Golden Boy (PuppyShipping)

#25 ¿Hasta pronto?

"No es por qué lucho, sino por quién lucho".—Panteón

¿Conoces esa sensación, cuando se te eriza la piel? ¿Como mil agujas atravesando cada poro? ¿Sangre latiendo a través de cada vena? ... Bueno, eso era más o menos lo que Joey se encontraba sintiendo ahora mismo.

Con ambas cejas levantadas, arrugas horizontales haciéndose paso en su frente, la mandíbula floja y sus ojos algo agrandados, no estaba pasando por un buen momento ahora mismo. Y con Lapislázuli era más de lo mismo. Se estaba congelando. Todo su cuerpo temblaba porque todo estaba terriblemente frío, y de todos modos, ¿de dónde venía este viento? No era normal. Su entorno parecía haberse oscurecido aún más, si eso era posible. O tal vez era su mente la que le estaba jugando una mala pasada, no podía decirlo.

—Vamos, contesta por favor. — Susurro el rubio entre súplicas, comiendo sus uñas a la par que no dejaba de mover una de sus piernas en señal de desesperación, —Contesta, contesta, contesta.—

—¿Hola? Casa de la familia Moto, ¿Quién habla?— Contestó una voz femenina al otro lado del teléfono.

Joey aliviado grito: «¡Gracias dioses!» Asustando un poco a la mujer haciendo dar un pequeño salto en su lugar. —¡Señora Moto, lamento haberle gritado pero esto es urgente!— Trató de explicar el rubio el cual hablaba cada vez más rápido, —Por favor, dígale a Yugi que me encuentre en Kaiba Corp, que estoy con Lazuli y... ahm... No puedo decirle el porque ahora mismo pero...— Joey hizo una pequeña pausa para mirar por encima de su hombre, preocupado y angustiado por la pequeña posibilidad de que alguien los hubiera seguido a él y Lapislázuli, —Solo dígale que lo esperaré ahí a las 5 PM más tardar, cuento con usted.—

—Espera, ¿qué?— La llamada se había cortado. Ella miró el teléfono en sus manos confundida por lo acababa de pasar. ¿No qué Joseph estaba desaparecido? ¿Por qué verse en Kaiba Corp? ¿Y necesitaba ayuda? Solo había mencionado el nombre de su hijo así que... ¿No debería de llamar a sus otros amigos? No estaba segura de que debía hacer, pero por ahora, solo seguiría las instalaciones que le había dado el rubio. Fue por su teléfono celular, busco entre sus contactos y marcó el número de su hijo.

...

—¡Hola mamá!— Saludó el tricolor con jovialidad, —¿Todo bien en casa con el abuelo? Normalmente no me llamás a esta hora—.

—Hola cariño, tengo un mensaje para tí —.

-0-

—Ríndete si querés sobrevivir—, amenazó de mala gana Sakurai.

—¿Cómo nos encontraron?— Cuestiono Lapislázuli.

—Oh, fue fácil, en realidad. Solo escuchamos el sonido de la traición total y absoluta y lo seguimos.— Aclaró Sakurai.

Joey dedujo por el mal estado de su imagen en general que ya había tenido una pelea antes de llegar al campamento. Con el ceño fruncido, ojos irritados y en posición de pelea volvió a alzar la voz, —¡¿Se puede saber el por qué diablos defienden a Kaiba Seto en primer lugar?!— Exigió saber a la par que recibió una pequeña mirada de reojo por parte de su hermana, la cual aún se encontraba sometida en el suelo a merced de quien alguna vez se hizo llamar su amante.

El rubio mantuvo la mirada fija en su objetivo. Una vez que sus ojos se encontraron con los de Sakurai, vio que su contrario le estaba lanzando una mirada gélida. Si hubiera sido cualquier otra persona, se habrían estremecido, pero Joey se mantuvo erguido, incluso sonriendo un poco, lo que pareció enojar aún más a Sakurai.

"Bien", pensó Joey. Una cosa que Lazuli le enseñó en su entrenamiento fue aprender a mantener la compostura, y sabía que comenzar una pelea de la forma en que esta persona solo le daba ventaja al otro oponente. Entonces, cuando Sakurai trató de avanzar hacia él, claramente listo para comenzar la pelea, Joey se adelantó con una mirada burlona en sus ojos. Sakurai no se molestó en mirar y siguió caminando de un lado a otro, tratando de mantener la sangre y la energía fluyendo por sus piernas.