Golden Boy (PuppyShipping)

Una oportunidad

"Las cosas cambian para seguir igual, pero también completamente diferentes."
-Zoe, el aspecto del crepúsculo.

Edit 2024: ¡Hola a todos nuevamente!
Entonces, si ya has leído esta historia con anterioridad y vienes a releerla por X o Y motivo, habrás notado que el capítulo en si es... Diferente. Bueno, esto último se debe a que tanto yo, como mi manera de escribir, y la manera en la que veo a esta pareja han cambiado con respecto a como concebí el concepto de esta historia en un principio. Por lo que me vi a mi mismo en la necesidad de reescribir todo desde cero. Por supuesto, estos cambios van a ser graduables, planeo ir editando los capítulos en lugar de simplemente borrarlos a todos de una.
Ya teniendo todo esto aclarado, espero que disfrutes de esta nueva versión de Golden Boy.
¡Los quiere Marble!

Joey se encontraba caminando por las calles de su vecindario mientras regresaba a casa después de un largo día de trabajo. El cielo estaba cubierto por densas nubes grises que parecían reflejar el cansancio en su rostro. Sus pasos eran lentos y pesados, y se puede notar en su andar que el día ha sido agotador para él. Llevaba puesto un traje impecable, pero las mangas de la chaqueta estaban ligeramente arrugadas, indicando el desgaste del día laboral.

A medida que avanza por las calles tranquilas, las luces de los faroles comienzan a encenderse, creando un ambiente acogedor y cálido a pesar de la grisura que envolvía el paisaje. El aire estaba fresco y una brisa suave sopló, haciendo que las hojas de los árboles se balanceen con delicadeza. Joey se detuvo por un momento frente a un parque cercano. Observó los columpios vacíos y el césped cubierto de hojas caídas. Un suspiro escapa de sus labios mientras el peso del día parece disiparse temporalmente.

Finalmente, Joey llegó a su hogar, un modesto apartamento ubicado en un tercer piso. Dejó escapar un suspiro de alivio al sentir el ambiente acogedor y familiar que lo esperaba. Se encontraba justo en la puerta de su hogar con llaves en mano cuando, repentinamente, su alivió se desvaneció al escuchar una voz un tanto familiar llamar su nombre. Al acercarse al barandal, cuyo metal se encontraba ya algo oxidado, logró divisar con sus ojos marrones en el nivel de la calle una figura familiar.

"¿Qué hace él aquí?" Cuestionó el rubio confundido.

Con el corazón acelerado y la confusión flotando en el aire, Joey se inclina hacia adelante una vez más, acercando su rostro al barandal de metal oxidado. Sus ojos marrones escudriñan el ambiente, intentando descifrar la figura familiar que ha captado su atención. Y allí, entre la penumbra de la tarde nublada, destaca la inconfundible silueta de Kaiba Seto, su antiguo compañero de secundaria.

Un escalofrío recorre la espalda de Joey al ver al castaño. Durante aquellos años escolares, su relación fue tumultuosa y marcada por la rivalidad. Entre ellos había existido una enemistad palpable, alimentada por diferencias y rivalidades sin resolver. Sin embargo, el tiempo transcurrido desde entonces ha pulido los bordes afilados de sus recuerdos, dejando espacio para la curiosidad y la incertidumbre. Kaiba, con su porte seguro y su mirada intensa, nota la presencia de Joey en el balcón y lo invita a bajar para conversar. Aunque el gesto es inesperado, Joey siente una mezcla de intriga y desconfianza. ¿Qué podría querer Kaiba después de tantos años? Con dudas que bailan en su mente, Joey toma una decisión de mala gana. Bajo las escaleras del edificio con pasos lentos y cautelosos, su semblante refleja su escepticismo. Mientras desciende, su mente se llena de preguntas sin respuesta. ¿Por qué Kaiba estaría aquí, en su conjunto de edificios? ¿Qué podría desear de él?

Al llegar al nivel de la calle, Joey encuentra a Kaiba esperándolo con una calma inquebrantable. El viento sopla suavemente, agitando sus cabellos oscuros y acentuando su aura misteriosa. La tensión se palpa en el aire mientras ambos hombres se enfrentan a un encuentro que podría cambiar el curso de su historia compartida.