Capítulo 46

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Julio 18, 2000

Hoy me salté un ensayo por haberme ido de compras.

La reacción de Min Ho fue tan desmedida que por un momento temí que me golpeara.

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— Lo siento, cariño — lo consolaba Jungkook a la mañana siguiente cuando llegó de su guardia en el hospital. — No entiendo por qué actúa de esa forma.

— No lo sé — reconoció. — ¿Cómo puede convertirse una madre en una persona así?

— ¿Siempre fue así? Quiero decir, ¿recuerdas si también te trataba de esta forma cuando eras pequeño?

— No sé. El ballet siempre fue lo más importante para ella, pero no recuerdo haber sentido que me odiara o que yo le molestara.

— Lo siento, cariño.

— Está bien. En realidad creo que lo mejor es saber dónde estoy parado, con quién cuento y con quién no.

— Supongo que es mejor así.

— Lo es — sonrió volteándose hacia él y recostándose sobre su pecho. — Dejemos esta conversación tan triste y tan seria. ¿Tienes ganas de besarme? — preguntó sugerente.

— No sé... — se burló él — Tal vez podría tener un poco...

— ¿Sólo un poco?

— Bueno, quizás algo más que un poco...

— ¿Y piensas quedarte con las ganas?

— No quisiera incomodarte — sonrió.

— Anda, tonto, incomódame — pidió antes de volcarse sobre sus labios y besarle con necesidad.

Jungkook rio llevando sus manos bajo la camiseta de el para arrastrarla hacia arriba y quitársela.

El pecho desnudo de Jimin se pegó al suyo y los pezones completamente erguidos le rozaron el escaso vello de su torso.

Subió sus manos por el cuerpo del chico para acariciar, apretar y sobar sus pezones sintiéndolo erizarse con su toque.

— ¿Los sientes más sensibles? — preguntó moviendo sus labios por la mandíbula de él.

— Creo que todo mi cuerpo está más sensible — ronroneó excitado a la vez que se erguía para quedar sentado a horcajadas sobre él.

Las manos de Jungkook no se separaron de su pecho mientras Jimin se movía, restregando sus ingles contra las de él.

La fricción de la seda de sus boxers sobre su pene palpitante lo estaba enloqueciendo, y sentir que Jungkook estaba igual solo lo incentivaba más.

Jungkook lo observaba con atención y el rostro arrebolado de Jimin lo ponía a mil.

— Tengo que estar dentro tuyo — dijo mientras su mano bajaba la cinturilla de su ropa interior para liberar su erección.

Hizo a un lado los boxers de Jimin y dirigiendo su pene a su deliciosa entrada lo penetró.

— Se siente tan bien — suspiró con las manos en la cintura de Jimin para ayudarlo a moverse sobre él.

— Ah, Jungkook, creo que voy a correrme muy pronto.

— Vamos, cariño — lo instó. — Quiero verte.

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