Capítulo 26

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Julio 15, 1992

Nayeon asegura que llegaré muy lejos.

Sé que es la directora de la academia y sé que sabe mucho del tema, así que no tengo que dudar de sus palabras, pero por alguna razón, sus predicciones no me hacen mucha ilusión.

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Se voltearon en sus asientos para quedar frente al rostro rubicundo y desencajado de Hewon.

— ¿Qué significa esto, Jimin? — repitió la mujer con un gruñido.

— Buenos días, Hewon — le respondió Jimin con una calma que le sorprendió aún más que la presencia de su madre en la cocina.

— No me vengas con esas — replicó la mujer acercándose a él amenazadoramente sin mirar siquiera a Jungkook. — ¿Qué significa esto? ¿Qué hace este hombre aquí?

— Recuerdas a Jungkook, ¿verdad? — inquirió sarcástico.

— No me tomes el pelo. ¿Qué hace aquí? ¿Qué crees que estás haciendo? Esperas a que tu prometido salga de la ciudad para meter un hombre en su casa ¿En qué clase de puto te has convertido?

Jungkook observaba a Jimin y a su madre, intentando mantener a raya las ganas de abofetear a la mujer.

Jimin estiró la mano hacia él y la entrelazó con la suya mientras buscaba calmar su agitada respiración.

— En primer lugar, — dijo aunque sin atreverse a mirar a su madre directamente — te agradeceré que no me faltes al respeto o tendré que pedirte que te vayas

Hewon lo observaba estupefacta ante la rebelión de su hijo.

— Jungkook y yo salimos a correr y nos sorprendió la tormenta — explicó con calma. — Estábamos cerca de aquí y vinimos para secar nuestra ropa. De hecho ahora están en la lavadora. Y por último, esta no es la casa de Min Ho sino la mía — dijo entre dientes claramente molesto — y traeré a mi casa a quien yo quiera.

— Por favor, Jimin — dijo la mujer despectiva — y tú creerás que yo soy idiota. Me vas a decir que estás aquí desnudo con este hombre y no significa nada, que no ha sucedido nada.

— Eso lo has dicho tú — le rectificó.

— ¿Qué quieres decir?

— No he dicho que no signifique o no haya sucedido nada.

— No lo voy a permitir — gruñó la mujer. — No voy a permitir que arruines tu vida y tu carrera.

Jungkook dio un apretón a los dedos de Jimin buscando infundirle la valentía que no había tenido en toda su vida, para enfrentarse a su madre.

— No hay nada que debas permitir o dejar de permitir, Hewon. Es mi vida y no es de tu incumbencia. Ya soy mayor y puedo tomar mis propias decisiones.

Las palabras abandonaban su boca con fluidez y seguridad, pero su estómago era un revoltijo de emociones y sentimientos que no era capaz de identificar. Sólo el agarre de Jungkook le impulsaba a seguir hablando.

Se aferró a él sabiendo que si Jungkook se marchase no sería capaz de confrontar a su madre.

— No lo voy a permitir — gritó. — No sabes lo que estás haciendo.

— Creo que es la primera vez en mi vida que sé exactamente lo que estoy haciendo — le contradijo bajando la mirada.

— Vas a casarte con Min Ho, por Dios, ¿desde cuándo eres este tipo de persona? Vas a casarte con Min Ho y le engañas con este perdedor. ¿Cómo has llegado a convertirte en un puto?

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