Capítulo 28

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Noviembre 22, 1996

Hoy realmente me siento fatal.

He cogido la gripe, y aunque el médico me recetó reposo, Min Ho insistió tanto, que acabé pasando la tarde entera en la sala de ensayos.

Dice que no podemos retrasarnos para las audiciones, pero no creo que me sirva hacerlo en estas condiciones.

¿Será que él tiene razón y no tengo fuerza de voluntad?

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— ¿Cómo estás, cariño? ¿Cómo te ha ido con Hewon? — preguntó Jungkook a Jimin esa noche cuando llegó a su departamento.

— Seguramente tal como imaginas — respondió con una sonrisa triste. — Gritó, despotricó, amenazó, pero no cambió mi decisión.

— Me alegra oírlo.

— ¿Y cómo fue tu día?

— Bien. Hablé con mi madre. Le expliqué lo sucedido.

— ¿Cómo se lo tomó? — preguntó temeroso. — Debe odiarme.

— En absoluto. Ella sólo quiere que yo sea feliz, y creo que ha entendido que sólo tú puedes hacerme feliz.

— Sabes que no será sencillo ahora que debo marcharme, ¿verdad?

— Lo sé, pero estarás volviendo a menudo ¿no?

— Sí. Puedes estar seguro de que sí.

— Te amo, Minnie.

— Y yo a ti, Jungkook. Y no imaginas lo liberador que es poder reconocerlo.

— Puedes estar seguro de que lo sé, cariño — confesó. — Mañana estaré de guardia, pero tal vez podamos vernos el domingo por la mañana cuando salga del hospital.

— De acuerdo. Descansa, mi amor. Hoy ha sido un día muy largo.

— Lo ha sido. Tú descansa también y sueña conmigo.

— Siempre lo hago — aseguró antes de cortar la llamada.

El día siguiente fue larguísimo. Para cuando al fin tuvo un momento libre era demasiado tarde para llamar a Jimin, por lo que decidió acordar para verse a la mañana siguiente.

Pero cuando Jimin respondió su llamada su tono de voz le preocupó.

— Minnie, cariño ¿estás bien? — preguntó con preocupación.

— Creo que he cogido la gripe — respondió con la voz nasal.

— Oh, cielo ¿Qué síntomas tienes? ¿Has visto un médico? ¿Tienes fiebre?

— Ahora no, pero he tenido durante la noche y me duele todo el cuerpo. Me he tomado un antigripal y no he salido de la cama.

— Sabes que no deberías automedicarte — lo regañó con suavidad. — ¿Has comido algo?

— No. No tenía ganas de levantarme.

— De acuerdo. Deberías quedarte en la cama. ¿Estás solo? Puedo ir y prepararte algo para comer.

— No hace falta, Jungkook. Sasha dejó caldo en la nevera. Puedo calentarlo.

— Preferiría que no te levantaras — comentó indeciso.

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