Él no es tan malo, después de todo.

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Joey suspiró mientras secaba el plato que acababa de lavar. Trabajar con Kaiba después de la cena no era exactamente lo que había planeado para su viernes por la noche, pero el CEO de KaibaCorp había insistido en ayudarle con las tareas domésticas. Y, a decir verdad, la compañía del joven empresario no era tan mala como Joey quería admitir.

—¿Sabes? Estoy empezando a creer que eres una mala influencia para mí.

Comentó, tratando de ocultar la pequeña sonrisa que amenazaba con formarse en sus labios.

Kaiba alzó la mirada, sus ojos azules chispeando con diversión.

—¿Qué quieres decir con eso?

Joey se mordió el labio, recordando la humillante escena que había protagonizado en la oficina esa mañana. Había sido todo culpa de esa engreída ejecutiva que lo trataba como basura. Pero había perdido los estribos y soltado un comentario que sonaba sospechosamente como algo que Kaiba diría.

Al revivir la imagen mental, Joey no pudo evitar que una risa nerviosa escapara de sus labios.

—Bueno, digamos que hoy tuve que lidiar con una mujer de ego inflado. Era alguien muy desagradable.

Confesó, lanzándole a Kaiba una mirada de complicidad.

Kaiba arqueó una ceja, claramente intrigado.

—¿En serio? Cuéntame más.

Y con eso, Joey se lanzó a narrar el incidente, gesticulando con entusiasmo mientras Kaiba lo escuchaba, sus ojos azules brillando con diversión. Cuando Joey llegó a la parte en que soltó el comentario mordaz, Kaiba no pudo contener la carcajada que brotó de su garganta.

Joey se sonrojó ligeramente, recordando la escena.

—Bueno, ya sabes, la típica “niña de papi” mimada y engreída. En un momento de frustración, soltó algo así como 'Oh, ¿por qué seguiré soltera siendo tan bella?'. Y yo... Yo respondí sin pensar: 'Eso es porque ningún hombre con dos dedos de frente perdería el tiempo contigo.'

Kaiba no pudo contener la carcajada que brotó de su garganta.

—¡Wheeler, eso suena exactamente como algo que yo diría!— Secó una lágrima de risa de su mejilla. —¡Estoy tan orgulloso de ti!

—¡No te rías!— espetó Joey, cruzando los brazos sobre su pecho. —¡Esto es serio! Ahora todo el mundo en la oficina piensa que me estoy convirtiendo en una versión barata de ti.

Kaiba se acercó, dándole un suave codazo. Joey puso los ojos en blanco, pero no pudo evitar que una sonrisa se formara en sus labios.

—Por favor, Kaiba, no te des tanta importancia. No vas a convertirme en un 'cretino engreído sarcástico' como tú.

Dijo Joey, haciendo comillas con los dedos.

Kaiba se acercó un poco más, su mirada brillando con diversión.

—¿Estás tan seguro de eso, Wheeler? Tal vez ya esté empezando a dejar huella en ti.

Joey sintió que se le aceleraba el corazón cuando Kaiba invadió su espacio personal. Tragó saliva con dificultad, tratando de mantener la compostura.

—Sueña, Kaiba. Jamás seré como tú.

Respondió, aunque su voz sonó más débil de lo que le hubiera gustado.

Kaiba soltó una carcajada y se alejó, dejando a Joey con las mejillas ligeramente sonrojadas.

—Eso ya lo veremos, cachorrito. Eso ya lo veremos…

Golden Boy (PuppyShipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora