La triste vida.

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No fui directo a mi casa, sino que me fui hacia la de Vik. Aún me dolía la cara del puñetazo, y ni hablar de mi labio roto, del cual me di cuenta que la herida era grande cuando me lave la cara para quitar la sangre. Aún quedaba algo de sangre coagulada en la herida. Viktor se enojaría muchísimo...

Ésta vez pagué un taxi, porque la casa de Volkov quedaba muy lejos. Como no, vivía en el mejor lugar de todos Los Santos. Bajé del taxi, agradecí al conductor y miré aquella casa estúpidamente grande. Al contrario que yo, Viktor si vivía con sus padres. Pero ellos casi no pasaban en casa, por lo que la mayoría de veces Volkov se la pasaba solo en ese grandísimo lugar. Me acerque a la gran puerta de madera y toqué el timbre. Espere un momento y la puerta se abrió, revelando a una chica del personal.

- ¿Puedo ayudarlo en algo? -Me preguntó con la mirada seria, seguramente era nueva porque no me conocía-.

-Vine a ver a Vik. -Dije con una sonrisa, ella no dijo nada y cerró la puerta en mi cara-.

Borré la sonrisa de mi rostro y parpadee sin entender ¿Qué coño había pasado? Estaba a punto de tocar el timbre de nuevo, pero la puerta se abrió otra vez dejando ver a la nueva empleada que ahora no me caía bien.

-Está en la cocina. Acompáñeme por favor. -Me dijo, yo forcé una sonrisa de agradecimiento y la chica me guio hasta la cocina-.

-Horacio. -Me saludó Volkov el cual estaba tomando un vaso de agua-.

- ¡Buenas! -Saludé esta vez con una sonrisa verdadera-.

La chica del personal hizo una reverencia y se retiró dejándonos solos.

- ¿Y ella? -Le pregunté a Viktor el cual dejó el vaso aún con agua en la cocina-.

-Es la nueva ama de llaves -Respondió- No me cae bien, pero según mis padres es de confianza. -Me contó- Ven, vamos a mi habitación. -Me dijo comenzando a caminar camino a las escaleras que daban al segundo piso-.

Pasamos las escaleras, y nos encontramos con el pasillo el cual estaba lleno de puertas. Llegamos a la puerta del cuarto de Volkov y este la abrió dejándome pasar a mi primero. El cuarto de Vik es algo que a mí siempre me había gustado, era grande, tenía unos grandes ventanales que daban una hermosa vista al patio, y una terraza bastante amplia con tres sillas y una mesa de madera. Viktor tenía varias estanterías donde guardaba sus premios y algunos libros. Su cama era gigante, era una cama matrimonial. Tenía su propio baño completo en la habitación, una televisión gigante y un gran armario. Su cuarto era gigante.

Me tiré a la cama boca arriba y sonreí al sentir la agradable sensación del colchón, si, su cama era muy cómoda.

Volkov se sentó en la orilla de la cama y me miró.

- ¿Para que querías que viniera? -Le pregunté sentándome para verlo mejor a la cara-.

-Quería ver unas cosas qu- -Dejó de hablar, me miró los labios y luego me miró a los ojos con la mirada tan fría que pensé que podía congelarme, supe que algo andaba mal. Sus ojos proyectaban odio... mierda, claro. ¿Cómo me había olvidado de esa herida?-.

- ¿Sucede algo? -Quise disimular apartando la mirada de él y dirigiéndola a los ventanales-.

-Horacio. -Mi corazón comenzó a latir muy rápido, su voz había sonado diferente, estaba enojado. Él estaba muy enojado- ¿Qué te sucedió...? -Me preguntó bajando la mirada al colchón de la cama, su respiración estaba más pesada, se podía escuchar-.

-Yo... me golpeé -Mentí aún sin mirarlo a la cara, no quería hacerlo, no quería mirarlo a los ojos porque sabía que si lo hacía descubriría que le estaba mintiendo-.

Best friends! //Volkacio//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora