciéndolo llorar. ─Explicó la señorita Hani, afligida por el trato hacia el pequeño.─ Llevamos varios minutos tratando de calmarlo pero sólo dice que se quiere ir a casa... 

─Tráigalo. ─Pidió Chaeyoung y Hani asintió. Mientras ellas estén cerca, nadie va a ponerle un dedo encima a su chiquito. 

ᴍᴀʀʀɪᴇᴅ ʟɪꜰᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora