"¡Emoción, amor, esos son los verdaderos instrumentos!"
-Sona
Era una mañana de miércoles y el sol se alzaba sobre toda ciudad Domino para el alivio de todos sus habitantes. Las últimas tres noche no habían sido precisamente acogedoras. Gran parte de la población empezó a dejar de ver el ir a terapia como "algo para locos" después de los fatídicos acontecimientos recientes.
La gente estaba buscando ayuda de todo tipo con gran desesperación. Ya sea de manera espiritual oh profesional. Digamos que el hecho de que tus seres queridos mueran de un momento para otro gracias a unos espectros venidos de la nada puede llegar a ser una experiencia un tanto traumática.
La sala de espera estaba más concurrida de lo normal gracias a eso. Por lo general, sólo él junto con un par de personas solían hacer acto de presencia en aquél lugar (al menos durante el turno de la mañana). Y por como iban las cosas, parecería ser que ahora tendria que acostumbrarse a eso también. Aunque dudaba que la gente se pusiera a esparcir el rumor de que él también iba a terapia debido a la situación actual, siempre estaba esa posibilidad.
Aún con todo eso en mente no podía evitar sentirse nervioso cada vez que iba a dicho lugar. Lo cual a su parecer era raro. Ya había estado ahí varios veces y prácticamente se había vuelto parte de su rutina hasta cierto punto. ¿Puede que tenga algo que ver el que la última vez que fue con un especialista en algún área de la medicina, no la pasó exactamente bién?
Esa no fue la experiencia más fantástica después de todo. El médico que lo atendía y curaba las heridas que le dejaba Gozaburo seguido no era una persona la cual se caracterizaba por tener mucho "tacto" que digamos. Pero eso era tema para otro día (talvez puede que lo toque en la próxima sesión).
El deshacerse de su padre adoptivo no fue tarea fácil. Él era alguien perfectamente consciente de que existían personas las cuales te avergonzarán, te culparán, incluso fingirán que te odian. Te quitarán tus derechos y crearán discordia con sus mentiras. Ya sabía en donde se metía cuando decidió introducirse en ese mundo al volverse el CEO de Kaiba Corp. y tener que lidiar con los mismos malditos con los cuales trabajaba Gozaburo. Lo había sacrificado todo por una vida la cuál llamar suya. Y ahora tenía que hacer un esfuerzo para mejorar dicha vida dentro de lo posible. Por algo estaba ahí el día de hoy.
Una mujer de esbelta figura se dirigió al castaño; el cual se encontraba aún ensimismado en sus pensamientos hasta que por fin logró salir de su trance.
-¿Señor Kaiba Seto?-. Cuestionó la mujer. El castaño levantó la mirada y sólo se limitó a responder con un leve movimiento de cabeza. -Ya puede pasar a la habitación. Su terapeuta llegará en un momento, por lo que siéntase cómodo por favor-.
La jóven guió al castaño ojiazul hasta el interior de la habitación. Aquel lugar el cual ya empezaba ser tan familiar para él. Seto se sentó en el suave y lujoso sofá de color negro ubicado en medio de la habitación. La misma contaba en con un gran ventanal el cual dejaba que los rayos del sol se exparcieran por todo el lugar dándole una luz natural al mismo. Las paredes estaban pintados de colores claros y poseía una que otra pintura. Habían un plasma y una pequeña mesa hecha de cristal también.
El sonido de la puerta siendo abierta nuevamente fue algo que no se hizo esperar. La terapeuta había llegado justo a las 09:00 en punto al igual que siempre.
-¡Buenos días señor Kaiba!-. Saludo la mujer antes de proceder a sentarse en frente del CEO. -Gracias por esperar, es un placer volver a verte-.
En línea con su profesión, Saaya era una persona muy empática y compasiva. Durante su primera sesión con Seto, ella escuchaba pacientemente la explicación del castaño sobre su educación y fue capaz de seleccionar detalles sobre el mundo interior de Seto que él mismo ni siquiera se había dado cuenta, lo que demuestraba su gran capacidad de comprensión. Saaya también consoló a Seto después de que revelará que fue abusado por su padre adoptivo durante años y busca ayudarlo en el camino hacia la curación.
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Golden Boy (PuppyShipping)
FanfictionJoey y Seto nunca han sido cercanos ( A pesar de los mejores esfuerzos de Mokuba). Pero la gente cambia. A veces para bien, y a veces para mal. Cuanto más observa Seto a Joey, más seguro está de que algo, un raro sentimiento para ser exactos, empiez...