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Diciembre 26, 1992
Jeon Namjoon ha vuelto a Busan por las vacaciones de Navidad y ha venido con su novio, Seokjin.
Hoy Jungkook y yo fuimos con ellos a la bolera.
Seokjin es un encanto, además de ser precioso es simpático y a pesar de que es tres años mayor que yo, nos llevamos de maravilla.
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Min Ho se volvió hacia el acuchillándolo con la frialdad de su mirada.
— ¿Disculpa? ¿Qué has dicho? — preguntó entre dientes.
Bajó la mirada nervioso.
— No quiero que sigamos juntos como pareja.
— ¿Puedes explicármelo mejor?
— Creo que sería un error que nos casáramos.
— Ah, sí ¿y por qué?
— No estamos enamorados.
— Ah, no ¿y por qué estamos juntos, entonces?
— Qué sé yo, Min Ho. Supongo que por costumbre.
— Por costumbre — repitió acercándose a él amenazadoramente. — Por costumbre. Explícate, Jimin, por favor.
— Ya lo sabes, Min Ho.
— No, no lo sé.
— Es eso. Yo no estoy enamorado de ti. No te amo de la forma que quiero amar a la persona con la que vaya a casarme.
— ¿A qué se debe todo esto, Jimin? ¿Crees que después de diez años puedes simplemente venir y decirme, lo siento, se acabó?
— No me has dejado opción, Min Ho.
— ¿Qué significa que no te he dejado opción?
— Has estado aquí por cinco minutos y ahora te marchas para decirme que no volverás por un mes o más. ¿Cuándo se supone que voy a hablar contigo?
— No ahora, por descontado.
— Lo siento, pero tenía que decírtelo antes de que te marcharas.
— Desde luego que esta conversación no acaba aquí, Jimin.
— Hablemos. Cambia tus billetes. Creo que esta conversación requiere más tiempo.
— Pues yo no puedo ahora. Gracias a ti — replicó con sarcasmo dándose la vuelta para coger su maleta — tengo que volar a Ilsan hoy mismo.
— Déjalo aunque sea para mañana, Min Ho. Esto es importante.
— No tengo tiempo para niñerías — dijo despectivo. — Vete a la cama, ¿quieres? Ya hablaremos.
— Espera, Min Ho — gritó viéndolo salir del departamento sin mirarlo siquiera.
Agotado se dejó caer sobre el sillón de la sala, cuando vio a Sasha acercarse a él desde la cocina.
— Señor Jimin — le dijo ayudándolo a levantarse. — Debería irse a la cama.
— Lo sé, Sasha — accedió dejándose acompañar por la mujer hasta la cama.
Sasha lo arropó con cariño.
— ¿Quiere que le traiga algo para comer?
— Gracias, Sasha. No tengo hambre.
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Ilusiones prestadas
ФанфикLlevaba toda la vida preparándose para ser el bailarín principal y finalmente lo había conseguido. Y ahora parecía que sus sueños habían cambiado y estaba dispuesto a cambiar su mundo. Pero ¿y si en realidad sus sueños nunca hubiesen sido aquellos...