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Agosto 6, 1993
Llevamos un mes en Londres y he odiado todos y cada uno de los minutos que he pasado aquí.
No hago más que repetirme que dentro de un año, un mes y siete días podré irme.
Min Ho asegura que no tiene sentido ya que Jungkook ya se habrá olvidado de mí.
¿Será que tiene razón? ¿Será que realmente después de hacerme el amor ya no siente nada por mí?
¿Por qué no me ha buscado?
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Jimin aparcó frente al edificio de Hongdae.
En el ascensor comenzaron un beso demandante y caliente que apenas disminuyó su intensidad cuando Jungkook introdujo la llave en la cerradura.
En el momento que la puerta se cerró tras ellos, con manos enfebrecidas se desnudaron con sus jadeos como único sonido.
— Eres precioso — murmuró Jungkook en cuanto lo deshizo de su ropa y la dejó caer al suelo.
— Tú lo eres — le respondió desabrochándole los pantalones excitado.
Sin poder calmar sus ansias, lo levantó en sus brazos para llevarlo hasta la cama.
Se tumbó sobre él y con rapidez deslizó sus boxers por sus piernas hasta dejarlo desnudo bajo su cuerpo.
Bajó por su cuello, su pecho y su vientre con los labios, hasta alcanzar el exquisito pene del chico.
Jimin separó las piernas instintivamente y Jungkook sumergió su boca sobre la dureza inflamada por la excitación.
— Dios, Jimin — gimió. — Necesito estar dentro de ti.
— Hazlo, por favor — pidió el y no necesitó más para recostarse sobre él y penetrarlo.
Intentó calmar su respiración en cuanto estuvo completamente encajado en él.
Jimin dejaba suaves besos en su cuello, mientras las manos recorrían su espalda.
Se separó para observarlo un momento en cuanto se sintió más calmado.
— ¿Estás preparado, cariño?
El asintió con una sonrisa tímida y Jungkook comenzó su excitante viaje de ida y vuelta en su interior.
Lo embistió, primero suavemente e incrementando el ritmo poco a poco.
Los jadeos y roncos gemidos de Jimin lo enloquecían, y retrasar su orgasmo se estaba volviendo una tarea titánica.
— Jungkook... — gimió Jimin. — Más fuerte...
Incrementó la intensidad de sus acometidas, sintiéndose incapaz de aguantarse por más tiempo. Cuando los gemidos de Jimin se convirtieron en pequeños grititos, y los músculos anales apretaron su miembro, ya no pudo reprimirse más.
Dio unas duras estocadas hasta que él se arqueó contra él, alzando las caderas y jadeando violentamente al alcanzar el clímax.
Su orgasmo trajo aparejado el de él, y se derramó completamente en su interior, con un ronco gruñido.
Recostado sobre su pecho se dejaba acariciar. Los dedos de Jimin se enredaban en su pelo acariciantes.
— Aún me sigue encantando que rasques mi cabeza — murmuró con una sonrisa.
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Ilusiones prestadas
FanfictionLlevaba toda la vida preparándose para ser el bailarín principal y finalmente lo había conseguido. Y ahora parecía que sus sueños habían cambiado y estaba dispuesto a cambiar su mundo. Pero ¿y si en realidad sus sueños nunca hubiesen sido aquellos...