Capítulo 50

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Mayo 20, 1993

Jungkook siempre se burla de mi obsesión por Cumbres Borrascosas, pero hoy, entré a su habitación sin que me esperara y lo encontré con mi libro en sus manos.

La frase de Heathcliff en sus labios me sobrecogió.

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Un mes después se encontraron instalados en un exquisito ático dúplex de 230 metros cuadrados, con terraza y piscina en Gangnam.

Se habían enamorado de él nada más al verlo y lo habían comprado de inmediato, después de vender sus respectivos apartamentos.

Atrás habían dejado sus vidas anteriores.

— Al final Na Ra tenía razón — comentó Jimin en el asiento del acompañante, con la foto de la ecografía que le acababan de dar.

Sonrió al ver la sonrisa sardónica de su novio que intentaba colarse en el tráfico matinal.

Tenía diecisiete semanas de embarazo y su vientre ya se hacía notar.

Esa mañana, en su consulta con el médico, les habían confirmado que esperaban una niña y estaban ansiosos por contárselo a la familia.

— Pues parece que sí — comentó Jungkook irónico.

— Tantos años en la facultad de medicina no te dieron tantos conocimientos — se burló el chico.

Búrlate — le riñó divertido. — Debería pasarme por la agencia de viajes antes de ir a comer.

— Está bien. Puedo aguantar hasta entonces.

— Glotón — dijo con cariño ganándose que le sacara la lengua en un gesto infantil.

La boda estaba fijada para ese fin de semana.

Habían planeado algo íntimo, sólo la familia y unos pocos amigos, en el jardín de la casa de los Jeon en Incheon.

Hewon no se presentó.

Un día después marcharían de luna de miel a Busan.

Cuando Jungkook le había preguntado dónde le gustaría pasar la luna de miel, la respuesta fue clara, Busan.

Jimin no había vuelto desde que se había marchado, llevado por su madre y Min Ho rumbo a Londres.

Tenía ganas de volver a su pueblo. Ver la que había sido su casa, y visitar, por vez primera, la tumba de su padre.

****

Cuando finalmente subieron al avión que los llevaría al aeropuerto ambos estaban emocionados.

— Sabes, no sé cuántas veces en mi vida imaginé este momento.

— ¿Qué momento? — preguntó somnoliento recostado en su hombro.

— Éste. Tú y yo yéndonos de luna de miel. Aún recuerdo la primera vez que te vi.

— ¿La primera vez? — preguntó Jimin curioso, ya que al haber vivido en un pueblo pequeño, se habían conocido toda la vida.

— Sí. La primera vez que te vi como un chico Sin ver al hijo del jefe de policía — explicó y el levantó la mirada para observarlo intrigado. — Fue en el instituto. Tú estabas con Yoon Gi. Salías de la cafetería cargado con tus libros, tropezaste con el vano de la puerta y tus libros cayeron. Por la sorpresa te quedaste observándolos ruborizado. Antes de que te dieras cuenta, Chanyeol estaba a tu lado recogiéndolos.

Ilusiones prestadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora