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Julio 10, 2005
¡Dios! Jeon Jungkook...
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Los brazos de Jungkook lo rodearon apretándolo contra él.
El grupo de gente a su alrededor se paralizó por la reacción del chico, pero la reacción de Jungkook les sorprendió de igual forma.
Jungkook y Jimin sin embargo, ni siquiera lo notaron.
Jimin se aferraba a él con los brazos alrededor de su cuello mientras Jungkook sonreía satisfecho con sus brazos rodeando la estrecha espalda del chico.
— ¡Dios! — exclamó Jimin cuando se separaron pero sin soltar sus manos — Jeon Jungkook.
Le observaba embelesado a la vez que recibía idéntica mirada en respuesta.
— Por Dios, Jungkook. Esto es increíble.
— Lo sé — reconoció él. — Yo también lo creo.
— Pero... mírate... — dijo el recorriendo su cuerpo con la vista antes de volver a enfocarse en sus ojos — Estás... igual...
— Bastante más viejo que entonces — sonrió él.
— ¡Qué va! Estás estupendo.
— Tú estás estupendo— le corrigió. — Has estado maravilloso, Minnie. Nunca había visto algo igual, nunca nada me había emocionado tanto, fue... impresionante.
Jimin bajó la mirada avergonzado, ruborizándose.
— Gracias — murmuró. — Me alegro que te haya gustado.
— Me ha encantado. Gustarme es un eufemismo.
— No te imaginas cuánto me alegra que lo hayas visto — reconoció sincero.
— Y a mí, cariño — reconoció. — Y a mí.
Incómoda, Lisa se acercó a ellos rompiendo el hechizo que los había poseído.
— Jungkook nos dijo que ibais juntos al instituto — dijo la joven.
En ese momento, Jimin reaccionó y soltó las manos del chico alejándose un poco de él, para observar a Lisa avergonzado.
— Oh, sí. Es verdad. Éramos muy jóvenes, entonces. Parece que ha pasado toda una vida.
— Ya lo creo. Aunque sigues estando precioso, Jimin.
— Gracias.
— Debería decir que has crecido pero no es verdad — se burló rememorando aquella época en que siempre se burlaba de su físico pequeño.
— No — rio el — Sigo siendo igual, aunque a ti se te nota el gimnasio.
— Un poco, sí — rio a su vez.
Había creído que sería incómodo reencontrarse con Jimin, pero había estado equivocado. Recuperar con él la complicidad y camaradería de antaño era tan fácil como respirar.
— Sin dudas, ésta es una increíble casualidad — dijo Jimin mirando a Lisa y luego a Jungkook. — Tu novia es mi médico — comentó aunque la palabra novia les dejó a ambos un sabor amargo.
— Sí — reconoció él acercándose a Lisa y rodeando sus hombros con su brazo. — Lo mismo pensé yo cuando me dijo que Park Jimin era paciente suyo.
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Ilusiones prestadas
FanfictionLlevaba toda la vida preparándose para ser el bailarín principal y finalmente lo había conseguido. Y ahora parecía que sus sueños habían cambiado y estaba dispuesto a cambiar su mundo. Pero ¿y si en realidad sus sueños nunca hubiesen sido aquellos...