Capítulo 43

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Diciembre 13, 2001

A veces Min Ho me asusta un poco.

No es por nada en particular, pero algunos de sus comentarios me dan miedo.

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— Señor Jimin — dijo la mujer ayudándolo a levantarse y sentarse en el sofá.

— Dios, Sasha. No te escuché llegar.

— Lo siento, Señor. No quería entrometerme, pero acababa de entrar cuando escuché su grito y me preocupé — explicó la mujer nerviosa.

— Gracias a Dios que lo hiciste, Sasha. Por un momento sentí miedo de que pudiera lastimarme.

— Lo ha lastimado — le corrigió Sasha mirando el rasguño que tenía en la mejilla y el moretón que se estaba comenzando a vislumbrar.

— Oh, no, eso no es nada. Sólo un rasguño.

— Mañana tendrá un moretón bastante grande. Permítame curarle la herida.

— Estoy bien, Sasha, de verdad.

— Déjeme hacerlo — pidió y accedió enternecido por la preocupación de la mujer.

Antes de que se diera cuenta, Sasha había limpiado la pequeña herida y le había convencido para llamar a Jungkook, que decidió venir a recogerlo aún sin que le explicara lo sucedido.

Sasha le había obligado a tumbarse en el sofá y beberse una taza de té, así que de esa forma lo encontró Jungkook al llegar.

— Minnie, cariño — dijo entrando en el salón antes de llegar hasta él. — Sasha me ha dicho que no te encontrabas del todo bien.

— Estoy bien — dijo con tono cansino.

— ¿Seguro? — dijo sentándose junto a Jimin y en ese momento vio el golpe en su cara. — Jimin, cariño, ¿qué sucedió? ¿qué tienes en la cara?

— No es nada.

— ¿No es nada? Tienes un corte en la mejilla y se te está formando un moretón — preguntó entre dientes. — ¿Qué sucedió, Jimin? Pensé que habías quedado de reunirte con tu madre

— Sí, lo hice. Hace ya un rato que se ha ido.

— Dime que no fue tu madre la que te golpeo.

— No — reconoció. — No fue ella.

— ¿No fue ella? ¿Quieres decir que alguien te golpeó? — gruñó intentando mantener la calma.

— Min Ho estaba aquí.

— ¿Min Ho estaba aquí? ¿Min Ho te ha golpeado?

— Le hice enfurecer.

— No quiero escuchar que le defiendes.

— No quiero defenderle, pero no quiero que hagas nada.

— ¿No quieres que haga nada? ¿Un hombre se aprovecha de su fuerza para lastimar a mi novio y tú no quieres que haga nada?

— No quiero que hagas nada. No volverá a suceder porque no volveré a verle. Fue sólo una bofetada y no tengo intención de seguir tratando con él de ninguna forma.

— ¿Dónde está ahora ese cabrón? ¿Te golpeó y simplemente se marchó? Voy a matarle.

— No sé dónde está y no me importa. Discutimos y le dije cosas que sin dudas le llevaron al límite, me dio una bofetada y se fue. Y tú no vas a matarle porque solamente vamos a olvidarnos de él.

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